martes, 29 de junio de 2010

Resistencia hondureña exige con movilizaciones retorno de Zelaya

Jornada


Se cumple un año de que el presidente fuera derrocado. Fracasa Porfirio Lobo en su intento por lograr unidad y reconciliación. Persisten las violaciones a los derechos humanos.

Allan Macdonald

El opositor Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) convocó a movilizaciones y actos políticos y culturales este fin de semana para deplorar el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, en demanda de su retorno y de que continúe la lucha por la realización de una asamblea nacional constituyente. "Es un año de lucha, de protestas y de rechazo al golpe de Estado; un año de sufrimiento de la resistencia, pero a la vez de surgimiento de la unidad popular, que hoy lucha por la constituyente y el retorno de Zelaya", declaró Juan Barahona, uno de los coordinadores del movimiento que se formó en repudio al golpe militar y de derecha en Honduras.

De ayer a hoy, lunes, fecha en que se conmemora el primer aniversario del golpe, habrá manifestaciones de organizaciones indígenas, campesinas y sindicales, así como de estudiantes, mujeres y activistas de partidos progresistas integrados en el frente, que tendrán lugar en esta capital y diversas localidades del país.

Para la tarde del lunes se convocó a una "gran caravana" que partirá después de celebrar una asamblea en la plaza Colprosumah, cerca de la casa presidencial, al este de Tegucigalpa. Luego, en la noche, se llevará a cabo la Caminata de las Antorchas hacia esa sede, seguida de una vigilia en la plaza La Merced. Además habrá cacerolazos y un concierto en la Universidad Pedagógica Nacional.
La lucha del FNRP es la misma por la que Zelaya fue derrocado, expresó Barahona. "La instalación de una asamblea constituyente que redacte una nueva Constitución para hacer los cambios políticos, económicos y sociales que el pueblo hondureño necesita, que nos permita proyectar hacia el futuro el cambio de Honduras", resaltó.
El frente, que se formó durante el régimen de facto de Roberto Micheletti, actualmente recolecta más de un millón 200 mil firmas para lograr el retorno del ex mandatario constitucional e impulsar la constituyente. Pero desde entonces ha resistido también a la represión, que ha cobrado numerosas víctimas: activistas, periodistas y mujeres.
A un año del golpe, el gobierno de Porfirio Lobo, quien asumió en enero –electo el 29 de noviembre pasado, en comicios organizados por los golpistas– anterior, ha fracasado en sus objetivos de reconciliación y unidad, mientras en el plano externo continúa sin lograr el retorno formal a la comunidad internacional tras la expulsión de Honduras de la Organización de Estados Americanos.
Aunque Tegucigalpa tiene el apoyo de Estados Unidos y países europeos, el principal obstáculo para recuperar su estatus internacional lo constituye Sudamérica, cuyas naciones, en su mayoría, siguen oponiéndose a pasar la página ante lo que consideran un "peligroso precedente" en vista del historial en la zona de dictaduras y golpes.
Dos temas siguen preocupando a muchos países, incluidos los que ya han reconocido abiertamente al régimen de Lobo: la "alarmante" situación de los derechos humanos no sólo después del golpe y durante el gobierno de facto, sino durante el actual mandato.
El segundo punto que imposibilita un reconocimiento pleno en América Latina del gobierno hondureño de Lobo, al que se considera muy débil por el acoso de la derecha, tiene que ver con que no ha logrado el regreso al país de Manuel Zelaya con plenas garantías, por lo que continúa exiliado en República Dominicana.

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