miércoles, 2 de junio de 2010
Manuel Zelaya denuncia más asesinatos en Honduras
Jornada
Por Stella Caloni
A sólo horas de partir desde esta capital para República Dominicana, donde está refugiado junto a su esposa, Manuel Zelaya Rosales, presidente de Honduras, derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009, fue informado sobre nuevos asesinatos en su país, en momentos en que había terminado de denunciar las graves violaciones a los derechos humanos que continúan allí, durante un encuentro con el premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel.
"Esta es la gran tragedia de Honduras -dijo en entrevista con La Jornada- todos los días tenemos denuncias de graves hechos y amenazas. En mi país, donde siendo presidente constitucional fui secuestrado y luego llevado fuera, en una acción brutal, violenta y de desprecio por todos los derechos y las organizaciones internacionales, están matando en medio de una dura persecución a los que con todo derecho resisten al golpismo", sostuvo el mandatario despuesto.
En este sentido planteó que es imposible cualquier solución si "existe impunidad. Si no hay castigo y quedan impunes las violaciones a los derechos humanos que sucedieron y suceden, a partir del golpe, si esto continúa seguiremos asistiendo a crímenes, como el hecho que ocho periodistas han sido asesinados en los últimos tres meses. Mataron a uno por cada región, para aterrorizar y para que nadie tenga valor de denunciar lo que está pasando en Honduras. En nombre de ellos vengo a pedir justicia", aseveró Zelaya.
El presidente "legítimo" de Honduras –como todos lo consideraron- denunció también lo que significa que en el actual gobierno de Porfirio Lobo, "permanezcan todas las estructuras del golpismo intactas, e incluso se ha nombrado en lugares claves, que permiten la vigilancia de la población, a militares que estuvieron a la cabeza del golpe, que dejó muchas víctimas, muertos, perseguidos, exiliados".
Estima que "sería terrible para América Latina que se imponga el golpismo, de cualquier forma que sea, porque ya no se puede vivir otro siglo de violencia y dependencia".
En referencia a la tan publicitada Comisión de la Verdad sobre el tema del Golpe, apoyada por Estados Unidos, señala que"no puede existir una comisión por la verdad en manos de los golpìstas y violadores de derechos humanos, sin la voz de las víctimas. Resulta que nosotros los que no hicimos nada, que ejercimos un gobierno democrático, somos los juzgados. Somos lo que no podemos regresar mientras los golpistas siguen matando. Esto es amenazante para Honduras y América Latina".
Zelaya, acompañado por su esposa participó aquí el pasado 25 de mayo, como invitado especial del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en los festejos del bicentenario de la revolución de mayo. Fue un gesto que confirmó una posición común de gobiernos de la región-representados aquí por siete presidentes, un vicepresidente y otros altos funcionarios - de no permitir que continúe el golpe de Estado de junio pasado bajo "otras formas encubiertas" que tratan de ocultar la continuidad golpista.
Dispuesto a dar su pelea por lo que cree justo, no sólo para su caso "sino para que no haya ninguna posibilidad de que lo que sucedió en Honduras sea el modelo que se quiere aplicar en toda América", Zelaya buscó el respaldo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) a sus proyectos para una solución al tema hondureño, dentro del derecho y la justicia.
Durante la entrevista, agradeció la "gesta, que desde un primer momento emprendió la mandataria argentina en defensa de la democracia y de las víctimas del pueblo hondureño" lo que calificó como una actitud heroica "frente a tantas amenazas de tan grandes poderes".
En estos momentos solicita a Unasur que ayuden a las víctimas en su país para que cese la persecución y las muertes y también requirió una rectificación del gobierno de Estados Unidos "que terminó amparando al golpe" y a los golpistas.
"Yo me pregunto en qué ayuda al gobierno de Estados Unidos mantener su posición de apoyo a los golpistas. Un sistema de represión en Honduras no le beneficia ni al futuro democrático de ese país y menos a la región. El mensaje de apoyar el golpismo es un mensaje amenazante para América Latina y hace que crezcan los monstruos del pasado", afirmó.
Lamentó que el gobierno de Barack Obama "que en un primer momento no estaba con el golpe, como sí lo estaba la inteligencia de ese país, esté apoyando a los golpistas que aterrorizan al pueblo. El caso Honduras demuestra que Obama, por una parte tiene una estructura condicionante detrás, y por otra no ha modificado su política hacia América Latina. Siguen los condicionamientos para los gobiernos de la región. El mensaje con el caso Honduras es que pueden regresar los golpes militares, ahora con otras armas, más sofisticadas. Y el nuestro debe ser no más golpes, nunca más."
Relata su caso recordando que llegó al gobierno como un presidente liberal, que trataba de producir cambios, incluso dentro del propio sistema. Pero que indudablemente tocó el "poder militar, económico y politico" de estadunidense en Honduras y al poder económico más reaccionarios de su país.
"Si se estudia lo que hice, fue producir hechos apenas posibles que favorecieron a la población abandonada desde siempre. Y esos cambios se notaron. Y esos pasos que se dieron significaron crecimiento por primera vez y reducción de la pobreza, entre otras situaciones que alentaron al pueblo. Fueron medidas moderadas ya que cada paso que daba, dentro del propio sistema, era impedido."
Entre sus recuerdos de la fuerte injerencia de Estados Unidos en su país señala el hecho de que cuando fue elegido presidente, la embajada de ese país ya había preparado un listado de nombres que debían integrar su gabinete. O la lucha que libró para que el intelectual y ex rector de la Universidad de Honduras, Jorge Arturo Reyna fuera el representante de su gobierno en la Organización Naciones Unidas.
Relató cómo el embajador John Dimitri Negroponte entonces en una subsecretaría de Estado le dijo que no iba a apoyar a Reyna, porque según su punto de vista era "comunista". Aunque Zelaya le señaló que estaban en otros tiempos muy lejanos a los años 80, el diplomático le reiteró su posición de que si Reyna "sigue pensando lo mismo, es comunista y no voy a apoyar su nombramiento ante la ONU".
En ese momento Zelaya decidió que iba a continuar con la postulación de Reyna y logró su cometido después de una entrevista con el ex presidente George W. Bush. "Le expuse que estaba dispuesto a nombrar a Reyna y también le hablé sobre las consecuencias que tendría que Estados Unidos lo rechazara, ya que tenía un gran prestigio intelectual en América Latina y otros países. Finalmente lo aceptó".
Al tocar esos duros momentos Zelaya dice que refiere algunas de estas historias “para que se entienda lo difícil que era dar cada paso, por más pequeño que fuera. Así fue mi tiempo en el gobierno y ante tantos impedimentos y negativas, cuando tenía que decidir en pasos económicos para favorecer a nuestro país a nuestro pueblo, decidí buscar ayuda en América Latina. Por ejemplo para enfrentar las presiones en el campo de la energía, fui yo quien busqué al presidente Hugo Chávez de Venezuela para tener salida ante una situación tan urgente. Y fue un apoyo clave y necesario para el país. Y Cuba en temas de educación y salud y otros países que nos ayudaron. Esa es la verdad. Y por esa actitud fui tratado como ustedes saben y ahora estoy fuera del país “.
Esta corresponsal, le pregunta por su propuesta de negociación que podría terminar con un reconocimiento al gobierno de Lobo. "Para esto se necesita detener todo crimen, persecución y represión. Garantías reales para todos y para los que están fuera del país. El problema es que Lobo no puede dar garantías con impunidad, porque mientras se mantenga la infraestructura de los golpistas y el terror para la población, nadie puede hablar de garantías".
Por Stella Caloni
A sólo horas de partir desde esta capital para República Dominicana, donde está refugiado junto a su esposa, Manuel Zelaya Rosales, presidente de Honduras, derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009, fue informado sobre nuevos asesinatos en su país, en momentos en que había terminado de denunciar las graves violaciones a los derechos humanos que continúan allí, durante un encuentro con el premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel.
"Esta es la gran tragedia de Honduras -dijo en entrevista con La Jornada- todos los días tenemos denuncias de graves hechos y amenazas. En mi país, donde siendo presidente constitucional fui secuestrado y luego llevado fuera, en una acción brutal, violenta y de desprecio por todos los derechos y las organizaciones internacionales, están matando en medio de una dura persecución a los que con todo derecho resisten al golpismo", sostuvo el mandatario despuesto.
En este sentido planteó que es imposible cualquier solución si "existe impunidad. Si no hay castigo y quedan impunes las violaciones a los derechos humanos que sucedieron y suceden, a partir del golpe, si esto continúa seguiremos asistiendo a crímenes, como el hecho que ocho periodistas han sido asesinados en los últimos tres meses. Mataron a uno por cada región, para aterrorizar y para que nadie tenga valor de denunciar lo que está pasando en Honduras. En nombre de ellos vengo a pedir justicia", aseveró Zelaya.
El presidente "legítimo" de Honduras –como todos lo consideraron- denunció también lo que significa que en el actual gobierno de Porfirio Lobo, "permanezcan todas las estructuras del golpismo intactas, e incluso se ha nombrado en lugares claves, que permiten la vigilancia de la población, a militares que estuvieron a la cabeza del golpe, que dejó muchas víctimas, muertos, perseguidos, exiliados".
Estima que "sería terrible para América Latina que se imponga el golpismo, de cualquier forma que sea, porque ya no se puede vivir otro siglo de violencia y dependencia".
En referencia a la tan publicitada Comisión de la Verdad sobre el tema del Golpe, apoyada por Estados Unidos, señala que"no puede existir una comisión por la verdad en manos de los golpìstas y violadores de derechos humanos, sin la voz de las víctimas. Resulta que nosotros los que no hicimos nada, que ejercimos un gobierno democrático, somos los juzgados. Somos lo que no podemos regresar mientras los golpistas siguen matando. Esto es amenazante para Honduras y América Latina".
Zelaya, acompañado por su esposa participó aquí el pasado 25 de mayo, como invitado especial del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en los festejos del bicentenario de la revolución de mayo. Fue un gesto que confirmó una posición común de gobiernos de la región-representados aquí por siete presidentes, un vicepresidente y otros altos funcionarios - de no permitir que continúe el golpe de Estado de junio pasado bajo "otras formas encubiertas" que tratan de ocultar la continuidad golpista.
Dispuesto a dar su pelea por lo que cree justo, no sólo para su caso "sino para que no haya ninguna posibilidad de que lo que sucedió en Honduras sea el modelo que se quiere aplicar en toda América", Zelaya buscó el respaldo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) a sus proyectos para una solución al tema hondureño, dentro del derecho y la justicia.
Durante la entrevista, agradeció la "gesta, que desde un primer momento emprendió la mandataria argentina en defensa de la democracia y de las víctimas del pueblo hondureño" lo que calificó como una actitud heroica "frente a tantas amenazas de tan grandes poderes".
En estos momentos solicita a Unasur que ayuden a las víctimas en su país para que cese la persecución y las muertes y también requirió una rectificación del gobierno de Estados Unidos "que terminó amparando al golpe" y a los golpistas.
"Yo me pregunto en qué ayuda al gobierno de Estados Unidos mantener su posición de apoyo a los golpistas. Un sistema de represión en Honduras no le beneficia ni al futuro democrático de ese país y menos a la región. El mensaje de apoyar el golpismo es un mensaje amenazante para América Latina y hace que crezcan los monstruos del pasado", afirmó.
Lamentó que el gobierno de Barack Obama "que en un primer momento no estaba con el golpe, como sí lo estaba la inteligencia de ese país, esté apoyando a los golpistas que aterrorizan al pueblo. El caso Honduras demuestra que Obama, por una parte tiene una estructura condicionante detrás, y por otra no ha modificado su política hacia América Latina. Siguen los condicionamientos para los gobiernos de la región. El mensaje con el caso Honduras es que pueden regresar los golpes militares, ahora con otras armas, más sofisticadas. Y el nuestro debe ser no más golpes, nunca más."
Relata su caso recordando que llegó al gobierno como un presidente liberal, que trataba de producir cambios, incluso dentro del propio sistema. Pero que indudablemente tocó el "poder militar, económico y politico" de estadunidense en Honduras y al poder económico más reaccionarios de su país.
"Si se estudia lo que hice, fue producir hechos apenas posibles que favorecieron a la población abandonada desde siempre. Y esos cambios se notaron. Y esos pasos que se dieron significaron crecimiento por primera vez y reducción de la pobreza, entre otras situaciones que alentaron al pueblo. Fueron medidas moderadas ya que cada paso que daba, dentro del propio sistema, era impedido."
Entre sus recuerdos de la fuerte injerencia de Estados Unidos en su país señala el hecho de que cuando fue elegido presidente, la embajada de ese país ya había preparado un listado de nombres que debían integrar su gabinete. O la lucha que libró para que el intelectual y ex rector de la Universidad de Honduras, Jorge Arturo Reyna fuera el representante de su gobierno en la Organización Naciones Unidas.
Relató cómo el embajador John Dimitri Negroponte entonces en una subsecretaría de Estado le dijo que no iba a apoyar a Reyna, porque según su punto de vista era "comunista". Aunque Zelaya le señaló que estaban en otros tiempos muy lejanos a los años 80, el diplomático le reiteró su posición de que si Reyna "sigue pensando lo mismo, es comunista y no voy a apoyar su nombramiento ante la ONU".
En ese momento Zelaya decidió que iba a continuar con la postulación de Reyna y logró su cometido después de una entrevista con el ex presidente George W. Bush. "Le expuse que estaba dispuesto a nombrar a Reyna y también le hablé sobre las consecuencias que tendría que Estados Unidos lo rechazara, ya que tenía un gran prestigio intelectual en América Latina y otros países. Finalmente lo aceptó".
Al tocar esos duros momentos Zelaya dice que refiere algunas de estas historias “para que se entienda lo difícil que era dar cada paso, por más pequeño que fuera. Así fue mi tiempo en el gobierno y ante tantos impedimentos y negativas, cuando tenía que decidir en pasos económicos para favorecer a nuestro país a nuestro pueblo, decidí buscar ayuda en América Latina. Por ejemplo para enfrentar las presiones en el campo de la energía, fui yo quien busqué al presidente Hugo Chávez de Venezuela para tener salida ante una situación tan urgente. Y fue un apoyo clave y necesario para el país. Y Cuba en temas de educación y salud y otros países que nos ayudaron. Esa es la verdad. Y por esa actitud fui tratado como ustedes saben y ahora estoy fuera del país “.
Esta corresponsal, le pregunta por su propuesta de negociación que podría terminar con un reconocimiento al gobierno de Lobo. "Para esto se necesita detener todo crimen, persecución y represión. Garantías reales para todos y para los que están fuera del país. El problema es que Lobo no puede dar garantías con impunidad, porque mientras se mantenga la infraestructura de los golpistas y el terror para la población, nadie puede hablar de garantías".
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