jueves, 28 de noviembre de 2013

Golpe de estado electoral en Honduras


Rebelión

Por Javier San Vicente Maeztu

Honduras está indignada. Y no es para menos. Los comicios celebrados el pasado 24 de noviembre en la nación centroamericana han dejado un regusto amargo entre los seguidores de dos de los principales partidos políticos hondureños. Habiendo contabilizado menos de la mitad de las actas, el Tribunal Supremo Electoral comenzó el domingo a lanzar datos que daban la victoria al candidato del Partido Nacional Juan Orlando Hernández (JOH). Han pasado ya varias horas desde el cierre de las urnas y el proceso de conteo se está realizando de una manera confusa y a un ritmo muy lento.
Éstas no son una elecciones cualquiera. Se trata de los primeros comicios convocados tras la grave crisis política que vivió el país en 2009 como consecuencia del golpe de Estado perpetrado el 28 de junio de ese año. También son las primeras elecciones en las que el sistema bipartidista que dómino la política hondureña durante más de 100 años se ve seriamente amenazado. La izquierda tiene por primera vez opciones de lograr la presidencia, a través del Partido LibRe, surgido como respuesta del movimiento social al golpe de 2009 y liderado por el ex presidente Manuel Zelaya y su esposa Xiomara Castro. Sin embargo el temor a que se produjese un fraude era patente desde primeras horas de la mañana del domingo.

En la víspera de las elecciones ya se habían producido varios eventos que contribuyeron a aumentar la tensión existente en el país. Se hostigó a varios grupos de observadores internacionales mediante el envío de autoridades de migración a acosar a observadores así como la realización de identificaciones en un hotel capitalino por parte de agentes del gobierno encapuchados que portaban armas. Incluso se negó la condición de observador al ex juez español Baltasar Garzón y a la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.

El hecho más grave fue el asesinato de dos activistas de LibRe en el municipio de Cantarranas, en el departamento de Francisco Morazán. El sábado en horas de la tarde regresaban de una capacitación de su partido para representarlo en mesas electorales cuando sujetos desconocidos dispararon a su vehículo.

Un grupo de observadores denunciaba detenciones ilegales e intimidaciones contra miembros de mesas electorales de LibRe en los municipios de El Paraíso y San Jerónimo por parte de paramilitares, que impidieron el acceso a las comunidades citadas. Se reportan ataques por parte de hombres armados en La Unión (Lempira) y Ocotepeque.

Tampoco nada bueno presagiaba las inconsistencias halladas en el censo electoral por el Centro de Estudios para la Democracia CESPAD. Tras realizar un monitoreo de dicho censo en algunos pequeños municipios, encontraron que 310 personas ya fallecidas aparecían en las listas de votantes, mientras que se reportaba el caso de otras 44 que, estando vivas, no figuraban en censo alguno.

La jornada electoral comenzó con un hecho que podría considerarse insólito en muchos lugares, pero que en Honduras no sorprendió a nadie. En la madrugada del día 24 varios efectivos del Ejército de Honduras fueron posicionados junto a los transmisores de varios medios opositores. En concreto se trataba de los transmisores de Radio y TV Globo y Cholusat Sur. Ambos medios fueron cerrados por el Ejército tras el golpe de Estado de 2009 y han sido víctimas de diversas agresiones desde entonces.

Sin embargo, este hecho no empañó la alegría de miles de hondureños, que acudieron a votar de forma masiva. La ilusión era patente entre los simpatizantes de LibRe y PAC. Se pudieron ver largas colas en los colegios electorales. Durante el recuento, miles de hondureños permanecieron como observadores del conteo de manera particular. LibRe asegura contar con copias de miles de estas actas, que podría utilizar para impugnar los resultados oficiales.

Otro evento que produjo extrañeza fue el despliegue de unidades del Ejército alrededor de las plantas de distribución eléctrica de la ENEE. Aumentaba con ello el temor que una parte de la oposición tenía a que se produjesen cortes de luz durante el conteo de votos.

Pero los recelos no se hicieron patentes hasta después de cerradas las urnas. Durante las dos primeras horas tras el cierre, los medios de comunicación solo estaban autorizados a transmitir los resultados del conteo de urnas concretas. Los resultados ofrecidos eran muy diferentes según el canal que se viese.

A las 8 de la tarde, el TSE comenzó a ofrecer resultados. En un primer reporte, daba una ventaja a Juan Orlando de casi 6 puntos respecto a Xiomara Castro, que quedaba en segundo lugar. A partir de ahí, todo se volvió confuso. Un sistema que en principio debía ofrecer resultados con rapidez dejo de funcionar. La web del TSE no cargaba o no se actualizaba. Se repetían los mismos hechos que ocurrieron en la elección de 2009: en aquella ocasión no hubo resultados definitivos hasta dos semanas después de los comicios, y la noche de los comicios el TSE aseguró que se trataban de las elecciones con mayor participación en la historia de Honduras con un 62% de votos emitidos. Tras dos semanas el mismo tribunal se vio obligado a reconocer que fueron las menos votadas, con un abstencionismo ligeramente superior al 50% (otras fuentes hablaban de un 21% de participación).

Las acusaciones de compra de votos son una constante en las elecciones de Honduras. En esta ocasión se han producido denuncias reiteradas contra el Partido Nacional por compra de votos mediante entrega de dinero o bolsas de alimentos (se entregó supuestamente una bolsa con comida y dinero en efectivo) y venta de credenciales electorales al partido Nacional (que dan derecho a participar en el conteo de las actas). En este video se puede ver un caso de venta de credencial de Alianza Patriótica al Partido Nacional. Además, se entregó a miles de personas una tarjeta que permite recibir descuentos en multitud de establecimientos comerciales, denominada “la cachureca” (a los miembros del Partido Nacional se les conoce como cachurecos).

Salvador Nasralla, candidato por el recientemente creado Partido Anticorrupción, denunció durante la jornada de los comicios graves irregularidades en el proceso electoral: falsificación de actas enteras que habrían sido introducidas de manera irregular en el sistema del Tribunal Supremo Electoral . El ex presidente Manuel Zelaya, derrocado por un golpe de Estado en 2009, denunciaba también el supuesto fraude asegurando que según el conteo independiente realizado en todo el país por su partido seria su esposa Xiomara Castro la ganadora.

Y es que parece difícil que un candidato tan impopular como Juan Orlando Hernández se hiciese con el poder. El encono social contra él llego a cristalizarse en una jornada anti-JOH realizada la pasada semana en la Universidad Autónoma de Honduras por jóvenes activistas de varios partidos políticos.

El lunes 25, los simpatizantes de LibRe y su dirigencia siguen a la espera de que se ofrezcan resultados definitivos. Lo hacen con la convicción de haber ganado las elecciones y pidiendo un recuento urna a urna. Este mismo lunes, la sede del Ministerio Público (fiscalía) fue militarizada y todos los empleados fueron enviados a casa por orden del gobierno. Varios empleados aseguraron a la prensa que el desalojo de las oficinas es debido a amenaza de disturbios. El cierre se produce un día después de que el candidato presidencial Salvador Nasralla y algunos medios denunciasen que fiscales del Ministerio Publico habían allanado varias oficinas del Partido Nacional donde llenaban, firmaban y escaneaban actas con datos a favor de Juan Orlando Hernández. Nadie confirma ni desmiente estas afirmaciones hasta la fecha.

El lunes 25, el grupo de observadores canadiense Common Frontiers, denunciaba la irregularidad de los comicios y solicitaba al gobierno de Canadá no reconocer a Juan Orlando Hernández como ganador. En el mismo sentido, los observadores de la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas denuncian “manipulación y compra de votos, amenazas y otros actos de violencia contra los testigos y votantes de LibRe”.

Y la incertidumbre sigue. Mientras el gobierno ya ha declarado ganador a Juan Orlando Hernández, Xiomara Castro asegura que triunfó ella. Salvador Nasralla felicita a su candidato a la alcaldía de San Pedro Sula (capital económica del país), contraviniendo, de esta forma, la versión del gobierno, que da por ganador al Partido Nacional. Los datos van apareciendo con cuentagotas y ni siquiera parece estar claro cuál fue el porcentaje de participación en los comicios. En los próximos días pueden ocurrir muchas cosas. Los militantes de LibRe y PAC no parecen dispuestos a aceptar los resultados del TSE. Y no es de esperar que Juan Orlando y los suyos accedan a abandonar el poder.

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