miércoles, 20 de noviembre de 2013

Un llamado a defender nuestro voto



Por Rebeca Becerra

Varias personas me han preguntado por qué he decido capacitarme y formar parte de una mesa electoral. Me parece que a estas alturas nuestra conciencia social y política ya no necesita hacerse este tipo de preguntas. Me dan excusas como “es que es muy peligroso” o “pero vos sos una profesional” o “eso hay que dejárselo a los colectivos de base” o “ahí vas a estar todo el día y toda la noche sin pago, y lo peor sin comida”.

¡Peligroso! Qué más peligroso que la violencia generalizada en que vivimos día a día. Sí, soy una profesional porque tuve la oportunidad, por supuesto con mucho esfuerzo y sacrificio de poder estudiar en una universidad, oportunidad que se le ha negado y se le niega a la mayoría de las y los hondureños; esta carencia de estudio que muchos jóvenes llevan detrás de sus espaldas porque un sistema injusto no les brinda las oportunidades de educarse de manera formal, para mí es más que suficiente para apoyar y formar parte de una mesa electoral.

Por qué debemos dejarle solamente a los colectivos de base esta labor que a la larga nos beneficiará a todas y todos los que hemos emprendido una lucha por la transformación de Honduras, que tenga un título universitario no me excluye de ser parte de… o formar parte de… en las mesas no valen los títulos universitarios sino la ética y la moral con que llevemos cabo el trabajo que se nos asigne.

Que va ser un día ajetreado y una noche difícil, de eso no hay la menor duda. Que no voy a recibir una remuneración monetaria, jamás he cobrado por mis aportes a esta lucha porque tengo principios revolucionarios, si otros u otras lo hacen ese es su problema no mío.

En esas mesas y en esas urnas el pueblo, que hoy tiene una leve esperanza de mejorar su calidad de vida o de tener acceso a los servicios básicos, de comer tres veces al día, como se debe hacer dignamente, depositará la confianza en un partido, depositará la confianza en la mujer que tiene todas las posibilidades de ser la primera Presidenta de Honduras. Depositará su confianza en hombres y mujeres que se postulan para cargos públicos de importancia, todos y todas estas personas que conforman la fórmula presidencial, que se postulan para alcaldes y alcaldesas, para diputados/as a nuestro Congreso Nacional no deben olvidarse que pasarán a ser servidores públicos pagados/as con el dinero del pueblo hondureño, pero más que empleados públicos las y los hondureños vemos en estas personas amigas y amigos que trabajarán conjuntamente con las y los pobladores por la refundación del país, porque en la lucha revolucionaria, no somos solamente “la masa” sino que somos los que hacemos la revolución. Sin los colectivos de bases se pierde el poder de un partido.

La visión partidaria retrógrada todavía asoma sus narices en las mentes de aquellos y aquellas que piensan que por ser licenciados(as), master o doctores, artistas, escritores, pintores, cineastas, etc., no pueden participar en una mesa electoral; cuando esta visión debería ser al contrario.

En este sentido, no podemos a estas alturas de la lucha echar a la borda una oportunidad irreparable, más cuando se están violentando los derechos humanos y se ha asesinado a tanta gente indefensa. Si no tuvimos miedo en los momentos más duros del golpe de Estado del 2009 o durante la década perdida del 80, aquellos/as que la vivimos y sobrevivimos, por qué hacerlo ahora cuando es necesaria, urgente e imprescindible nuestra participación en las mesas electorales para cuidar parte del proceso y de llevarse a cabo irregularidades denunciarlas.

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