jueves, 11 de octubre de 2012
Campañas electorales callan sobre la desigualdad social
Radio Progreso
Es una verdad de perogrullo decir que estamos inmersos en un clima agobiante de “campaña electoral” a nivel de país y que la televisión, la prensa y radio son los encargados de “mediatizarnos” sin darnos respiro de ningún tipo. Es una especie de guerra sin cuartel de encuestas, reclamos publicitarios y mensajes virtuales a base de una propaganda agresiva, invasora y seductora. Sin embargo, vamos a fijarnos no en lo que dicen, si no en lo que callan, no en lo que ofrecen y sí en lo que queda en un segundo plano: “los silencios electorales”.
Curiosamente en este momento coyuntural se hacen públicos una serie de informes que, hablando con cifras y datos, ponen al descubierto aspectos que son determinantes de la vida cotidiana de los hondureños. Es el caso del “Informe de desarrollo de Honduras 2011” por parte del PNUD. Coincide con la presentación del informe de la “Comisión de Verdad” en estos días. Bajo el título “Reducir la inseguridad, un desafío impostergable” nos dice como es la realidad social a nivel económico, social, político y de acceso a la justicia”.
¿Por qué es un desafío impostergable?. Sencillamente porque la mayoría está convencida de que la desigualdad es injusta (76,4%), que existe intolerancia hacia personas y grupos que son diferentes a la mayoría (73,4%), que las inequidades que existen no son producto de la voluntad de Dios, sino que son socialmente construidas (90,3%), que la desigualdad social es fuente de inseguridad y de violencia (85,6%), que los que tienen más deben tributar más que los que tienen menos (88,6%) y que el gobierno debe impulsar políticas públicas de redistribución de la riqueza (77,2%).
Honduras tiene uno de los niveles de inequidad más altos del continente. El diez por ciento de la población más pobre percibe el 0.7% del ingreso nacional, mientras que el diez por ciento con mayores ingresos recibe el 40.6% del ingreso nacional. El diez por ciento más rico tiene un nivel de ingreso semejante al que recibe el 80% de la población con menores ingresos. En el campo laboral se observa que el desempleo es seis veces mayor entre los que no tienen educación formal o primaria en comparación con los que tienen educación secundaria o superior. En el tema de la equidad en la distribución de la tierra persiste una gran concentración en el país la cual ha crecido en los últimos veinte años.
La élite económica, formada por grupos económicos nacionales e internacionales, tiene como su fuente principal de capital en el sector agro-industrial, en el comercio, producción de energía, las telecomunicaciones, medios de comunicación y la banca. Esta concentración de poder económico en grupos tan reducidos es lo que hace posible la gran influencia que tienen en la vida pública. Tenemos un “sistema fiscal” regresivo donde la principal fuente de ingresos del estado proviene de los impuestos sobre la producción, el consumo, las ventas y servicios, los cuales gravan por igual a todas las personas independientemente de su nivel de ingresos.
La descripción del informe es muy amplia y se ha dejado por fuera lo referente a la salud, educación, protección de los pobres, la política y el acceso a la justicia. Constituye una verdadera radiografía de lo que es el país y dónde nos encontramos. Lo más llamativo es que de esto no se habla para nada en las campañas electorales y, mucho menos, se proponen soluciones. Y como es una realidad en la cual estamos involucrados todos y está por encima de los esfuerzos individuales o voluntaristas, se debería realizar un “pacto social para reducir la inequidad en Honduras”, tal como señala el informe y lo que desde hace meses vienen proponiendo los sectores más lúcidos y progresistas del país.
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