martes, 27 de septiembre de 2016

Se nos fue la compañera, amiga y luchadora popular Gladys LanzaDick & Miriam Emanuelsson



Siempre es duro escribir unas líneas sobre seres humanos que han sido excepcionales en la vida. Y Gladys Lanza, de 75 años, es una de aquellas personas. Partió para siempre esta madrugada del 20 de septiembre, en el hospital Dime en Tegucigalpa, Honduras.

Pocas personas como Gladys han tenido una vida tan rica en experiencias humanas como ella. Porque los revolucionarios, como Gladys, viven una vida rica, y esa riqueza no hace referencia a lo económico.

Entrevistamos a esta mujer combativa, incansable e insobornable desde el golpe de estado militar en Honduras el 28 de junio de 2009. Y ahí surgió también una linda amistad. Fue una de las destacadas militantes & dirigentes del ex Partido Comunista de Honduras (PCH) hasta su disolución en 1990.

Fue una de esas heroínas en la lucha popular y encabezó uno de los sindicatos más importantes, combativos y clasistas en la década de los ´70-´80, el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, STENEE, en donde se puso al frente de los intentos de entregar la empresa con 4500 trabajadores al gran capital privado. Y recordamos siempre sus palabras que salieron con tanta firmeza sobre esa heroica lucha de clase, cuando la entrevistamos el año 2012 sobre esos sucesos de los ´80:

“¡Hay que cambiar todo, echar atrás todo lo que han hecho! Quitar el poder de la empresa privada porque ella es sanguijuela, que chupa sangre y la sangre es el dinero del pueblo.”

La generación hondureña de hoy la recuerda por su incansable lucha por las mujeres y trabajadoras hondureñas, víctimas de un estado patriarcal, machista y violento, sobre todo después el golpe de estado militar de 2009.

Cada año la organización feminista Visitación Padilla que Gladys encabezaba como coordinadora presenta las estadísticas sobre el feminicidio en el país centroamericano. Las cifras horrorizan. ¿Cómo es posible, que en una pequeña nación de 8.2 millones de habitantes se ejecuten cada año a 600 mujeres, muchas de ellas se encuentran en costales, mutiladas con signos de tortura. Gladys juró luchar hasta las últimas consecuencias para que se respetaran los derechos de la mujer hondureña y sobre todo; el Derecho a la Vida.

Por eso fue amenazada tantas veces. Fue hostigada. Fue demandada y sentenciada por el Poder Judicial a 18 meses de cárcel por haber encabezado una manifestación frente al edificio de una entidad estatal en donde “las Chonas”, como cariñosamente son nombradas las miembros de Visitación Padilla, denunciaban con voces altas al gerente de la empresa, acusado por acoso laboral y sexual de una trabajadora de la entidad y que buscó la defensa donde Gladys y Las Chonas, porque la fiscalía, dizque “el defensor del Pueblo”, no prosiguió el caso, según las denunciantes.


– ¡Jamás acepto un arreglo “amistoso” en donde me arrepiento, jamás voy a pagar esa multa aunque sea simbólica, prefiero la cárcel, que me lleven a la cárcel! dijo con una decisión totalmente firme que impactó. El estado, hasta ahora, no ha insistido de ejecutar la sentencia.

Terminó de palpitar el corazón tan grande de Gladys esta madrugada. Cuando nos fuimos del velorio esta tarde habían llegado centenares de sus amigas y amigos, compañeros de la ENEE, obreros, campesinos, las mujeres de los barrios y colonias de la pobreza capitalina que nuevamente van a enterrar una mujer de gran calidad humana, con espíritu revolucionario y humanismo tan grande como el que representan los y las mejores hijos e hijas del pueblo trabajador.

Su hermana nos contó, que en su última plática con Gladys, ella se despidió con las palabras; ¡“Cómo voy a morir ahora cuando la situación en el país está como esta”!

El pueblo hondureño, que quiere un cambio profundo en todas sus estructuras, y no parches en el techo, debe tomar esas palabras de Gladys como un reto para continuar la lucha y recoger el legado político y organizativo que dejó Gladys. Y estamos seguros, que con ese optimismo histórico que siempre expresaba Gladys, otros hondureños lograrán lo que ella y todos sus camaradas de lucha prepararon.

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