jueves, 25 de febrero de 2010

Variedades de comer tierra: Estados Unidos, Haití, Nicaragua


Por Toni Solo

El gobierno de Estados Unidos y sus aliados internacionales y regionales miran como una amenaza la autonomía e independencia verdadera de las naciones de América Latina y el Caribe. La respuesta del gobierno estadounidense ha sido de militarizar América Latina y el Caribe con más bases, principalmente en Colombia y en Panamá. Ahora, la administración del Presidente Obama explota la catástrofe en Haití para ocupar ese país militarmente bajo el pretexto de brindar seguridad para las operaciones humanitarias.

Los gobiernos de la región no se engañan. Miran la amenaza detrás de aquel pretexto. En Haití la ocupación militar estadounidense permite suprimir un posible recrudecimiento de Fanmi Lavalas, el más importante movimiento político haitiano, efectivamente suprimido por las autoridades haitianos y sus amos extranjeros. De igual manera, la ocupación imposibilita un retorno temprano del líder de Fanmi Lavalas, el ex-Presidente Jean Bertrand Aristide, exiliado en África del Sur.

El imprescindible apoyo cubano y venezolano para programas de cooperación en Haití hacen parecer vergonzosa la ayuda del gobierno estadounidense. La ocupación estadounidense probablemente obstaculizará en alguna medida la cooperación cubana y venezolana. También da al gobierno de Estados Unidos otra base desde dónde amenazar a Cuba y Venezuela, a la vez que logra intimidar a otros países en la región que quieren beneficiarse de los exitosos programas económicos promovidos por Venezuela, como los del Petrocaribe y del ALBA.

Los medios internacionales esconden la historia

Mucho comentario sobre el terrible desastre en Haití menciona de manera superficial la historia de Haití. Pero casi ninguno señala que Estados Unidos ocupaba Haití durante casi 20 años entre 1915 y 1934. Desde 1917 hasta 1919, patriotas haitianos del norte del país resistieron la ocupación yanqui bajo el liderazgo inspirador de Charlemagne Péralte. En aquel tiempo Péralte escribió (1):

“Durante cuatro años la Ocupación nos ha insultado constantemente. Cada mañana trae un nuevo abuso. La gente es pobre y sin embargo la Ocupación nos oprime con impuestos... Quitémonos de encima esta gente salvaje de quien el carácter bestial es evidente en la persona de su Presidente Wilson – traidor, bandido, provocador y ladrón.”

Péralte murió cuando fue traicionado, entregado a un escuadrón asesino de los Marinos estadounidenses. Con la nueva ocupación militar estadounidense de Haití, el Presidente Obama sigue fielmente los pasos del Presidente Woodrow Wilson, otro ganador del Premio Nóbel de la Paz. Tal como en el golpe de Estado en Honduras, la historia reciente de Haití refuta categóricamente la gran mentira de que el gobierno de Estados Unidos promueva la democracia en América Latina y el Caribe.

En las elecciones nacionales programadas para 2011, tal como en las elecciones pasadas, las autoridades haitianas han impedido la participación de Fanmi Lavalas. El gobierno estadounidense y sus aliados están decididos de no permitir el regreso del exilio del ex-Presidente Aristide, impuesto por ellos durante el golpe de 2004. El Presidente Aristide fue secuestrado por militares estadounidenses y depositado en la República Africana Central. Después recibió asilo en África del Sur.

Los países del Bloque Occidental – Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y sus aliados del Pacífico – deliberadamente echaron al pueblo haitiano al fango privatizado neo-liberal. Ahora políticos destacados de aquellos países lamentan la incapacidad del país de poder responder al desastroso terremoto. Uno se pregunta, ¿qué esperaban? Hace poco, un reportaje del escritor Greg Palast menciona que en todo Haití, con una población de casi 10 millones, sólo hay dos estaciones de bomberos.

EE.UU. - corrupción-compinche desfrenada

En Estados Unidos la gente bien podrían mirar muy detenidamente a los sucesos en Haití. Una oligarquía élite, rica, mediocre, avara y corrupta sangró el país de todo lo que pudo. Facilitó la destrucción de su medio ambiente y abandonó la gran mayoría de la población a la penuria económica y la impotencia política. El mismo proceso avanza ya en Estados Unidos.

Nada queda más claro después de la traición sistemática de la mayoría de la población estadounidense por una pandilla de timadores plutócratas que han sacrificado una economía estadounidense productiva a favor de su sector élite financiera. Hay que considerar, por ejemplo, lo que pasó con la Regla 140 de la Junta Federal de Normas Contables (FASB). Originalmente, ha debido de tomar efecto en julio 2008, para imponer transparencia en los bancos demasiado-grandes-a-quebrar.

La Regla 140 iba a forzar los bancos a incluir en sus balances generales las pérdidas valoradas en decenas de miles de millones de dólares que se habían escondido fuera de la jurisdicción estadounidense en las llamadas Vehículos de Inversión de Propósito Especial. Estas fueron las entidades contables que facilitaron el enorme fraude de Enron a inicios de la década. Sin embargo, en 2008 la implementación de la Regla 140 fue postergada hasta noviembre 2009. Ahora, la Corporación Federal de Seguros para Depósitos (FDIC) – la entidad que garantiza los depósitos de la población estadounidense contra quiebras bancarias – está negociando otro arreglo con los grandes bancos.

Un reporte del sitio financiero Bloomberg para el 15 de diciembre 2009 nota, “Ejecutivos de Citigroup, JPMorgan, Bank of America, Wells Fargo & Co., Capital One Financial Corporation y el Foro Americano de Securitización (FSA) se reunieron con funcionarios del FDIC el dos de diciembre para revisar los requerimientos capitales con relación a la medida del FASB.... Los ejecutivos propusieron que “el período de transición debe extenderse más allá del año 2010, hacia un punto en que el desempleo es menos y que entidades que emiten préstamos tienen menos limitaciones capitales para hacer crecer sus balances generales y suministrar más crédito,” de acuerdo con un documento de la FSA presentado al FDIC.”

Los bancos demasiado-grandes-a-quebrar de Wall Street están en bancarrota. No pueden cubrir su pasivo. Tienen grandes deudas escondidas en basura valorada falsamente bajo la metodología de la contabilidad de fantasía llamada “mark-to-model”. Gran parte de su basura se intercambió en la forma de trueques con la Reserva Federal. Otra gran parte está escondida en sus Vehículos de Inversión de Propósito Especial – para el momento fuera del alcance de las normas contables convencionales.

Una mirada al balance general de la Reserva Federal del 31 de diciembre 2009 es instructiva. En aquel momento, el Banco Central de Estados Unidos tuvo, entre otras cosas, más de novecientos mil millones de dólares en concepto de bonos respaldados por hipotecas y ochenta y ocho mil millones de intereses preferidos en entidades derivados de los rescates del banco Bear Stearns y American International Group. De hecho aquellos activos valen una fracción de los falsos valores asignados por motivo de la contabilidad fabulosa de “mark to model”. El balance general de la Reserva Federal de los Estados Unidos no da una valoración justa y verdadera de las finanzas de ese banco central.

Todo eso viene después de la incorporación en las entidades garantizadas por el gobierno - como Freddie Mac y Fannie Mae - de una gran cantidad de hipotecas y bonos respaldados por hipotecas con un valor nominal de muchos miles de millones de dólares, las cuales en verdad valen unas decenas de centavos sobre el dólar. De igual manera, la Tesorería del gobierno estadounidense y la Reserva Federal facilitaron la recuperación por los bancos de Wall Street de las perdidas que incurrieron por motivo de transacciones con American International Group a 100 centavos sobre el dólar – muy por arriba de su verdadero valor. Increíblemente, en ese contexto numerosos economistas han respaldado la gran idiotez enunciado por Dick Cheney quien dijo “Reagan demostró que los déficits no son importantes”.

Ese consenso ha fomentado un clima político que tolera rescates sin justificación alguna en beneficio de un sector financiero quebrado y corrupto. La meta parece ser volver a inflar todavía más burbujas especulativas. Es inevitable otra crisis del sistema casino-capitalista-compinche que no produce riqueza para el pueblo estadounidense y mucho menos logra distribuirla de una manera equitativa. Las últimas declaraciones del Presidente Barack Obama de que va a “enfrentar a los bancos” - los mismos bancos que le compraron su presidencia – se esfumarán rápidamente en el Congreso en Washington, una entidad corrupta, llena de legisladores comprados por las grandes corporaciones.

EE.UU., Haití y Nicaragua

En enero 2008, el reportero de Associated Press, Jonathan Katz escribió sobre Haití, “....en lugares como Cité Soleil, el barrio marginado al borde del Océano donde Charlene comparte una casa de dos habitaciones con su bebe, cinco hermanas y hermanos y sus padres, las dos sin empleo, unas galletas hechas de tierra, sal y grasa ya son una comida habitual. “Cuando mi madre no cocina nada, tengo que comerlas los tres tiempos” dijo Charlene.”

A comer tierra es el destino dónde la élite estadounidense demasiado-grande-a-quebrar va llevando su pueblo. La única diferencia entre la corrupta clase dominante haitiana y sus homólogos en Estados Unidos es la escala del derroche de recursos. Su mentalidad es exactamente la misma.

Por poco Nicaragua logró escaparse del destino de Haití. La oligarquía corrupta de Nicaragua intentó por 16 años de hundir su pueblo en una desesperación parecida a la que ha experimentado el pueblo de Haití. Los gobiernos del Bloque Occidental aprobaron, supervisaron y facilitaron aquella debacle social y económico.
Impusieron la privatización de recursos públicos esenciales, suprimieron la agricultura doméstica, cortaron la educación y la salud y desregularon a favor de despiadadas inversionistas extranjeros. Justo a tiempo, después de asumir el gobierno en enero 2007, el Frente Sandinista de Liberación Nacional enfrentó el fracaso de ese modelo, cambió el rumbo e impulsó un renacimiento de la economía. Bajo el liderazgo del Presidente Daniel Ortega, la producción agropecuaria fue reactivada y exportaciones alcanzaron niveles récords a la vez que se garantizó la gratuidad de la educación y la atención médica.

La economía de Nicaragua sobrevivió la crisis económica global mejor que las de otros países en la región. Se hizo por medio de una coordinación astuta de la capacidad del sector privado con un financiamiento público asignado de manera equilibrada entre gasto social, inversión en infraestructura y apoyo para la pequeña y mediana empresa. En contradicción a la bárbara y estúpida doctrina neoliberal, el gobierno de Nicaragua priorizó la producción de alimentos y logró mejorar dramáticamente la seguridad alimentaria a la vez de abrir nuevos mercados de exportación.

Sin duda, fue el acceso a los recursos del ALBA que aumentó las posibles opciones económicas para Nicaragua. Aquellas opciones facilitadas por ALBA prometen mayor autonomía para países en la región dominados anteriormente por los Estados Unidos. Por ese motivo el gobierno del Presidente Barack Obama facilitó el golpe militar en Honduras y la farsa de las elecciones allí el 29 de noviembre del año pasado. Es el motivo también de la ocupación militar estadounidense de Haití.

Después de haber aplastado la democracia en Haití y en Honduras, el cada vez mayor despliegue del poder militar yanqui en la región demuestra que el Presidente Obama ha decidido seguir con más de lo mismo. Los gobiernos del ALBA en Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela han avanzado el bienestar de sus pueblos enormemente al rechazar el hostigamiento económico y la intimidación diplomática del gobierno de los Estados Unidos. Ahora con mucha mayor intensidad, esos gobiernos son blancos del corrupto Estado-fallado estadounidense y sus cómplices del Bloque Occidental.

Nota:
1. http://historymatters.gmu.edu/

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