miércoles, 30 de junio de 2010
La Unión Europea viene por todo a América Latina
Redes
Un conjunto de organizaciones sociales latinoamericanas se reunieron en Montevideo para analizar los Tratados de Libre Comercio (TLC) que la Unión Europea (UE) firmó en mayo con América Central, Colombia y Perú. Según las conclusiones del seminario, estos TLC son una grave amenaza para la soberanía alimentaria de los pueblos, los bosques y la pesca artesanal, y agravarán el cambio climático. Además, alertaron que los países del MERCOSUR corren los mismos riesgos tras la decisión de reanudar sus negociaciones con la UE a fines de junio.
El Grupo Semillas de Colombia, la Red Manglar de Ecuador, el Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas de Perú, CEPEDES de Brasil, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales y REDES-Amigos de la Tierra Uruguay se reunieron en Montevideo para analizar estos TLC que se insertan en la estrategia denominada “Europa Global”, aplicada por la UE desde 2006 para fortalecer a sus grandes corporaciones transnacionales alrededor del mundo.
Los análisis sectoriales de los impactos de los TLC sobre los Bosques, la Soberanía Alimentaria, la Pesca y el Cambio Climático, indican que la UE concretó acuerdos comerciales tan o más peligrosos que los firmados por Estados Unidos con Colombia, Perú y Centroamérica, y con el mismo objetivo: profundizar la liberalización comercial sobre amplios sectores estratégicos de las economías latinoamericanas en beneficio de las empresas europeas.
Las organizaciones presentes en Montevideo rechazaron los TLC que la UE concretó con las diversas regiones porque ponen en jaque la soberanía alimentaria y afectan la agricultura de pequeña escala, la pesca artesanal, los bosques y agravarán la crisis climática.
Algunos de los instrumentos presentes en estos TLC son la liberalización de las inversiones, del sector servicios y la apertura del sector agrícola, la eliminación de las trabas a las exportaciones (tanto arancelarias como no arancelarias), el fortalecimiento de los Derechos de Propiedad Intelectual (patentes) y la apertura de las compras estatales a los proveedores europeos.
“Estas medidas aumentarán la presencia de las grandes empresas en el sector agrícola. La agricultura industrializada, con gran maquinaria, uso de agrotóxicos, se verá fortalecida, sumando las patentes sobre las semillas, en detrimento de la agricultura familiar y campesina. Las políticas alimentarias controladas por el mercado internacional seguirán beneficiando a las empresas y perjudicando la soberanía alimentaria de los pueblos, sus posibilidades de determinar sus prácticas alimentarias locales y nacionales” aseguraron las agrupaciones sociales latinoamericanas.
Señalaron, asimismo, que los TLC impulsados por la UE incrementarán el impulso en el Sur global de la actividad extractiva maderera, los agrocombustibles, el agronegocio y la ganadería extensiva, los monocultivos de árboles, que han arrasado con los bosques y desplazado a comunidades locales, especialmente indígenas. La carrera europea por acceder a todo tipo de recursos naturales y adueñarse de la biodiversidad, sumada a esas actividades económicas realizadas desenfrenadamente, amenazan con acabar los bosques que ya han sido deforestados exponencialmente.
Las organizaciones sociales agregaron que la pequeña pesca artesanal, fundamental para la soberanía alimentaria y la alimentación de las poblaciones, también corre riesgos. Las grandes empresas europeas ya ocupan posiciones dominantes en el sector pesquero y acuícola latinoamericano, controlando el negocio de especies como el camarón, el atún y la tilapia. Su pesca de arrastre absolutamente insostenible ya es grave hoy y las medidas comerciales que defiendan a las corporaciones de la pesca perjudican las posibilidades de los pequeños pescadores, que cada vez logran menos capturas.
Finalmente, las agrupaciones latinoamericanas señalaron que las condiciones impuestas por la UE en las negociaciones reforzarán la ya creciente implementación de las falsas soluciones al cambio climático en nuestros países: desarrollo de transgénicos, agrocombustibles, la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques en los países en desarrollo (REDD) y mecanismos de desarrollo limpio, como las plantaciones de árboles para captura y almacenamiento de carbono y las represas.
Estas medidas quitan la atención de lo verdaderamente necesario para hacer frente a la crisis del clima: que los países industrializados reduzcan radicalmente sus emisiones contaminantes.
Estos acuerdos chocan también con la Declaración de Naciones Unidas sobre derechos de los Pueblos Indígenas y con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, porque no se realizaron las consultas previas a las comunidades indígenas. Así lo denunció la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), que agregó que los gobiernos de Colombia y Perú ni siquiera informaron nada a lo largo de todo el proceso de negociaciones.
“Los TLC que la UE impulsa en América Latina son una vuelta de tuerca más para la seguridad de sus empresas y del patrón de consumo abusivo de sus países. Los beneficiados en nuestra región son algunos pocos grupos de poder económico y los perjudicados nuestros pueblos. Los parlamentos centroamericanos, de Colombia y Perú, y el MERCOSUR, todavía tienen la posibilidad de frenar este grave avance europeo contra nuestro futuro como pueblos soberanos”, destacaron las organizaciones presentes en Montevideo.
Un conjunto de organizaciones sociales latinoamericanas se reunieron en Montevideo para analizar los Tratados de Libre Comercio (TLC) que la Unión Europea (UE) firmó en mayo con América Central, Colombia y Perú. Según las conclusiones del seminario, estos TLC son una grave amenaza para la soberanía alimentaria de los pueblos, los bosques y la pesca artesanal, y agravarán el cambio climático. Además, alertaron que los países del MERCOSUR corren los mismos riesgos tras la decisión de reanudar sus negociaciones con la UE a fines de junio.
El Grupo Semillas de Colombia, la Red Manglar de Ecuador, el Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas de Perú, CEPEDES de Brasil, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales y REDES-Amigos de la Tierra Uruguay se reunieron en Montevideo para analizar estos TLC que se insertan en la estrategia denominada “Europa Global”, aplicada por la UE desde 2006 para fortalecer a sus grandes corporaciones transnacionales alrededor del mundo.
Los análisis sectoriales de los impactos de los TLC sobre los Bosques, la Soberanía Alimentaria, la Pesca y el Cambio Climático, indican que la UE concretó acuerdos comerciales tan o más peligrosos que los firmados por Estados Unidos con Colombia, Perú y Centroamérica, y con el mismo objetivo: profundizar la liberalización comercial sobre amplios sectores estratégicos de las economías latinoamericanas en beneficio de las empresas europeas.
Las organizaciones presentes en Montevideo rechazaron los TLC que la UE concretó con las diversas regiones porque ponen en jaque la soberanía alimentaria y afectan la agricultura de pequeña escala, la pesca artesanal, los bosques y agravarán la crisis climática.
Algunos de los instrumentos presentes en estos TLC son la liberalización de las inversiones, del sector servicios y la apertura del sector agrícola, la eliminación de las trabas a las exportaciones (tanto arancelarias como no arancelarias), el fortalecimiento de los Derechos de Propiedad Intelectual (patentes) y la apertura de las compras estatales a los proveedores europeos.
“Estas medidas aumentarán la presencia de las grandes empresas en el sector agrícola. La agricultura industrializada, con gran maquinaria, uso de agrotóxicos, se verá fortalecida, sumando las patentes sobre las semillas, en detrimento de la agricultura familiar y campesina. Las políticas alimentarias controladas por el mercado internacional seguirán beneficiando a las empresas y perjudicando la soberanía alimentaria de los pueblos, sus posibilidades de determinar sus prácticas alimentarias locales y nacionales” aseguraron las agrupaciones sociales latinoamericanas.
Señalaron, asimismo, que los TLC impulsados por la UE incrementarán el impulso en el Sur global de la actividad extractiva maderera, los agrocombustibles, el agronegocio y la ganadería extensiva, los monocultivos de árboles, que han arrasado con los bosques y desplazado a comunidades locales, especialmente indígenas. La carrera europea por acceder a todo tipo de recursos naturales y adueñarse de la biodiversidad, sumada a esas actividades económicas realizadas desenfrenadamente, amenazan con acabar los bosques que ya han sido deforestados exponencialmente.
Las organizaciones sociales agregaron que la pequeña pesca artesanal, fundamental para la soberanía alimentaria y la alimentación de las poblaciones, también corre riesgos. Las grandes empresas europeas ya ocupan posiciones dominantes en el sector pesquero y acuícola latinoamericano, controlando el negocio de especies como el camarón, el atún y la tilapia. Su pesca de arrastre absolutamente insostenible ya es grave hoy y las medidas comerciales que defiendan a las corporaciones de la pesca perjudican las posibilidades de los pequeños pescadores, que cada vez logran menos capturas.
Finalmente, las agrupaciones latinoamericanas señalaron que las condiciones impuestas por la UE en las negociaciones reforzarán la ya creciente implementación de las falsas soluciones al cambio climático en nuestros países: desarrollo de transgénicos, agrocombustibles, la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques en los países en desarrollo (REDD) y mecanismos de desarrollo limpio, como las plantaciones de árboles para captura y almacenamiento de carbono y las represas.
Estas medidas quitan la atención de lo verdaderamente necesario para hacer frente a la crisis del clima: que los países industrializados reduzcan radicalmente sus emisiones contaminantes.
Estos acuerdos chocan también con la Declaración de Naciones Unidas sobre derechos de los Pueblos Indígenas y con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, porque no se realizaron las consultas previas a las comunidades indígenas. Así lo denunció la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), que agregó que los gobiernos de Colombia y Perú ni siquiera informaron nada a lo largo de todo el proceso de negociaciones.
“Los TLC que la UE impulsa en América Latina son una vuelta de tuerca más para la seguridad de sus empresas y del patrón de consumo abusivo de sus países. Los beneficiados en nuestra región son algunos pocos grupos de poder económico y los perjudicados nuestros pueblos. Los parlamentos centroamericanos, de Colombia y Perú, y el MERCOSUR, todavía tienen la posibilidad de frenar este grave avance europeo contra nuestro futuro como pueblos soberanos”, destacaron las organizaciones presentes en Montevideo.
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