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Por Amaya Larrañeta
>>La Fiscalía alerta de que el año pasado el 85% de asesinadas no había presentado ninguna denuncia previa por maltrato.
>>¿Qué aleja a una víctima de denunciar? ¿Qué pasillos alternativos tienen las mujeres para dar la alarma y ser socorridas?
>>PEDIR AYUDA | El 016 es el teléfono del servicio de asesoramiento para víctimas de violencia de género.
Tenía 38 años y tres hijos en el cole. Este lunes su marido, y padre de los niños, la degolló en el domicilio familiar y después se suicidó. Ni la Guardia Civil, ni los Juzgados, ni el Ayuntamiento tenían constancia de antecedentes de violencia previos a este terrible asesinato machista en Villajoyosa(Alicante).
Lamentablemente, es un caso demasiado habitual. Casi veinte años después de aprobada la ley que las debería protegerlas (2004), una gran mayoría de las mujeres que sufren violencia de género en España continúa sin denunciar.
De las 47 mujeres que fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en 2020, solamente 7 habían denunciado violencia de género. La memoria de la Fiscalía, presentada la semana pasada, destaca que este el porcentaje de denuncia previa, del 15%, es el más bajo desde que hay registros (2006), aunque no ha superado nunca el 33%. Los fiscales achacan la caída de 2020 a la coyuntura del confinamiento por la covid-19, pero admiten que también entra en juego una persistente «desconfianza hacia el sistema judicial».
Las datos les dan la razón. Las denuncias interpuestas en un juzgado no dejan de caer desde 2011. Entonces se recibían más de 3.400 por trimestre, cuando en 2020 fueron solamente 457. Los fiscales dicen en la memoria de 2021 que el sistema judicial presenta «carencias» para dar «una respuesta adecuada y eficaz a las víctimas y a sus hijos e hijas».
«La denuncia no es la única vía para salir de la violencia», recuerdan los fiscales, «pero sin ella es muy difícil proteger adecuadamente a la víctima».
¿Por qué siguen sin denunciar las mujeres?
Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, considera que acusamos una falta de conciencia social «contundente» y «rotunda» contra la violencia machista. «Se ha creado la idea de que es normal que un marido te pegue o te maltrate un poco. Se admite esa violencia, algo que no ocurre si nos pega un vecino. Nunca diría alguien: mi vecino me pega lo normal». Lorente explica que los agresores consiguen con frecuencia, además, que la mujer crea que tiene la culpa del maltrato por haber hecho antes algo mal.
Este experto agrega un segundo factor que juega en contra de que las mujeres pidan ayuda fuera de casa: «Las víctimas de violencia machista sufren aislamiento, depresión y baja autoestima». Y todavía encuentra una tercera causa al bajo porcentaje de denuncias: «El arraigo del amor romántico, que hace pensar a una mujer que todo esto ocurre porque su pareja está pasando una mala racha y solo ella puede ayudarle «.
¿Cómo han evolucionado las denuncias en 15 años?
El observatorio del Poder Judicial también ha recogido en 2020 una caída de las denuncias globales por violencia de género. Fueron 150.785 respecto a las 168.057 del año previo. Los expertos consideran que la pandemia explica esta abrupta caída, de la que todavía no se han recuperado las denuncias en 2021.
«Más del 75% de las mujeres no denuncian maltrato», recuerda Lorente. «Es una decisión difícil, porque estás denunciando y metiendo en el calabozo a tu pareja o padre de tus hijos y la cuestionada eres tú en tu entorno familiar y no pocas veces en las instituciones». De ahí que muchas no terminen de llegar a comisaría.
La macroencuesta de violencia de 2019, la última disponible, reveló que solamente el 21% de las mujeres que habían sufrido violencia machista había denunciado los hechos en Policía, Guardia Civil o en un juzgado.
El motivo más citado para no denunciar es «haberlo resuelto sola» (49%), seguido de «no dar importancia a la violencia sufrida» (46%), pero en un 10% de los casos no lo hicieron «por miedo al agresor» o por «vergüenza» (11%). Las que sí denuncian, además, tardan de media ocho años en poder verbalizar su situación.
¿Hay caminos alternativos a las denuncias? ¿Son eficaces?
«Las mujeres tienen que sentir que estamos con ellas, que somos conscientes de lo difícil que es esa ruptura del silencio, que se sienten paralizadas en muchos casos por el miedo, pero que siempre pueden llamar por teléfono, acudir o solicitar apoyo en quienes mejor las van a comprender, sin juzgarlas: los recursos especializados de atención y las asociaciones feministas «, dicen en la Delegación de Gobierno Contra la Violencia de Génerodel Ministerio de Igualdad.
Las mismas fuentes señalan que «los discursos negacionistas» consiguen arropar a los agresores y generan un «profundo daño en las víctimas que, ante el temor a no ser creídas, van a verse abocadas al silencio».
En España desde hace años las víctimas no tienen que denunciar para acceder al Atenpro, un dispositivo de telefonía móvil que permite entrar en contacto en cualquier momento con un centro preparado para dar respuesta a una emergencia por violencia de género. «Permite a las mujeres mantener un contacto continuado con un servicio que proporciona un botón del pánico. Si te acosan, te localizan», explica Miguel Lorente.
Pero este año se han redoblado los esfuerzos por abrir caminos previos a las denuncias, a través de un plan de urgencia aprobado en julio en Consejo de Ministros, y pactado con los expertos y las CC AA, tras un junio muy negro en la violencia machista, con seis mujeres asesinadas.
Entre las novedades del plan destaca el desarrollo de una herramienta llamada 'Protocolo Cero’, que ayuda a las fuerzas de seguridad a valorar el testimonio de familiares y el entorno social para dar protección a la víctima, aunque no haya denunciado. Porque el entorno llama cada vez más al 016 para informarse sobre cómo ayudar a una víctima, sin saber a qué recurso deben remitir a las que no quieren denunciar. También esperan que los centros de crisis de violencia sexual, hay proyectados uno por cada comunidad autónoma, puedan convertirse en una nueva puerta de entrada a las maltratadas.
Otro caudal valioso para la detección de violencia de género es la atención sanitaria y los servicios sociales, recuerdan en Igualdad. «Dado el gran número de víctimas que les demandan ayuda sin denunciar, las administraciones deben ser proactivas en la detección y en la respuesta«, solicitan desde el Gobierno.
Puertas seguras de entrada a las instituciones
Según la última macroencuesta de 2019, el 75% de las mujeres que denuncian violencia de género dicen sentirse satisfechas de cómo les han tratado en el proceso. Para llegar al 100%, el plan es potenciar el acompañamiento: abrir puertas «seguras» a las instituciones y que no se sientan «cuestionadas».
La clave para romper la espiral del silencio, según los expertos, está precisamente en acertar con las estrategias de acompañamiento y protección de las víctimas para que después de recibir atención el delito pueda llegar hasta la Justicia, «y que ninguna violencia salga gratis», señala Lorente.
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