En la noche del jueves 2, fueron detenidos por un operativo militar-policíaco dirigentes del MUCA que regresaban de Tegucigalpa hacia sus comunidades localizadas en el Bajo Aguan. Los trece dirigentes fueron interceptados por individuos con sus rostros cubiertos por pasamontañas y portando armas de alto calibre, los que procedieron a transportar a los detenidos a la ciudad de Tela.
Según versiones de la radio comunitaria garifuna Faluma Bimetu, a tempranas horas estaban remitiendo al Ministerio Público al dirigente Juan Angel Rodriguez, el que supuestamente posee una orden de captura. La detención de los dirigentes es parte de la reacción estatal al rechazo presentado por el MUCA a la pérfida negociación promovida por la administración Lobo, donde los campesinos terminarán pagando a precio de oro las tierras que el supuesto narco empresario Miguel Facussé logró obtener de forma inapropiada.
Las negociaciones leoninas en relación a las tierras ocupadas por el MUCA, en donde el banco FICOHSA pretende financiar su compra, a una taza de interés de un 14% anual, sólo viene a favorecer a Camilo Atala, propietario de ese banco e impulsor del golpe de estado; ademas de dotar al clan Facusse de capital para incrementar la palma africana en la Moskitia y de paso la construcción de represas hidroeléctricas
El auge de los agrocombustibles ha dado lugar en Centroamérica a una inusitada expansión de los cultivos de palma africana, caña de azúcar, jathroba, entre otros; agudizando de esta forma el conflicto social existente en materia de tenencia de tierra.
Miguel Facussé, las familias Pellas y Morales Carazo, y José Ignacio González; se han convertido en amos y señores de la producción de agrocombustibles en Centroamérica, contribuyendo más que al supuesto desarrollo, a un acaparamiento de tierras de vocación agrícola, en detrimento de la seguridad alimentaria del istmo.
El estado fallido existente en el país, contribuye a incrementar el acaparamiento de tierras, conduciendo a la represión hacia los sectores más desprotegidos y vulnerables. El colapso en Honduras de las instituciones encargadas de la “seguridad”, demuestra el contubernio existente entre crimen organizado, empresarios y organismo represivos, tal como viene sucediendo en el Bajo Aguán.
La Operación Xatruch, en la cual participan más de un millar de efectivos del ejército y la policía, han convertido el Bajo Aguán en una especie de campo de concentración, donde los campesino son sometidos a permanente operativos y allanamientos, como parte de la estrategia de terror implementada en esa región, para destruir el proceso de resistencia de los campesino y así lograr ratificar el poder de Facusse y sus sicarios.
Honduras y su estado fallido es parte de la política imperial para desmantelar los acumulados reclamos sociales, y de esta forma retornar al sometimiento que se vivió durante guerra fría de los años 80, donde la represión y el terror se impusieron en la casi totalidad del territorio centroamericano. Las condiciones actuales en el Bajo Aguán demuestran una vez más la característica represiva del autodenominado régimen del humanismo cristiano.
La ofensiva actual en Centroamérica de las empresas mineras (en su gran mayoría canadienses), y la implementación de represas hidroeléctricas, el crecimiento inusitado de las plantaciones de agrocombsutibles y la estafa territorial denominada REED; no contribuyen a crear una ambiente de estabilidad social, incrementando las violaciones a los derechos humanos y el desplazamiento de poblaciones afectados por las presiones territoriales.
La OFRANEH ante la actual circunstancia exige una vez mas, que cese la represión hacia los grupos campesinos organizados y al pueblo hondureño como viene sucediendo de forma sistemática a partir del golpe de estado del año 2009. No puede existir el tan ansiado desarrollo sin que se respete la voluntad del pueblo.
Tres de febrero de 2012
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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