miércoles, 20 de julio de 2011

Encuentro con Ernesto Sábato


Cuba Debate

El escritor argentino Ernesto Sábato, autor del clásico “El túnel”, falleció a los 99 años, el 30 de abril, en Buenos Aires. El 30 de octubre de 1986, invitado por el Instituto Argentina-Brasil, cenamos juntos en São Paulo. Me recibió en el restaurante del hotel Maksoud, donde estaba hospedado.

Me dijo que, debido a problemas con la vista, ya casi no podía leer. Me acordé de Jorge Luis Borges y pregunté si ése era un síndrome de los grandes talentos literarios de la Argentina. Él se sonrió…

Me contó que su mujer, Matilde, le había leído trozos de Fidel y la religión. Y que había quedado bien impresionado con la apertura del líder cubano ante el tema y que si tuviera oportunidad quisiera conocer mejor los conceptos rectores de la Teología de la Liberación.

Hablamos sobre la Iglesia y el reaccionarismo de los obispos de Argentina, que habían apoya do a la dictadura militar. Ernesto estaba conmovido por el encuentro que había tenido, aquella tarde, con el cardenal Paulo Evaristo Arns, a quien admiraba mucho, por su intransigente defensa de los derechos humanos.

- Me dijo que el noventa por ciento de los obispos del Brasil estaban en la misma línea que él, comentó.

- Creo que exageró un tanto, contesté. La mayoría es moderada. Es verdad que los progresistas tienen la hegemonía en la conferencia episcopal, pero no se puede decir que la mayoría es progresista.

- Me preocupa el viaje que hará el papa a la Argentina el año que viene, dijo Sábato. Temo que venga a respaldar a los obispos que apoyaron la dictadura y ahora sabotean el proceso de redemocratización.

- ¿Por qué no escribe usted una carta personal, abierta, al papa, sugiriéndole cómo debiera llegar a la Argentina? Eso tendría mayor impacto que cualquier manifiesto firmado por doscientos intelectuales.

Ernesto Sábato quedó picado por la mosca azul, pero temía que tal gesto fuera interpretado como presuntuoso.

- Sé que tendría impacto, pero temo que me juzguen megalomaníaco.

- Creo que no existe ese peligro porque usted tiene autoridad moral e intelectual para ello. El ciudadano argentino Ernesto Sábato escribe una carta al ciudadano del mundo Karol Wojtyla. Incluso contribuiría a desacralizar un poco la imagen del papa. A fin de cuentas el papa no puede reforzar la posición de los obispos de la Argentina en favor de la dictadura.

- Me parece seductora la idea. Pero voy a consultar a mis hijos.

Pasamos a hablar de los países socialistas. Me dijo que había sido comunista:

- No de los de salón sino de los que comprometen a la familia a cumplir todas las tareas. Con la revelación de los crímenes de Stalin me salí del partido. No entiendo por qué en Cuba no hay elecciones. Soy amigo de Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, con quien ya hablé sobre el particular. Él dice que todavía no es el momento.

- Es posible que eso se deba a la influencia soviética. Pero creo que con el actual proceso de relatinoamericanización del régimen cubano se llegará a eso. En la isla hay un desbloqueo ideológico, y Fidel y la religión es un síntoma de ello.

Le hablé de mis impresiones sobre Polonia y la Unión Soviética, que yo había visitado recientemente. Y le comenté su actuación en São Paulo:

- El debate de ayer me pareció un desperdicio. Usted hablaba en AM y los demás integrantes de la mesa en FM.

- Ernesto se rió:

- Ya me di cuenta.

- Allí estaba la crema de la racionalidad academicista, ese personal que no acepta su posición mítica y mágica.

Intercambiamos gentilezas: creía que yo tenía menos de 42 años, y yo creí que andaba por los 63 cuando tenía 75.

Hablamos de la mística cristiana:

- Creo, le dije, que el hombre futuro de la América Latina será hijo del matrimonio entre Santa Teresa y Ernesto Che Guevara.

- Estoy plenamente de acuerdo, admitió. Los únicos libros que revolucionaron a la humanidad son los que tratan de la cuestión espiritual, como la Biblia y el Corán. Pero ¿cómo admitir un Dios que permite la muerte de niños por causa del hambre? La existencia del mal me impide admitir la idea de Dios.
Frei Betto es escritor, autor de la novela policíaca “Hotel Brasil. El misterio de las cabezas degolladas”, entre otros libros.http://www.freibetto.org/

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