miércoles, 29 de febrero de 2012
Cortina de humo
El proceso de depuración de la policía preventiva parece estancado y “muy poco transparente”, según lo plantea la rectora de la Universidad Nacional Autónoma (UNAH).
Esa comisión tripartita, en representación del Legislativo, el Ejecutivo y la UNAH, es la encargada de presentar la lista de los candidatos para la integración de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública que supervisaría la depuración y reestructuración de la Policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial.
Hasta ahora no se ha promulgado el decreto de creación de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública, y, aunque la comisión tripartita dice haber avanzado en la elaboración de su propuesta para el nombramiento de la Comisión de Reforma, el Ejecutivo va a paso cansino, como arrastrando los pies.
Cuando se habla de muy poca transparencia en la depuración y reestructuración de la policía, hay sobrada razón. La única acción visible al respecto fue, a principios de enero --cuando estaba aún en caliente el escándalo del asesinato de los estudiantes universitarios--, la destitución de 9 oficiales y 43 policías de la escala básica del Distrito Policial 1-6 (La Granja).
De esas destituciones no se dieron nombres y oficialmente únicamente se dijo que fueron expulsados por “faltas graves”. Lo de siempre, en Honduras hay corrupción, pero no hay corruptos.
Y así sucede, por ejemplo, con el escándalo del contrabando de arroz, pese a que el presidente de la República exige a sus secretarios de Estado, subalternos, los nombres de los implicados. La callada por respuesta, y todo queda en que, como dice la gente, no hay alcalde en el pueblo…
Mientras el tiempo pasa, el hipotético funcionamiento de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública va empantanándose por lo menos en lo relacionado con la depuración del sistema judicial, que es clave. La Federación Latinoamericana de Magistrados (FELAM) ha salido al quite y “observa con preocupación el proyecto de ley de supervisión de operadores de justicia”. Expresa el temor de que esto “pueda constituir un instrumento de subordinación política”.
Editorial Diario Tiempo
El anuncio, por parte del gobierno, de la separación de 24 oficiales de la plana mayor de la policía preventiva, supuestamente recomendada por los asesores colombianos y chilenos, no se cumple. En cambio, como para taparle el ojo al macho, hay una rotación de mandos policiales, básicamente a nivel departamental, que nada tiene que ver con depuración ni reestructuración.
Los terribles acontecimientos posteriores, el incendio de la Granja Penal de Comayagua y de los mercados de Comayagüela, han puesto una espesa cortina de humo sobre todo lo demás. Es la linda y milagrosa oportunidad para dar el esquinazo a los escándalos de corrupción y de seguridad nacional.
La mente colectiva, acogotada con las escenas dantescas de los incendios, saturada de imágenes de muertos, putrefacción y tragedia del pueblo, es un admirable ejemplo del rol mediático de manipulación calculada de la realidad para asegurar la supervivencia del sistema, apelando a la morbosidad y la explotación de la sensibilidad humana.
Una razón más de preocupación por el destino de nuestra fallida Honduras.
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