martes, 15 de enero de 2013
Hace 52 años, Cuba se declaró libre de analfabetismo
Por María Cristina Rodríguez Castellanos
El acceso al conocimiento es una necesidad inobjetable del ser humano para ser más libre y llevar una vida que le permita un mayor contacto con el mundo que le rodea de una manera consciente. De esa forma se origina una interrelación intrínseca, necesaria para el desarrollo de la mente humana a la que todos tenemos derecho.
Posibilita además, una participación activa dentro de la sociedad que contribuye a su evolución más acelerada, de acuerdo con el ingenio y los propósitos que desea alcanzar el hombre, en el sentido genérico, ya que la mujer es también un ente activo en dicho proceso que exige su comienzo desde la infancia y no tiene límites de terminación, sólo hasta que cesa la vida.
Para alimentar esas ideas que surgen y que favorecen al desarrollo de la existencia humana hace falta introducirse en el mundo de las investigaciones y de los estudios, acciones negadas para los que no saben leer ni escribir.
Los analfabetos pasan por la amarga experiencia de ser marginados dentro de la propia sociedad, donde viven y no tienen ninguna oportunidad, a pesar de contar con ingenio y dotes naturales que harían más rico y dinámico el proceso evolutivo del mundo con una participación plena y productiva, dándoles el derecho que les pertenece.
En Cuba, mucho antes del de triunfo revolucionario, en lugares de las serranías donde combatían, la guerrilla inició una tenaz lucha por ofrecer a los habitantes de los alrededores donde se encontraban la posibilidad de alfabetizar a la población de las zonas bajo su control, por ejemplo en la Sierras, Maestra, Cristal y en el Escambray.
Luego del Primero de Enero de 1959, uno de las principales metas que se trazó el gobierno revolucionario fue luchar contra el analfabetismo. El 26 de septiembre de 1960, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas que Cuba sería el primer país en América que no tendría ni un solo analfabeto.
La Campaña Nacional de Alfabetización que se llevó a cabo en nuestro país fue de alcance nacional, impulsada desde el 1960 al 1961 por el Gobierno cubano para reducir el analfabetismo y aumentar el porcentaje de población escolarizada. La operación redujo el analfabetismo desde un porcentaje superior al 20 por ciento en 1958 al 3,9 por ciento en 1961, que fue proclamado como "Año de la Educación".
Si abordamos, la Constitución de Cuba de 1940, el sistema educativo lo identificaba las grandes desigualdades en el acceso a los recursos y oportunidades educativas, sobre todo en los sectores más pobres donde eran nulas prácticamente.
La Campaña en Cuba demostró que la alfabetización de un pueblo, tanto como el hecho educativo constituye, un acontecimiento y el éxito depende de la participación masiva y unánime de todas las organizaciones y los sectores de la población.
Por medio de brigadas de voluntarios que se desplazaron en el país, se estableció el centro de la campaña para realizar la labor de alfabetización. Estas usaban como material el manual Alfabeticemos y la cartilla Venceremo.
Los tres años de Revolución, 1961, fue determinante en la historia del pueblo cubano. A la proclamación del carácter socialista de la Revolución, la victoria de Playa Girón y otros importantes acontecimientos se le sumó la Campaña de Alfabetización. El 22 de diciembre de 1961, Cuba fue proclamada territorio libre de analfabetismo.
Desde el poder de los revolucionarios se pusieron en práctica diversas medidas con el objetivo de eliminar el analfabetismo, entre ellas, se crearon cerca de 10 mil aulas nuevas y se incrementaron los maestros de las zonas rurales.
Se organizaron las Brigadas Conrado Benítez, cuyo nombre procede de un voluntario que fue asesinado. Estas brigadas estaban compuestas por estudiantes, con edades de entre 10 y 19 años. Para integrarlas se necesitaba la autorización de sus padres. Se les equipó con un uniforme especial, ropa, una manta y una lámpara de aceite con la que podrían viajar por el campo de noche, estas lámparas llegaron a convertirse en el símbolo de las Brigadas.
La experiencia no estuvo exenta de riesgos: los jóvenes fueron objetivo de los contrarrevolucionarios y 10 de ellos fueron muertos, entre los que se encontraron el estudiante Manuel Ascunce Domenech y el hombre en cuya casa se alojaba, Pedro Lantigua. También se crearon otras brigadas, como las "Brigadas Patria o Muerte.
El 22 de diciembre de 1961, el Gobierno expuso cumplida con éxito la Campaña Nacional de Alfabetización y declaró a Cuba, en la Plaza de la Revolución José Martí, como territorio libre de analfabetismo.
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