sábado, 23 de julio de 2011

Los diálogos de Lobo


Vos el Soberano

Aníbal Delgado Fiallos

Los diálogos estilo Lobo Sosa son una forma poco elegante de perder el tiempo; un jueguito harto conocido con el que se entretienen los gobernantes sin programa para convencer a nadie más que a sí mismos que se entabla una plática con los gobernados.

Los convocados por el Presidente al diálogo nacional fueron a decir lo mismo que diariamente se escucha o se lee; se apuntaron cosas de las cuales todos los días se queja el pueblo o plantean los políticos; ¿hubo algo nuevo?, ¡nada!; para muestra un botón: Nasrala dijo que había que depurar el Gobierno de empleados supernumerarios, fortalecer la inversión privada, vigilar el trabajo de la Policía, crear posibilidades de vivir y ganar dinero; Andrés Pavón propuso una Asamblea Nacional Constituyente, reformar los artículos pétreos para validar la reelección presidencial, instalar una cuarta urna en las elecciones internas, extender por dos años el período del actual Presidente.

Manuel Zelaya insistió en la reconciliación nacional, demandó libertad para los presos políticos y alto a la represión; insistió en la integración de un tribunal constitucional y en que la soberanía resida en el pueblo; mientras que Felícito Ávila dijo que los cambios estructurales son necesarios, pero en el marco de la ley y atacando las causas del subdesarrollo, y Velásquez Nazar que hay que revisar el sistema educativo y que antes de cambiar la sociedad debemos cambiar nosotros.

Ricardo Álvarez recordó que un millón de hondureños se van al norte porque aquí no encuentran oportunidades y propuso que las recetas emitidas en un centro de salud del Estado sean honradas en las diferentes farmacias para luego pasar el costo al Estado; César Ham exigió la depuración de los órganos policiales, igualdad de derechos entre hombres y mujeres, reelección indefinida.

¿Insumo de qué será este listado de propuestas?, ¿de un plan de gobierno?, ¿de un compromiso del Presidente?; lo cierto es que nada de esto es procedente, ¿un plan de gobierno a mitad del período?, ¿no sería esto acaso una muestra evidente de que tenemos un presidente sin brújula? ¿y qué de la joyita esa del Plan de País a la que el diez veces condecorado Hugo Llorens califica de nada factible y sin fundamento teórico suficiente?

El diálogo es instrumento importante de apertura política y de consensos; vía para lograr decisiones sin los sobresaltos de la contradicción; programados con método y dirigidos con sabiduría ayudan a concertar; pero realizados al estilo Lobo Sosa son sólo intento deslucido para desactivar el conflicto social.

Lobo se parece cada día más a Suazo Córdova.

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