martes, 22 de junio de 2010

Bienvenidos al Mundial De deuda Externa Sudáfrica 2010

Al Dorso

Por Osval

Con él se intenta esconder las crudas realidades del mundo actual. Mucha elegancia y feroz espíritu de competencia para el desfile de deportistas millonarios, y multinacionales haciendo sus jugosos negocios, pugnando entre sí como si fuesen ellos los verdaderos protagonistas de una competencia que solo ofrece dinero, ganancias, estafas y miserias.

Cúbrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;

Y aquí está el mundial Sudáfrica 2010.

Ni siquiera en lo futbolístico disfrutaremos de juegos atrevidos y alejados de formalidades tácticas y técnicas. Jugadores de los países del Tercer Mundo ejecutan frías técnicas de fútbol del Primer Mundo europeo, siguiendo la tendencia cosificada de un deporte “taylorizado”. Y los trabajadores, rinden tributos a los negociados de las multinacionales.

Sobre este purulento desborde de inocencia,
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.

El impacto económico del mundial se estima en unos US$7.325 millones. Una cifra que representa el 160 % del gasto público de Ghana, y casi 3 veces la deuda externa de Camerún, los dos países africanos más pobres de la copa.

Cúbrete el rostro
y llora...
pero no te contengas.
Vomita.

Samuel Eto, una de las figuras del Inter campeón de la UEFA y de la Selección de Camerún, considerado uno de los mejores jugadores africanos de todos los tiempos, cobra 10 millones y medio de euros por año. Unas 257 mil veces el salario mínimo en su país de origen.

¡Si!
Vomita,
ante esta paranoica estupidez macabra,
sobre este delirante cretinismo estentóreo
y esta senil orgía de egoísmo prostático:

Sudáfrica ya ha invertido más de 6.000 millones de dólares en infraestructura y gastos relacionados al evento. La suma invertida, equivale a sacar de la pobreza al conjunto de la población de Costa de Marfil, Ghana, Camerún y Honduras.

Cúbrete el rostro,
y Vomita.
No te contengas
¡Sí!
Vomita,
lacios coágulos de asco,
macerada impotencia,
rancios jugos de hastío,
trozos de amarga espera...
horas entrecortadas por relinchos de angustia.

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