Adital
Por Camila Queiroz
Periodista de ADITAL
114 familias fueron desalojadas violentamente de la tierra que ocupan desde hace 11 años en el poblado de Rigores, en la margen izquierda del Bajo Aguán, Departamento de Colón, Honduras. La acción policial fue efectuada el pasado 24 de junio y dejó a casi 500 personas sin vivienda. Cerca de 80 de ellas, están alojados provisionalmente en un centro comunitario, sin instalaciones adecuadas de higiene, lo que pone en riesgo su salud.
En solidaridad con los campesinos desalojados y para presionar al gobierno a resolver la situación, Amnistía Internacional pide que se escriba a las autoridades hondureñas pidiendo que se garantice la integridad física y psicosocial de los campesinos, respecto al derecho a una vivienda digna, término de los desalojos indebidos, o sea sin consulta con las comunidades y sin indemnización, pide también, se demande, una profunda investigación sobre lo ocurrido el día 24 de junio, castigando judicialmente a quienes resultaren culpables por las violaciones.
Para presionar al gobierno exigiéndole medidas inmediatas, la organización pide que los interesados en ayudar escriban, antes del día 24 de agosto, al Lic. César David Adolfo Ham Peña, Ministro Director del Instituto Nacional Agrario, con copia a Ana Pineda, Ministra de Justicia y Derechos Humanos, y al Sr. Luis Alberto Rubí, Fiscal General de la República. Las direcciones respectivas pueden ser encontradas en el link: http://defensoresenlinea.com/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=1488:un-violento-desalojo-forzoso-deja-a-familias-en-peligro&catid=54:den&Itemid=171
El desalojo del día 24 de junio se dio de forma violenta y sin aviso previo. Con tractores y hasta una ambulancia, los policías llegaron a las comunidades alrededor de las 10 horas de la mañana y dieron un plazo de dos horas para que los moradores dejasen sus casas. Hicieron amenazas de actuar con violencia física y presentaron una lista de órdenes de captura de seis líderes, en caso se resistiesen al desalojo.
Siete aulas de clase de la escuela local, una guardería infantil y dos iglesias fueron destruidas, así como las casas y pertenencias de los campesinos, también parte de sus plantaciones.
Según comunicado de Amnistía Internacional, un hacendado había introducido una demanda judicial, reclamando la propiedad de la tierra y un juez dictó orden de desalojo el pasado 23 de mayo, pero la comunidad no fue notificada.
Los campesinos del Movimiento Campesino de Rigores informaron que estaban en negociación con el hacendado Federico Rivera, que iba a vender la tierra al Instituto Nacional Agrario (INA). Paso el tiempo, el falleció y el INA no llegó a resolver la negociación. Para los militantes, la ofensiva contra la comunidad debe proceder de Eric Rivera, hijo del hacendado, quien inclusive acompañó a la policía durante el violento desalojo.
Amnistía Internacional destaca que Honduras es signataria del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc) de las Naciones Unidas. Lo cual implica que el Estado hondureño no puede permitir que las personas queden sin vivienda o expuestas a otras violaciones de sus derechos, a consecuencia de desalojos.
En el caso de los campesinos de Rigores, el Pacto Internacional no ha sido cumplido, pues 80 de ellos víctimas de la destrucción de sus viviendas, están alojados en el centro comunitario local, edificio que por no ser diseñado para alojar personas, presenta varios problemas. "El edificio está abarrotado, y el agua de lluvia se filtra dentro, por lo que la mitad del espacio interior tiene una humedad constante. Además, hay muy pocos retretes e instalaciones higiénicas. Los miembros de la comunidad, especialmente los de menos edad, corren peligro de enfermar”, denuncia la organización.
Los moradores desalojados están sin perspectivas, pues no hubo negociación sobre vivienda alternativa, reasentamiento o acceso a tierras productivas. Además, no recibieron garantías de regresar a la propiedad para poder cuidar de sus siembras, siendo éstas su medio de sustento.
Traducción: Ricardo Zúniga
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