Por Juan Almendares
“Es necesario que las llamadas minorías reconozcan que en el fondo ellas son la mayoría. El camino para reconocerse como mayoría está en trabajar las semejanzas entre sí y no sólo las diferencias y así crear una unidad en la diversidad, fuera de la cual no veo cómo perfeccionarse ni cómo construir una democracia sustantiva, radical”
Paulo Freire. Pedagogía de la esperanza.
Cuando hablamos de unidad nos referimos a la idea de la totalidad concreta de una determinada realidad, en este caso la formación social concreta de Honduras a partir del momento que ocurre en el siglo XXI; sin excluir la historia antes, durante y después del golpe de Estado militar del 28 de junio del 2009.
Esta visión nos lleva a considerar la totalidad como el movimiento de la unidad material, espiritual y cultural; como algo heterogéneo, contradictorio, frente al movimiento del poder hegemónico que engendra en sí el contra-movimiento o la resistencia que lucha por transformar las condiciones desiguales.
El bloque histórico hegemónico (la articulación de oligarquía, poder militar-policial, ideológico, mediático, educativo, jerárquico-religioso con el capital agroindustrial y financiero) percibió la amenaza del avance social del pueblo hondureño y de los pueblos de America Latina.
En respuesta se planificó y ejecutó el horrendo experimento del Golpe de Estado Militar: torturador, violador de los derechos humanos y gestor de crímenes de lesa humanidad con el pretexto de defender a “Dios, Democracia y Libertad”; verdadera consigna del poder opresivo y humillante, en contra de los pueblos, en alianza con el Pentágono y las ultraderechas estadounidense, europea y latino americana.
La respuesta contrahegemónica se organizó espontáneamente al inicio y posteriormente como Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), unidad de fuerzas (derecha, centro, izquierda ) tanto de los partidos tradicionales como de los sectores de izquierda e incluso de los que no estaban organizados en ninguna fuerza política.
El bloque hegemónico golpista tuvo como objetivo principal expulsar, desprestigiar y violar los derechos humanos del Presidente Zelaya, su familia y de la mayor parte de su gabinete, así como de sus colaboradores más cercanos para destruir y debilitar a la Resistencia.
Sin embargo las fuerzas conservadoras no han logrado todos sus propósitos:
Ante el desencanto del pueblo con el bloque hegemónico de poder, el FNRP se convirtió en la esperanza del pueblo; esa esperanza no es vacía: se ancla en la práctica con la satisfacción de las necesidades materiales, espirituales y culturales.
La satisfacción de tales necesidades es la tarea esencial de la Resistencia ésta y se logra con el proceso de construcción del poder en todos los espacios de la vida cotidiana de las familias, comunidades, esferas políticas locales, regionales, nacionales e internacionales mediante la asimilación de las experiencias propias, mundiales, sin excluir a ninguna de ellas en el análisis y la praxis social.
Entender la unidad es reflexionar sobre la identidad, las diferencias y semejanzas que se dan en los procesos en los cuales pueden existir o coexistir los fenómenos de cooperación, antagonismo, resistencia y transformación.
La unidad solo puede entenderse cuando se comprende la unidad dialéctica entre lo viejo y lo nuevo; por lo tanto los procesos pueden ser evolutivos, involutivos, reformadores, transformadores y, por tanto, revolucionarios.
Lo inmediato, lo urgente, debe ser tratado y es el primer paso para mover la conciencia de realidad; sin embargo no debemos quedarnos en esta etapa; debemos pasar del fenómeno a la esencia; de la raíz de los problemas y de la esencia al fenómeno.
La idea de la unidad está en toda cosa o en toda relación social. Para construir la unidad se requiere de la organización, de la resistencia, de la movilización y de la transformación de los procesos sociales desiguales e injustos.
La reflexión crítica y la participación real y transparente garantizan el rechazo al verticalismo, al autoritarismo, al patriarcado, al racismo y a la exclusión de género y de clase social. Esta es la base para la construcción de los sujetos históricos y políticos que van mas allá de ser simples ciudadanos partidarios de un sistema dominado por el capitalismo. En otras palabras es esencial erradicar al sectarismo tanto en la base como en la dirigencia mediante el respeto mutuo durante los procesos de participación en la toma de decisiones.
El respeto mutuo entre la base y la dirigencia se construye con el amor, la solidaridad humana y planetaria mediante la transformación de todos los valores del patriarcado, la explotación clasista, racista y de género.
Uno de los caminos esenciales es la Refundación del Estado de Honduras mediante la lucha pacífica-activa de la articulación de la cultura comunitaria de los pueblos originarios, indígenas, garífunas, misquitos, campesinos con las demandas de los trabajadores de le educación y de la salud; con el movimiento estudiantil, los artistas, las organizaciones feministas y de la diversidad sexual.
Otro camino es la construcción del poder constituyente mediante la convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte del pueblo organizado mediante la transformación cualitativa de normas y principios que contiene la Carta Magna, desde una democracia representativa actual hasta llegar a una democracia participativa, comunitaria, construida para y por sujetos históricos y políticos que realmente sean parte del pueblo..
La última asamblea del FNRP aprobó mayoritariamente la creación del Frente Amplio Político para participar en las elecciones presidenciales del 2013.
En el seno de las organizaciones políticas del FNRP existen las siguientes interrogantes: ¿Es posible que existan elecciones libres y legitimas cuando el control total de los aparatos electorales está bajo el poder de las fuerzas golpistas? ¿Cómo se podrá instalar la Asamblea Constituyente sin tener el poder para convocarla? ¿Podremos derrotar a la partidocracia del bipartidismo al participar en las elecciones? ¿Tenemos claro el significado de construir el poder, tomar el poder, o mantenernos en el poder? O, finalmente: ¿para qué el poder?
El trabajo por la construcción del poder está en la sabiduría de la unidad en la diversidad y en la esperanza. Debemos integrar todas las fuerzas opositoras al golpe en el FNRP, y si no es posible hacerlo debemos mantener los mejores vínculos entre las fuerzas. Tal es el caso con el FAPER (Frente Amplio Político Electoral en Resistencia y otros sectores de los viejos y nuevos partidos.
El FNRP es la creación nueva del pueblo y debemos cuidarlo como un tesoro. El Frente Amplio Político (FAP) es un camino o expresión del FNRP. Lo nuevo es el FNRP y el FAP es el viejo y siempre consistente camino para llegar al poder.
En síntesis no debemos excluir nada. Todos los movimientos son importantes en la construcción del poder, ya sea en la Refundación del Estado, en la Asamblea Constituyente o en el proceso electoral.
Aunque pareciera que fueran caminos diferentes e incluso contradictorios, todos son necesarios e importantes de considerar en una estrategia común del FNRP. Algunas fuerzas tienen experiencia en los procesos electorales, otras en el desarrollo de la autoconvocatoria y la participación comunitaria y algunas en el contenido jurídico, teórico; en derechos humanos, arte, ciencia, filosofía, género, diversidad sexual y ambiente en una nueva Constitución.
Aboguemos por la unidad en la diversidad y la esperanza por una conducción colectiva, participativa, democrática, donde todas las fuerzas puedan trabajar conjuntamente en las elecciones, en la constituyente y/o la refundación del Estado de Honduras, y donde el amor y la solidaridad sea el fundamento del respeto, base y dirigencia.
Es urgente que el FNRP le dé prioridad a la solidaridad con las necesidades materiales: alimentos, vivienda, educación, salud , transporte y sobre todo la tierra y el agua para los campesinos y pueblos originarios, indigenas, garífunas y misquitos. Es imprescindible convocar a todas las fuerzas políticas del FNRP y a las amigas fuerzas anti golpistas para el trabajo en conjunto.
Felicitamos al Frente por la convocatoria el 28 de julio 2011 sobre la gran Marcha de Protesta Nacional contra la impunidad y las violaciones de los derechos humanos de todas las victimas antes, durante y después del golpe militar.
Como dijo Paulo Freire: “No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico… Ella sola (la esperanza) no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea”.
Tegucigalpa, julio de 2011.