jueves, 7 de julio de 2011
Viagra, blogueras lesbianas y noticias falsas
Black Agenda Report
Por Margaret Kimberley
Los medios corporativos de EEUU son escribas bien pagados, “que repiten obedientemente las palabras del rey con la esperanza de ganarse su favor y conseguir acceso a su entorno.” La verdad no es la primera víctima de la guerra, lo es de las corporaciones de prensa extranjeras. El asalto contra Libia es real, pero su cobertura es una invención. Los hechos sobre el asalto de la OTAN se interponen en el camino de ficciones elaboradas. “El bombardeo de una universidad en Trípoli, Libia, debería causar sensación, pero esa información nunca llega a las portadas.”
“Tenemos unos medios de comunicación que siguen los dictados del gobierno.”
Los medios corporativos continúan siguiendo los dictados de la gente en el poder, ignorando su obligación de presentar información que se atenga a los hechos de una forma tan objetiva como sea posible. En vez de ello se comportan como escribas en una corte real, repitiendo obedientemente las palabras del rey con la esperanza de ganarse su favor y conseguir acceso a su entorno. Su comportamiento desvergonzado se pone de nuevo de manifiesto cuando otro presidente con aspiraciones imperiales dice mentiras obvias para conseguir apoyo para guerras de agresión.
A instancias del gobierno de EEUU y la OTAN, la Corte Penal Internacional ha exagerado su retórica anti-Muamar Gadafi. Un fiscal incluso afirma que Gadafi le está dando a sus tropas Viagra y usando la violación como un arma de guerra. Ha hecho esta afirmación sin presentar ninguna prueba y lo que es peor, los medios estadounidenses están repitiendo las aseveraciones sin investigación de ningún tipo.
Cuando George W. Bush buscó argumentos para la invasión de Irak, él también usó la violación como un arma retórica para la guerra, afirmando que Sadam Husein tenía “habitaciones de violación” en sus palacios que se usaban para asaltar a los disidentes. En 2003 al igual que en 2011, la afirmación fue divulgada sin pruebas.
El servicio a sus amos toma muchas formas. Si un presidente miente sobre sus razones para asesinar gente, la mentira nunca se pone de manifiesto. Algunas veces los medios están tan deseosos de historias que no molesten a los poderosos, que amplían los parámetros de sus falsedades.
Ese fue el caso de “Amina”, una bloguera siria y lesbiana que escribía críticamente sobre el régimen del Presidente Assad. El blog “Una chica lesbiana en Damasco” fue seguido por gente incrédula en todo el mundo, pero resultó que Amina nunca existió. El blog y Amina eran la creación de un hombre estadounidense heterosexual que vive en Escocia el cual quería acelerar el fin de los días de Assad en el poder. Cuando se informó de que la inexistente Amina estaba desaparecida, supuesta víctima de secuestro por parte de la policía siria, incluso el departamento de estado se alarmó e hizo averiguaciones sobre su seguridad.
“El blog y Amina eran la creación de un hombre estadounidense heterosexual que vive en Escocia el cual quería acelerar el fin de los días de Assad en el poder.”
La hipocresía manifestada por parte del gobierno de EEUU es bastante llamativa. Mientras que niegan o minimizan la pérdida de vidas causada por sus acciones en Irak, Pakistán, Afganistán, Somalia, Haití y por parte de sus aliados, el gobierno estaba dispuesto a usar su poder para asegurar la seguridad de una persona en Siria.
El gobierno no tiene el monopolio de estas hipócritas expresiones de indignación. Ciudadanos particulares también, se ven movidos a hablar y actuar por un extraño conjunto de valores. El bloguero falso que creó a Amina sabía lo que estaba haciendo cuando creo un personaje femenino homosexual. Los estadounidenses y europeos están convencidos de su propia superioridad moral en relación con el mundo musulmán. Raramente dicen una palabra de cuando sus gobiernos asesinan mujeres musulmanas con sus actos de guerra. Gritan de horror ante el tratamiento de los homosexuales en algunas sociedades, pero no saben o poco les importa como las acciones de sus gobiernos provocan sufrimiento para toda la gente en todo el mundo.
Tenemos unos medios que siguen los dictados del gobierno y las noticias sensacionalistas, es decir el sensacionalismo que prueba nociones racistas de superioridad y que no crea ninguna dificultad a los poderosos. El bombardeo de una universidad en Trípoli, Libia, debería causar sensación, pero esa información nunca llega a las portadas.
“Los estadounidenses y europeos están convencidos de su propia superioridad moral en relación con el mundo musulmán.”
Los escribas de los medios de comunicación no solo eligen lo que consideran o no que merece su atención, sino que además son incapaces de presentar de forma correcta hechos muy simples. Ahora están repitiendo la afirmación de la administración Obama sobre una reducción significativa de tropas en Afganistán. El presidente, según se informa, anuncia una retirada de entre 5.000 y 30.000 efectivos. Sin embargo, aunque retirara la cifra más alta de las propuestas aún dejaría 68.000 efectivos en Afganistán, el doble de las estacionadas allí cuando llegó al poder. La aritmética básica es sólo otro criterio demasiado exigente para que lo cumplan los miembros del cuarto poder.
Los ciudadanos que quieren saber que está pasando en su país y alrededor del mundo están en gran desventaja. El viejo dicho de que no es de sabios creer todo lo que se lee debería ser modificado. Cuando se trata de los medios corporativos, quizás no deberíamos creer nada de lo que leemos. Ciertamente eso no nos haría menos conocedores de la verdad.
Por Margaret Kimberley
Los medios corporativos de EEUU son escribas bien pagados, “que repiten obedientemente las palabras del rey con la esperanza de ganarse su favor y conseguir acceso a su entorno.” La verdad no es la primera víctima de la guerra, lo es de las corporaciones de prensa extranjeras. El asalto contra Libia es real, pero su cobertura es una invención. Los hechos sobre el asalto de la OTAN se interponen en el camino de ficciones elaboradas. “El bombardeo de una universidad en Trípoli, Libia, debería causar sensación, pero esa información nunca llega a las portadas.”
“Tenemos unos medios de comunicación que siguen los dictados del gobierno.”
Los medios corporativos continúan siguiendo los dictados de la gente en el poder, ignorando su obligación de presentar información que se atenga a los hechos de una forma tan objetiva como sea posible. En vez de ello se comportan como escribas en una corte real, repitiendo obedientemente las palabras del rey con la esperanza de ganarse su favor y conseguir acceso a su entorno. Su comportamiento desvergonzado se pone de nuevo de manifiesto cuando otro presidente con aspiraciones imperiales dice mentiras obvias para conseguir apoyo para guerras de agresión.
A instancias del gobierno de EEUU y la OTAN, la Corte Penal Internacional ha exagerado su retórica anti-Muamar Gadafi. Un fiscal incluso afirma que Gadafi le está dando a sus tropas Viagra y usando la violación como un arma de guerra. Ha hecho esta afirmación sin presentar ninguna prueba y lo que es peor, los medios estadounidenses están repitiendo las aseveraciones sin investigación de ningún tipo.
Cuando George W. Bush buscó argumentos para la invasión de Irak, él también usó la violación como un arma retórica para la guerra, afirmando que Sadam Husein tenía “habitaciones de violación” en sus palacios que se usaban para asaltar a los disidentes. En 2003 al igual que en 2011, la afirmación fue divulgada sin pruebas.
El servicio a sus amos toma muchas formas. Si un presidente miente sobre sus razones para asesinar gente, la mentira nunca se pone de manifiesto. Algunas veces los medios están tan deseosos de historias que no molesten a los poderosos, que amplían los parámetros de sus falsedades.
Ese fue el caso de “Amina”, una bloguera siria y lesbiana que escribía críticamente sobre el régimen del Presidente Assad. El blog “Una chica lesbiana en Damasco” fue seguido por gente incrédula en todo el mundo, pero resultó que Amina nunca existió. El blog y Amina eran la creación de un hombre estadounidense heterosexual que vive en Escocia el cual quería acelerar el fin de los días de Assad en el poder. Cuando se informó de que la inexistente Amina estaba desaparecida, supuesta víctima de secuestro por parte de la policía siria, incluso el departamento de estado se alarmó e hizo averiguaciones sobre su seguridad.
“El blog y Amina eran la creación de un hombre estadounidense heterosexual que vive en Escocia el cual quería acelerar el fin de los días de Assad en el poder.”
La hipocresía manifestada por parte del gobierno de EEUU es bastante llamativa. Mientras que niegan o minimizan la pérdida de vidas causada por sus acciones en Irak, Pakistán, Afganistán, Somalia, Haití y por parte de sus aliados, el gobierno estaba dispuesto a usar su poder para asegurar la seguridad de una persona en Siria.
El gobierno no tiene el monopolio de estas hipócritas expresiones de indignación. Ciudadanos particulares también, se ven movidos a hablar y actuar por un extraño conjunto de valores. El bloguero falso que creó a Amina sabía lo que estaba haciendo cuando creo un personaje femenino homosexual. Los estadounidenses y europeos están convencidos de su propia superioridad moral en relación con el mundo musulmán. Raramente dicen una palabra de cuando sus gobiernos asesinan mujeres musulmanas con sus actos de guerra. Gritan de horror ante el tratamiento de los homosexuales en algunas sociedades, pero no saben o poco les importa como las acciones de sus gobiernos provocan sufrimiento para toda la gente en todo el mundo.
Tenemos unos medios que siguen los dictados del gobierno y las noticias sensacionalistas, es decir el sensacionalismo que prueba nociones racistas de superioridad y que no crea ninguna dificultad a los poderosos. El bombardeo de una universidad en Trípoli, Libia, debería causar sensación, pero esa información nunca llega a las portadas.
“Los estadounidenses y europeos están convencidos de su propia superioridad moral en relación con el mundo musulmán.”
Los escribas de los medios de comunicación no solo eligen lo que consideran o no que merece su atención, sino que además son incapaces de presentar de forma correcta hechos muy simples. Ahora están repitiendo la afirmación de la administración Obama sobre una reducción significativa de tropas en Afganistán. El presidente, según se informa, anuncia una retirada de entre 5.000 y 30.000 efectivos. Sin embargo, aunque retirara la cifra más alta de las propuestas aún dejaría 68.000 efectivos en Afganistán, el doble de las estacionadas allí cuando llegó al poder. La aritmética básica es sólo otro criterio demasiado exigente para que lo cumplan los miembros del cuarto poder.
Los ciudadanos que quieren saber que está pasando en su país y alrededor del mundo están en gran desventaja. El viejo dicho de que no es de sabios creer todo lo que se lee debería ser modificado. Cuando se trata de los medios corporativos, quizás no deberíamos creer nada de lo que leemos. Ciertamente eso no nos haría menos conocedores de la verdad.
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