domingo, 13 de enero de 2013

No ve que son golpistas




Por Iris Mencía

"No hombre, no ombe, no le den tanta cabida a gente que hizo daño al pueblo durante el golpe"; esto se escucha decir a la población -esta tarde (ayer) -que llama al programa: Interpretando la Noticia de Radio Globo, luego de que participara un militar, pidiendo que no se hable tanto del golpe.

Que se olvide el tema,-dijo.

Y es que como población tenemos características tan especiales y tenemos carencias; desigualdades, ignorancia. Es tal esta última, que incluso muchas personas que lucharon cuerpo a cuerpo contra los militares, le dieron el voto al partido Nacional en las elecciones primarias de noviembre del año anterior. Quizá porque "la necesidad tiene cara de chucho" y los principios en una sociedad tan desintegrada no están bien cimentados.

Es cierto que también tenemos corta memoria y se nos olvidan nombres y rostros y a veces hechos, sin embargo, pese a todo ello, la población recuerda las carreras por defender la vida de la saña militar; muchas personas, cientos de personas pensábamos que a los policías y a los militares se les daba alguna especie de droga para hacer lo que hicieron. Para llegar al salvajismo que no se olvida.

La gente recuerda. Recuerda sin duda alguna los hospitales y el dolor de sus golpes, recuerda el miedo y la angustia, recuerdan rostros de amigos y compañeros y compañeras con quienes caminaron lado a lado. Recuerdan a Emo, recuerdan a Ilse. Y aún si saber nombres se encuentran en la calle y no olvidan y tampoco perdonan; porque aunque no sepan exactamente explicarlo saben que no puede haber reconciliación sin castigo.

Es interesante la manifestación popular hondureña y su nobleza. Parece que este pueblo en su nobleza más que venganza quiere justicia.

Recuerdan las bullarangas, y las escasas noticias y las últimas horas de dos que tres medios informando la muerte de Jhonthan chico de 17 años; la de Jairo donde hubo además tres heridos, recuerdan el asesinato de Isi Obed entre aquel mar de gente, aquel cinco de julio.

No, no se puede olvidar que entraron “Delincuentes al colegio donde trabajaba Manuel Flores”. Tampoco la asfixia de Olga Osiris y la muerte cruel de Pedro Magdiel y tantos tantos tantos más cuyo nombre es nombre y apellido de esta historia escrita y escrita en la memoria del pueblo.

De hecho se recuerdan las muertes, la barbarie, las violaciones a mujeres, las persecuciones, las botas persiguiendo tolete al aire, las máscaras antigas y los gases. La ciudad perdida entre el gas, la mancha militar detrás de un pueblo que sentía, se dejaba ver la posibilidad del cambio. El cumplimiento de los sueños.

Que caminaba y caminaba y corría y paraba en el hospital, en la morgue, en las postas, en los traillers, en los bajos del Congreso, en el estacionamiento del IPM. En tantos lados, en tantos barrios y calles. No no es posible pedir olvido. No se camina en vano porque al caminar se encuentran caminos aunque se piense que no hay salida. Y es que sólo es posible olvidar si nada hubiese pasado, pero pasó; y en el aire flotan los recuerdos.

El pueblo en su momento, así con sus carencias, así con la ignorancia a cuestas, así con este régimen innombrable, a lo mejor, alguna vez, exija lo que debe exigir, así como esta tarde llamó al mencionado programa diciendo: "no ombe", no le de tanto tiempo a estos militares golpistas. No se olvida---dicen y eso lo debe tener claro la prensa, los militares, el régimen, no se olvida y tampoco se perdona.

De un monitoreo.

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