jueves, 24 de noviembre de 2016

Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía, así es el caso de Herminio Deras



“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”, reza la frase del antiguo filósofo Séneca. Este dicho cae como anillo al dedo a la justicia hondureña, especialmente en estos momentos cuando 33 años años después de promover impunidad, las fuerzas policiales capturaron al teniente en condición de retiro de las Fuerzas Armadas, Marco Tulio Regalado Hernández, vinculado con el Batallón 3-16, quien fue condenado en 2005  por el delito de asesinato en perjuicio de Herminio Deras, uno de los máximos dirigentes populares en Honduras.
En el marco de la  implementación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, Herminio Deras, fue asesinado el 29 de enero de 1983 en un retén militar que estaba a cargo del teniente Regalado Hernández.  “El hecho criminal ocurrió en la avenida Junior de San Pedro Sula, cuando Deras pasaba por el retén,  el imputado se subió al carro que conducía la víctima y media cuadra después se escuchó una detonación de arma de fuego”, reza el expediente en poder  del Ministerio Público.

De acuerdo a Alba Luz Deras, hermana de Herminio Deras, “esa captura es un paso en la lucha contra la impunidad, sin embargo a los altos jerarcas militares implicados en el asesinato de mi hermano no se les ha seguido ni un proceso por lo tanto continuaremos en la lucha exigiendo justicia”.  Al mismo tiempo dijo estar inconforme con los 12 años de cárcel aplicados en la sentencia. “Es una burla la sentencia porque se trata de una vida,  pero con esto queda demostrado el tipo de justicia que hay en el país”.

Al mismo tiempo cuestionó que la captura puede ser  una maniobra del Estado para  limpiarse el rostro ante organismos internaciones de derechos humanos pues la institucionalidad hondureña sigue siendo la principal abanderada de la impunidad.  “Saben que sobre el caso de Herminio Deras, se está pendiente la resolución definitiva de Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, CIDH, por lo tanto seguiremos exigiendo justicia tanto a nivel nacional e internacional”, argumentó.

El presidente Juan Orlando Hernández y los medios de comunicación han resaltado esta semana  la captura del ex teniente, quien se encontraba prófugo de la justicia después de haber sido condenado desde el año 2005,   sin embargo el Sistema Interamericano de los Derechos humanos a través de la CIDH,  ha dado la razón a la familia de Herminio Deras en la denuncia presentada ante dicho órgano de justicia, y reconoce las violaciones cometidas por parte del Estado de Honduras. 

Por si fuera poco en materia de Derechos Humanos el país sigue esperando que se haga Justicia con los genocidas, represores y cómplices de las desapariciones de al menos 184 personas durante la aplicación de la  Doctrina de la Seguridad Nacional impuesta por Washington en Centroamérica durante el conflicto armado que se vivió en la región. El tiempo ha pasado pero los familiares de Herminio Deras y de las demás víctimas siguen llorando y  repitiendo la palabra “Justicia” “Justicia”.

Herminio Deras, fue víctima de dicha desde donde desató la cacería contra todo lo que implicara oposición a los proyectos designados para el sometimiento y entrega de la soberanía nacional, para todo lo que implicara la defensa de los derechos humanos fundamentales, donde la vida digna fuera el fin primordial para todo el pueblo hondureño.

“Vida digna significaba reivindicar el derecho a la tierra para quienes la trabajaran, el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la justicia. En ese camino andaba Herminio. Educaba al pueblo a defender sus derechos, educaba al pueblo a identificar donde estaban los obstáculos para alcanzar una vida digna, iluminaba con sus ideas en un momento de oscuridad total”, narra Alba Deras en uno de los tantos escritos sobre su hermano. 

Crímenes de Estado

De acuerdo Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH,  en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional iniciada en  el Gobierno de Roberto Suazo Córdova, en la década de los 80s se crearon en Honduras, escuadrones de la muerte dirigidos por oficiales de inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Entre estos destacaron: El grupo de los Catorce, comandado por el Mayor Adolfo Díaz; la Dirección Especial de Investigación (DIES), dirigida por el oficial de policía Alexander Hernández; Batallón de Inteligencia 3-16 y Fuerzas Contra Revolucionarias de Nicaragua conocidas como los Contras, que apoyaban a los escuadrones de Honduras en los operativos contra disidentes políticos. Las Estructuras judiciales no tenían control sobre ninguno de estos cuerpos.   

“El Batallón de Inteligencia 3-16 tenía acceso a enormes cantidades de información especial y además tenía la responsabilidad de apoyar a todos los batallones de las fuerzas especiales y asumía el rol de coordinador de actividades de inteligencia, comunicaciones, planificación y programación. Este cuerpo ha sido responsabilizado de cientos de asesinatos políticos, torturas, desapariciones forzadas”. 

“La Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNI), sus agentes vestían de civil. Entre sus actividades figuraba combatir las actividades políticas clandestinas.  Fuerza de Seguridad Pública (FUSEP), que era una rama de las Fuerzas Armadas, sus instalaciones eran utilizadas para mantener prisioneros políticos y someterlos a torturas, y muchos de sus comandantes reprimían las manifestaciones públicas y detenían disidentes políticos”.

“Batallones Especiales de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Territoriales que recibían financiamiento del Gobierno de los Estados Unidos. La mayoría de los jefes de inteligencia, de los cuerpos especiales antisubversión y de los escuadrones de la muerte, eran egresados de la Academia Internacional de Policía con sede en Washington y de la Escuela de las Américas, basada en Panamá”, de acuerdo a COFADEH. 
De acuerdo a Alba Deras han pasado más de dos décadas de la implementación de la políticas de la muerte y en la actualidad también se persiguen las ideas, se secuestra la libertad de expresión, se asesinan campesinos, comunicadores sociales y a todos los que levanten su voz contra las ambiciones de afianzar una dictadura que busca perpetuarse en el poder para seguir levantando las banderas de la corrupción y la impunidad.

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