lunes, 12 de septiembre de 2016

Globalizar la lucha



Hablar de las consecuencias del actual modelo económico, es mencionar la cantidad de familias que sobreviven diariamente con los pocos ingresos que da la actividad labor que desempeñan. La pobreza y desigualdad son el resultado de ese acaparamiento de una reducida cúpula.

Ese mismo modelo es el causante del incremento de la violencia e inseguridad para los pobres. En los barrios, colonias y comunidades no únicamente la situación económica es una preocupación latente, sino la inseguridad que genera vivir en zonas donde la delincuencia común y organizada mantiene control, en la mayoría de los casos protegidos por la misma institucionalidad.

Ese mismo modelo ha reducido la institucionalidad a los gustos y antojos de un grupo reducido. Es tan poderoso este modelo que a los pobres nos ha metido en la mente que la mayor satisfacción es cuántos dineros tengamos, y que el éxito radica en esa acumulación desmedida. Que la salvación es individual y que es más inteligente quien sabe tercer lo legal.

Ese modelo está insertado profundamente en las familias, comunidades y el país entero. Muchos y muchas son el resultado de sus consecuencias y lo seguirá siendo hasta que como pueblo seamos capaces de repensarnos y reconstruirnos bajo otras reglas.

Un ejemplo de esa nueva construcción la han iniciado muchas comunidades en Honduras. Ellas se niegan a creer que su desarrollo debe ser resultado del despojo de aquellos bienes naturales que han cuidados por vida. Son muchos hombres y mujeres que están siendo amenazados, hostigados, criminalizados y hasta asesinados por creer que el desarrollo es más que la venta desmedida de los ríos, bosques y territorios.

Esas comunidades nos están dando ejemplo de lucha y resistencia, saben que los riesgos por oponerse al modelo son muchos, el más latente perder la vida, pero son conscientes que no hacerlo sería dejarse vender y perder las esperanzas.

Desde esas comunidades nos están gritando que globalicemos la lucha, que únicamente unidos y en racimo nos podremos salvar, y que es cosa de actuar ahora porque para mañana podría ser demasiado tarde.

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