miércoles, 30 de junio de 2010
La Resistencia conmemora un año de su fundación y del rechazo al golpe de Estado
Red Morazánica de Información
Al cumplirse un año del golpe político militar de Estado, en Honduras, en un paro cívico nacional, miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), caminaron, desde las nueve de la mañana, hacia la entrada oriente de la Capital, donde mantuvieron una toma de carretera que paralizó el tráfico vehicular en esa arteria vial, por un poco más de una hora.
Luego de la toma, que finalizó pasadas las diez de la mañana, la manifestación se dirigió hacia el auditorio del Colegio Profesional Superación Magisterial (Colprosumanh), donde se realizó el acto de apertura para el trabajo de la Comisión de la Verdad Alternativa (CVA), coordinada por la Plataforma Hondureña de Derechos Humanos y avalada por el FNRP.
El acceso al edifico fue dificultado por retenes y mallas metálicas militares, que impedían el paso libre a las calles aledañas donde se ubican edificios bancarios.
En ese punto, y mientras estuvo detenida la manifestación, varios grupos de manifestantes se movilizaban, en las cercanías de la zona, para continuar la colecta de firmas de Declaración Soberana, que se propone convocar la Constituyente, que redacte una nueva constitución para una refundación nacional.
Los dirigentes del FNRP, exigieron el retorno incondicional y seguro del presidente Manuel Zelaya, y de unos doscientos funcionarios de su gobierno en el exilio, como también la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Denunciaron una crisis generalizada, económica, política y social relacionada al golpe de Estado y su continuación en el régimen de Porfirio Lobo: inseguridad, arbitrariedad a leyes laborales, educativas, asesinatos, persecución, secuestros a miembros de la Resistencia, sin que, hasta ahora, se realice ninguna investigación.
Las organizaciones docentes aglutinadas en la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH) mantienen suspensión de clases, con asambleas informativas y movilizaciones, además de jornadas nacionales de análisis en catorce departamentos, sobre una nueva ley de educación que anula el Estatuto Docente.
Sin aparente vigilancia policial, los manifestantes fueron acompañados, como es tradicional en la Resistencia, de grupos populares musicales de percusión y cuerda, una banda, y carros parlantes, desde donde los animadores y diferentes miembros conductores del FNRP fustigaron el crimen y las violaciones a los derechos humanos del pueblo, por el régimen de Lobo.
Reclamaban se retiren los golpistas en los cargos públicos, de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y del Fiscal General considerados coautores del golpe de Estado.
Los manifestantes portaban estandartes, cartulinas; mantas representativas de las numerosas organizaciones sociales, profesionales, campesinas, juveniles, sindicatos, feministas y de la comunidad LGTB, que forman el FNRP; y pancartas con críticas al golpe de Estado y al régimen sucesor de facto.
Mientras caminaban, gritaban sus consignas “¡¿Qué es lo que quiere la gente?!”, y otros respondían “¡Una asamblea constituyente!”. Retaban a las críticas de los medios sobre que la población en Resistencia es poca, exclamaban: “¡No somos cinco, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien!”
Grupos sindicales y magisteriales, que representan un pilar fundamental en la Resistencia, también exigían resolver el ajuste al salario mínimo que tiene cinco meses de retraso; y dos huelgas de hambre, una por despidos arbitrarios de trabajadores en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que ya pasa de los cincuenta y cinco días.
Fue cargado durante toda la caminata, y finalmente quemado, un monigote representativo del golpe de Estado, que contenía, como elemento simbólicos del golpismo, su rostro cubierto con la bandera estadunidense y vestido con uniforme y botas militares. Fumaradas de colores rosa y amarillo, eran esparcidas por los estudiantes universitarios.
El FNRP efectuó tomas temporales de carreteras, y movilizaciones en todo el país. Las formas de conmemorar variaron, de comunidad a comunidad, y de acuerdo con los grupos coordinadores de la Resistencia. Durante toda la semana hubo análisis y actividades culturales con publicación de libros, que revelan la experiencia humana y política de la Resistencia. Además de bullarangas y griterías vespertinas.
El domingo en la tarde, La Resistencia se desplazó en caravanas vehiculares. En la noche, se efectuó una movilización con antorchas. Y, en algunas ciudades, como en San Pedro Sula, la gente amaneció vestida en pijamas en la Plaza La Libertad, en alusión a la vestimenta que tenía puesta el presidente Manuel Zelaya, cuando fue expulsado por militares, después de que acribillaran su vivienda, el 28 de junio de 2009.
Al cumplirse un año del golpe político militar de Estado, en Honduras, en un paro cívico nacional, miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), caminaron, desde las nueve de la mañana, hacia la entrada oriente de la Capital, donde mantuvieron una toma de carretera que paralizó el tráfico vehicular en esa arteria vial, por un poco más de una hora.
Luego de la toma, que finalizó pasadas las diez de la mañana, la manifestación se dirigió hacia el auditorio del Colegio Profesional Superación Magisterial (Colprosumanh), donde se realizó el acto de apertura para el trabajo de la Comisión de la Verdad Alternativa (CVA), coordinada por la Plataforma Hondureña de Derechos Humanos y avalada por el FNRP.
El acceso al edifico fue dificultado por retenes y mallas metálicas militares, que impedían el paso libre a las calles aledañas donde se ubican edificios bancarios.
En ese punto, y mientras estuvo detenida la manifestación, varios grupos de manifestantes se movilizaban, en las cercanías de la zona, para continuar la colecta de firmas de Declaración Soberana, que se propone convocar la Constituyente, que redacte una nueva constitución para una refundación nacional.
Los dirigentes del FNRP, exigieron el retorno incondicional y seguro del presidente Manuel Zelaya, y de unos doscientos funcionarios de su gobierno en el exilio, como también la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Denunciaron una crisis generalizada, económica, política y social relacionada al golpe de Estado y su continuación en el régimen de Porfirio Lobo: inseguridad, arbitrariedad a leyes laborales, educativas, asesinatos, persecución, secuestros a miembros de la Resistencia, sin que, hasta ahora, se realice ninguna investigación.
Las organizaciones docentes aglutinadas en la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH) mantienen suspensión de clases, con asambleas informativas y movilizaciones, además de jornadas nacionales de análisis en catorce departamentos, sobre una nueva ley de educación que anula el Estatuto Docente.
Sin aparente vigilancia policial, los manifestantes fueron acompañados, como es tradicional en la Resistencia, de grupos populares musicales de percusión y cuerda, una banda, y carros parlantes, desde donde los animadores y diferentes miembros conductores del FNRP fustigaron el crimen y las violaciones a los derechos humanos del pueblo, por el régimen de Lobo.
Reclamaban se retiren los golpistas en los cargos públicos, de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y del Fiscal General considerados coautores del golpe de Estado.
Los manifestantes portaban estandartes, cartulinas; mantas representativas de las numerosas organizaciones sociales, profesionales, campesinas, juveniles, sindicatos, feministas y de la comunidad LGTB, que forman el FNRP; y pancartas con críticas al golpe de Estado y al régimen sucesor de facto.
Mientras caminaban, gritaban sus consignas “¡¿Qué es lo que quiere la gente?!”, y otros respondían “¡Una asamblea constituyente!”. Retaban a las críticas de los medios sobre que la población en Resistencia es poca, exclamaban: “¡No somos cinco, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien!”
Grupos sindicales y magisteriales, que representan un pilar fundamental en la Resistencia, también exigían resolver el ajuste al salario mínimo que tiene cinco meses de retraso; y dos huelgas de hambre, una por despidos arbitrarios de trabajadores en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que ya pasa de los cincuenta y cinco días.
Fue cargado durante toda la caminata, y finalmente quemado, un monigote representativo del golpe de Estado, que contenía, como elemento simbólicos del golpismo, su rostro cubierto con la bandera estadunidense y vestido con uniforme y botas militares. Fumaradas de colores rosa y amarillo, eran esparcidas por los estudiantes universitarios.
El FNRP efectuó tomas temporales de carreteras, y movilizaciones en todo el país. Las formas de conmemorar variaron, de comunidad a comunidad, y de acuerdo con los grupos coordinadores de la Resistencia. Durante toda la semana hubo análisis y actividades culturales con publicación de libros, que revelan la experiencia humana y política de la Resistencia. Además de bullarangas y griterías vespertinas.
El domingo en la tarde, La Resistencia se desplazó en caravanas vehiculares. En la noche, se efectuó una movilización con antorchas. Y, en algunas ciudades, como en San Pedro Sula, la gente amaneció vestida en pijamas en la Plaza La Libertad, en alusión a la vestimenta que tenía puesta el presidente Manuel Zelaya, cuando fue expulsado por militares, después de que acribillaran su vivienda, el 28 de junio de 2009.
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