miércoles, 20 de noviembre de 2013

La aún lejana Patria Grande


Rebelión

Por Andrés Soliz Rada

En el último cuarto de siglo, proliferaron libros, folletos, declaraciones, seminarios, congresos y conferencias en torno a la unidad de América Latina (AL). En esa dirección, fue rescatado el pensamiento de Ugarte, Vasconcelos, Rodó y Haya de la Torre, entre muchos otros, el que adquirió plena vigencia con la creación (26-03-91), del MERCOSUR, el suceso más importante en Latinoamérica en los últimos 200 años, según Hugo Chávez, y el de mayor trascendencia histórica desde las guerras de la independencia, según Jorge Abelardo Ramos (JAR).

El MERCOSUR fue precedido por importantes esfuerzos integradores, como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), (26-05-69), y continuado con la UNASUR (11-03-11), la CELAC (03-12-11) y el ALBA (14-12-04). El MERCOSUR se fortaleció, en lo geopolítico, con la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), ocurrida en la cumbre presidencial de Mar del Plata (05-11-05), auspiciada por EEUU y Canadá, y, en lo ideológico, con el reconocimiento de Chávez a la obra fundamental de JAR: “La Historia de la Nación Latinoamericana”, en la fundación de la CELAC (03-12-11).

JAR, quien enseñó que la autodeterminación en AL es el derecho a unirse, no a fragmentarse, refutó a las corrientes estalinistas que plantearon la existencia de “repúblicas plurinacionales” en nuestra región. Así, por ejemplo, el Partido Comunista (PC) argentino, al advertir la presencia de miles de chacareros italianos en Santa Fe y de chacareros judíos en Entre Ríos, proclamó que tenían derecho a su “autodeterminación nacional”, que los escindiera del resto de la Argentina.

El PC del Perú planteó dividir a este país en una república aymara y en otra quechua (1931). Jorge Obando, al copiar de manera mecánica el libro “Sobre el Problema Nacional y Colonial”, de José Stalin, propuso la atomización de Bolivia en 34 grupos étnicos. Ese el antecedente de las actuales 36 naciones indígenas, impulsadas por las ONGs del imperio. 

El estalinismo sufrió otro traspié con la decisión del gobierno de Cuba de otorgar el premio nacional de literatura 2012, al novelista Leonardo Padura, cuyo libro “El hombre que amaba a los perros”, ya traducido a 15 idiomas, es una implacable condena al dogmatismo soviético.

JAR, frente a quienes creen que los intentos revolucionarios en la América morena son una mera prolongación de la Revolución rusa, defiende la originalidad de nuestros movimientos nacionales de liberación, como el peronismo argentino, el “emenerrismo” boliviano o el aprismo peruano, ya que, a su juicio, el socialismo en AL emergerá de la profundización de sus revoluciones nacionales y no de su negación, como cree el marxismo dogmático. 

El Ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorín, en conferencia dictada en el Ministerio de Defensa argentino (13- 09-13), sostuvo que UNASUR “debe progresivamente ser uno de los centros políticos del mundo” y que “América del Sur tiene un papel que ejercer en el orden mundial” Esas metas colisionan con la incapacidad del MERCOSUR para controlar los recursos estratégicos de la región: Petróleo, minería, Bancos y agricultura. 

Brasil licitó el 21-10-13, el campo Libra, un enorme yacimiento sub oceánico de gas, a favor de un consorcio en el que Petrobrás sólo tiene el 40 % de acciones, Shell y Total, articuladas a compañías de EEUU e Inglaterra, en cuyo benefició espió la CIA, otro 40 %, y dos estatales chinas el restante 20 %. 

El MERCOSUR se enfrenta a la Alianza del Pacifico (México, Perú, Colombia y Chile), una versión encogida del ALCA. En el ALCA se aplica el capitalismo del consenso de Washington. En el MERCOSUR, en mayor o menor grado, el capitalismo de Estado, el que, con la participación de los pueblos indígenas, se halla más próximo a la Patria Grande y al Socialismo Latinoamericano.

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