lunes, 7 de enero de 2013

Aventuras peligrosas




Por Aníbal Delgado Fiallos

El punto de agenda principal de 2013 en Honduras son las elecciones generales de noviembre.

Las elecciones internas, un esfuerzo nacional importante que movilizó partidos, movimientos, burocracia estatal, tecnología y recursos financieros por el orden de los mil millones de lempiras, tuvo por finalidad preparar las condiciones institucionales para que aquel proceso general genere con transparencia las nuevas autoridades del país.

Salpicado de irregularidades y manoseado hasta la náusea tenemos que asumirlo por la salud democrática del país.

Ahora nos toca a todos salvaguardar las elecciones de noviembre de la maña de los políticos tradicionales; no hay duda que no solo hay propósitos truculentos para repetir las acciones delictivas consumadas en las internas, sino pensamientos macabros para provocar la ruptura del orden constitucional, mandar al carajo el esfuerzo nacional de las internas, y convertir el actual Congreso en Asamblea Nacional Constituyente.

Ambas posibilidades son fatales y desde ya hay que advertir a quienes están detrás de la maniobra, personajes harto conocidos, que ni siquiera la intenten; sumirían al país en un caos sangriento y naufragarían definitivamente y por muchos años las posibilidades de enfilar la nación por la senda del desarrollo.

Pero como a muchos les importa un bledo los intereses de la patria y solo están atentos a sus intereses particulares, hay que advertirles que embarcarse en una aventura de este tipo significaría un suicidio político.

¿Para qué una Asamblea Nacional Constituyente?, para reformar la constitución; en esto vienen insistiendo unos y otros desde hace años, cuando lo que hay realmente tras este propósito es condicionar el articulado de la carta magna a determinados intereses.

No hay duda que la Constitución necesita reformas y que hay que prepararse para hacerlas, pero el proceso debe realizarse en un marco de unidad y de consenso patriótico, a fin de que responda a las demandas del desarrollo, la actualización social  y la democracia y sea capaz de viabilizar y no frenar el progreso y los mejores objetivos de concordia nacional.

Algunos dirigentes están mal acostumbrados a jugar con los intereses de nuestro pueblo y a hacer malabarismos políticos arropados en la oscuridad de la medianoche y en la impunidad. ¡Cuidado!

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