miércoles, 31 de octubre de 2012
"Occidente teme a la democracia en Oriente Medio"
Agencias
El lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky considera que los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, temen que la democracia se asiente en Oriente Medio porque ello daría lugar a una región más difícil de controlar.
Chomsky llevó su discurso contracorriente y altermundista a la Universidad Americana de El Cairo, donde fue recibido como un ídolo de masas por miles de egipcios que se agolparon en torno a la sede de la institución, junto a la plaza Tahrir, a la que definió como "un modelo inspirador convertido en un símbolo mundial".
"La mayor amenaza para Estados Unidos es que los países de Oriente Medio se dirijan a ser verdaderas democracias", señaló Chomsky en una conferencia centrada en la primavera árabe.
Según el intelectual izquierdista, Occidente "no quiere políticas que reflejen la voluntad de la opinión pública, porque ésta considera a Estados Unidos e Israel como los verdaderos enemigos, y no a Irán".
Por ello, prosiguió, "en 2011 Francia apoyó hasta que le fue posible al dictador de Túnez y Estados Unidos al de Egipto", aunque aseguró que para Occidente los países más importantes son las dictaduras petroleras del Golfo.
"Lo que de verdad importa en la política de Estados Unidos hacia los exportadores de petróleo es el control, no el acceso al crudo", destacó Chomsky, conocido por sus posiciones críticas con la política estadounidense e israelí.
El considerado como uno de los grandes lingüistas del siglo XX estimó que EEUU apoya las democracias "solo y únicamente" si se ajustan a sus prioridades económicas y políticas, pero también se mostró convencido de que su control sobre Oriente Medio está intacto, aunque en decadencia.
"El declive de EEUU como potencia hegemónica es real, pero no reciente. Viene desde el final de la II Guerra Mundial, cuando alcanzó su cénit", señaló, al tiempo que aseveró que en un futuro inmediato no tendrá competidor, ya que, señaló, "China y la India son países pobres, con grandes problemas internos".
El filósofo abordó durante parte de su charla la crisis sobre el programa nuclear de Irán, que, según dijo, tiene una solución muy fácil: declarar Oriente Medio como zona libre de armas nucleares.
Para ese arreglo, según Chomsky, solo existe el problema de la oposición de Estados Unidos e Israel, aunque se mostró convencido de que "si hay suficiente presión pública, Washington tendrá que ceder".
Predijo que si finalmente se bombardean las instalaciones nucleares iraníes, es muy posible que Teherán reaccione como lo hizo Sadam Husein en Irak cuando Israel bombardeó el reactor Osirak en 1981: poniendo en marcha un verdadero programa de armas nucleares.
"El mundo que le dejamos a nuestros hijos no pinta muy bien. Existen dos amenazas predominantes: una guerra nuclear y un desastre medioambiental. Y no solo no se está haciendo nada serio, sino que las decisiones que se están tomando aumentan el riesgo", agregó.
Tras dejar un recado al presidente estadounidense, Barack Obama -"uno de sus méritos es haber sido capaz de hundir la imagen de EEUU aún más que George W. Bush"-, Chomsky pasó de puntillas sobre cuestiones espinosas en el debate posterior como el islam político o los derechos de las mujeres.
Y pese a la gran cantidad de recomendaciones formuladas a lo largo de su ponencia, reconoció finalmente que no tiene una propuesta válida para frenar la guerra en Siria, donde, resaltó, "las fuerzas que participan están llevando a la sociedad a la autodestrucción".
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