Por Yuleici Verdi
Si comunicar para vivir y vivir para comunicar significa reconocernos hacedor@s de nuestra historia cultural, entonces siempre nos será necesario expresar con nuestras propias palabras la necesidad que tenemos l@s venezolan@s de espacios de formación para la vida. Para nosotr@s como vocer@s de Colectivos Comunitarios, la Comunicación como hecho de vida diaria siempre debe ser reconocida como nuestro derecho fundamental humano, en ello, para nuestro ser cultural, nuestro ser histórico, nuestro ser político.
Vivimos en medio de acontecimientos Culturales-Políticos-Históricos-Sociales determinantes para el emprendimiento y la pregunta sobre qué sociedad tenemos y cuál sociedad necesitamos. De estos acontecimientos han venido surgiendo planteamientos y propuestas revolucionarias basadas en la búsqueda de una sociedad esencialmente humanitaria. De allí vienen emergiendo cambios transcendentales en los viejos paradigmas culturales, sociales, políticos, económicos y religiosos que dan cuenta de una sociedad fragmentada, alienada sujeta en la simpleza del instrumentalismo. Vemos entonces que los procesos históricos-político-culturales que nos proponemos representan cambios profundos en el orden social, por la dinámica del hombre y la mujer como individuos y como parte de un colectivo, en tanto somos y nos reconocemos sujetos constructores y hacedores de nuestra propia historia-cultural. En otras palabras, si nos entendemos como sociedades en constante movimiento, en ese mismo sentido nos hacemos y nos reconocemos en nuestra realidad histórico-política-cultural que nos constituye. Pues nuestra realidad histórica da cuenta del modo de vivir nuestro, sin embargo también ella da cuenta de la dominación cultural en la que hemos sido sometid@s.
En este proceso de transformación Cultural-Social-Política que se está gestando en nuestra Venezuela, hemos venido creando, como colectivos comunitarios, espacios de reconocimiento donde la participación y la organización se conviertan en el piso común de nuestra cotidianidad. Por lo tanto, las organizaciones sociales estamos en el derecho de exigir a las instituciones públicas que ejecuten las acciones necesarias para que ese empoderamiento colectivo se vaya cimentando como nuestro piso cultural y deje de ser una pobre consigna partidista. Donde cada día, nuestro accionar refleje lo que somos como humanidad, donde reconstituyamos nuestros saberes desde nuestras propias realidades, desde nuestra cultura propia, desde nuestra propia historia; reconociéndonos en ella sus sujetos constructores y hacedores de vida.
No obstante, quienes vemos y reconocemos a la Comunicación como uno de los derechos fundamentales del ser humando, así como lo es la Salud y la Educación, por ejemplo, hemos venido acompañando y aprendiendo en los distintos procesos de aprendizaje de formación política-técnica que desde hace años hemos venido cultivando tanto en el Municipio Libertador de nuestra Mérida como en otros municipios cercanos y en algunos estados Andinos cercanos; procesos de formación en los que cada día se suman más colectivos comunitarios no entendiendo sólo como sujetos naturales de estos espacios a quienes nos reconocemos como comunicador@s populares, sino toda organización social comunitaria consciente de saberse necesarias para el cultivo de la Revolución Socialista Bolivariana necesaria para la vida.
En este camino de lucha, formación y abatida política nos hemos encontrado distintos colectivos, quienes tercamente nos empeñamos en construir la Sociedad Socialista necesaria. Siempre conscientes de que para que esta Sociedad se nos haga realidad necesitamos de la ayuda y articulación de los colectivos comunitarios quienes tenemos como proyecto de vida ir abonando nuestro piso cultural desde la Comunicación Popular Liberadora, y en consecuencia vamos estableciendo vínculos y articulación en el trabajo. Pues viendo y viviendo la comunicación como hecho articulador, constructor y hacedor de cultura propia, siendo ella, la Comunicación Popular Liberadora elemento fundamental con el que vamos ir destruyendo aquella estructura vertical, clasista y elitista en la que hemos venido siendo alienad@s a través de los "medios de comunicación" comerciales los cuales siempre han representado y defendido al poder establecido.
En la experiencia y el encuentro de todos los días siempre hemos contado con lo más valioso de la organización social: nuestro calor humano, nuestra capacidad espiritual, nuestra convencimiento de demoler el sistema capitalista que ha erosionado nuestros modos culturales de ser hasta el punto de negar lo que somos y copiar lo que la visión desarrollista hegemónica ha impuesto en nosotr@s sistemáticamente. Para nosotr@s es necesario, urgente, fundamental, más aún, tenemos la obligación ética como hij@s de nuestra América, la Patria Grande, de encontramos en la briega permanente de que la Sociedad Socialista, no sólo es posible sino que es necesaria. Por lo tanto, crear espacios de organización social para la formación del pensamiento crítico, crear espacios de comunicación para la vida, espacios donde nos encontremos para crear esa capacidad crítica, combativa, constante, consciente de luchar contra el poder mediático comercial debe ser un objetivo fundamental. Aún, a once años de este proceso en Revolución, impera en nuestro estado andino merideño, primordialmente en nuestra Mérida, agresivamente un aparataje mediático demoledor y deformador de nuestros modos de ser. Estamos cercados mediáticamente por los "medios de comunicación" comerciales, a los que sería más acertado denominar medios de deformación, tanto en radio, televisión e impresos; todos con un mismo formato, una misma línea de noticias, un misma matriz de opinión que en líneas estructurales son lanzadas a nuestra población con la sistemática intención de seguirnos manteniendo en la actitud apática, adormecida y pasiva ante nuestras realidades sociales; intención de hacernos más consumidores irracionales sin ningún interés de preguntarnos por la humanidad en la que naturalmente somos, intención de crear en nosotr@s como Pueblo el desprecio y vergüenza por lo que somos culturalmente, y así, tomar como bandera ser los hombres y las mujeres del "progreso" y el "desarrollo".
Con la terquedad que nos ofrece la conciencia liberadora, quienes creemos en la necesidad de la sociedad emancipadora necesaria, nos hemos plateado demoler el sistema, conscientes de lo que esto significa en tiempo y esfuerzo, con líneas y Principios Políticos con los que podamos ir cultivando el pensamiento crítico, con los que podamos ir construyendo conciencia de los procesos de dominación, y en ese sentido ir accionando en su contra con formación, reconocimiento, saber popular, planificación y trabajo para encontrarnos en la construcción de la sociedad esencialmente libre de toda dominación y poder hegemónico.
Creemos que el cultivo y prolongación de la vida debe hacerse en nosotr@s un hacer cotidiano, con ello siempre iremos en contra del demoledor sistema instrumental de esta sociedad "moderna".
Yuleici Verdi es vocera del Colectivo Cultural Abrapalabra
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