Radio Progreso
Honduras vive una crisis política y social profunda que golpea a todos los sectores sociales con una pandemia seriamente criticada por su mal manejo gubernamental, además de los golpes mortales ofrecidos a los hogares por parte de los huracanes de finales del año anterior así como por la corrupción, la violencia y la operación del crimen organizado.
Todos los golpes que se dan, producto de las malas decisiones de los gobernantes, repercuten en toda la sociedad pero con mayor fuerza en la niñez que cada vez está más desamparada en un país de desigualdades y de abusos de poder.
Difícil realidad
El Director de la Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos, RED-COIPRODEN, Wilmer Vásquez, dijo en Radio Progreso que la situación de la niñez hondureña es tan grave que está en cuidados intensivos.
“Estamos en cuidados intensivos, la niñez está en una situación bastante crítica. Estamos en una permanente crisis que ha convertido el país en un país desigual, reina la corrupción en toda la institucionalidad del Estado, reina el involucramiento del crimen organizado, la desigualdad social mantiene a la institucionalidad pública en un permanente secuestro”, sostuvo Vásquez.
Precaria educación
El fracaso en la educación agudizado por la pandemia, ha sido más que evidente frente a la incapacidad de la institucionalidad pública de poder garantizar toda una estrategia que permitiera que, a través de la virtualidad, los niños y niñas accedieran a la educación. Sumado a los huracanes y sus consecuencias, los índices de pobreza y pobreza extrema se han disparado.
“Es triste tener que reconocer que en los últimos 12 años, después del golpe de Estado, según el Instituto Centroamericano de Estudio Fiscales, ICEFI, más de un millón de niños y niñas, entre los 5 y los 17 años, han estado fuera del Sistema Educativo Nacional”, lamentó Wilmer Vásquez.
Según un estudio de la Asociación para una Sociedad Más Justa, ASJ, sólo en el 2020, en el marco del distanciamiento social provocado por la pandemia, al menos 1.2 millones de niños y niñas, entre los 5 y los 17 años, han estado fuera del Sistema Educativo Nacional.
Caso Mosquitia
Y la situación precariedad se multiplica cuando se trata de las zonas territoriales alejadas del asfalto y de las grandes ciudades. Un claro ejemplo es la Mosquitia hondureña en el departamento de Gracias a Dios.
Según organizaciones magisteriales y defensoras de derechos humanos, la pandemia de la Covid-19 dejó fuera del sistema educativo a más de 30 mil niños y niñas en la Mosquitia hondureña por falta de conectividad a las clases virtuales. Pero la cifra deja por fuera la situación de exclusión agravada que sufre la niñez indígena en el departamento de Gracias a Dios, catalogado el más empobrecido del país.
Honduras cuenta con un sistema educativo precario que se sustenta en amenazas de privatización, incumpliendo a docentes, falta de presupuesto para materiales e infraestructura, y con una niñez con menos oportunidades para estudiar.
Con el impacto de la pandemia de la Covid-19 y los dos huracanes, la educación en Honduras terminó sumergida en la precariedad, especialmente en los territorios indígenas, donde la niñez es violentada en sus derechos más fundamentales.
La maestra Sobeyda Rodríguez, originaria de Brus Laguna en el departamento de Gracias a Dios, dijo en Radio Progreso que las clases virtuales nunca existieron en La Mosquitia. Contó que la Secretaria de Educación no proporciona material didáctico y no tiene capacidad para proporcionar insumos de bioseguridad. Son los maestros y maestras quienes compran, de su dinero, los insumos que se necesitan para impartir clases.
Sobreviviendo a la violencia y la pandemia
Honduras registra, durante toda la pandemia, más de 31 mil 700 niños y niñas contagiados con la Covid-19, detallaron representantes de la Dirección Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, DINAF.
La asistente técnico del programa de políticas públicas del DINAF, Georgina Morán, explicó que los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, El Paraíso, Atlántida, La Paz, Yoro y Comayagua, es donde más niños, niñas y adolescentes se han contagiado.
Durante el mes de agosto, Honduras registró 1681 muertes por Covid-19. Entre los fallecidos están 17 niños y niñas, y 14 mujeres embarazadas, dijo en Radio Progreso el Secretario de la Asociación de Funerarias de Honduras, Jesús Morán.
La niñez también es víctima permanente de la violencia. “Según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, al menos, en el 55% de las muertes violentas en Honduras, las víctimas son niños, niñas y adolescentes. Además hay medio millón de menores trabajando, haciendo trabajos que les corresponde a los adultos”, contó Wilmer Vásquez, Director de la RED-COIPRODEM.
Las organizaciones defensoras y promotoras de derechos humanos señalan que más de 15 mil niños, niñas y adolescentes están durmiendo en las calles. Todo este panorama adverso obliga a otros cientos de miles a huir del país, y deciden tomar la ruta migrante hacia el norte.
Utilizados políticamente
Sin respuestas institucionales a la problemática de la niñez hondureña, en medio de la campaña política, los políticos hacen uso de la imagen tierna e inocente de niños y niñas para atraer votantes.
“Creo que es un tema de ética política y personal de los candidatos y candidatas que involucren a niños y niñas en estos temas de campaña político electoral, también es una responsabilidad de los partidos como instituciones de derecho público”, dijo el abogado Oscar Hendrix.
Se demanda que la institucionalidad actúe con la vigilancia del proceso y penalizar, a través del Ministerio Público, a quienes violen las prohibiciones establecidas en la Ley Electoral.
“El Ministerio Público tiene que velar, específicamente la Fiscalía de Delitos Electorales, porque se respete la Ley Electoral y debe perseguir los delitos y faltas electorales que pudieran cometerse, y el uso de menores en la campaña política está prohibido”, dijo por su parte el abogado Rodolfo Zamora.
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