viernes, 26 de febrero de 2010
Cuando el solo hecho de existir perturba a los terratenientes
"Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano.
Juntos iremos unidos en la sangre
hoy es el tiempo que puede ser mañana."
Víctor Jara, Plegaria a un Labrador
Soy italiana y sufro desde mi nacimiento los horrores realizados por la mafia, no me sorprenden los abusos de poder legalizados de los magnates de Honduras.
¿Cómo podría sorprenderme ante el hecho de que el Sr. Miguel Facussé sólo para dar a su hija una playa como regalo de boda expulsó de su casa una familia de 11 personas, dueños ancestrales de esta tierra?, ¿cuando mi querido mafioso Primer Ministro Berlusconi construye villas fabulosas en Cerdeña, en lugares protegidos, sin que la gente pueda protestar por el permiso de construcción que resulta ser un secreto de Estado?
Para los ricos del planeta todo lo ilegal es secreto, así que todo está permitido.
Aquí, en Honduras, Facussé es uno de los mayores terratenientes y aprovechó el golpe de Estado contra Manuel Zelaya para mostrar sus garras de tigre y acumular aún más tierra de la que ya tiene, para seguir robando dinero al país.
El hecho es que cuando el distinguido caballero dice que hará nuevas inversiones millonarias en Honduras financiadas por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de la Integración Centroamericana, no específica el coste humano que deberían pagar los campesinos, propietarios desde siempre de las zonas, que el hijo del ex emigrantes palestinos simplemente quiere borrar del mapa.
El cinismo es una de sus principales características: piensen que él y su yerno, Fredy Nasser Selman, el 26 de junio de 2009, tuvieron el coraje de defender públicamente la encuesta propuesta para la Asamblea Constituyente, del entonces presidente Manuel Zelaya, en contra de otros empresarios de Honduras, afirmando que el pueblo tiene derecho a expresarse, y luego están entre los más favorecidos por la situación de violencia establecida en el país.
Facussé últimamente se siente “perseguido” en su inmensa propiedad por las protestas de los agricultores que no están dispuestos dejarse comprar con dos cuentas de colores como en el momento de la invasión de los españoles.
Hay dos áreas claves de la lucha en las propiedades del hijo de ex emigrantes palestinos (entre los muchos conflictos en el país para conseguir una digna y justa reforma agraria), la del Bajo Aguan, en la costa norte del Atlántico, (que son cerca de 20.000 hectáreas cultivadas con palma africana), y la zona en el sur, sobre el Pacífico, en el Golfo de Fonseca, en la península de Zacate Grande, en la frontera entre El Salvador y Nicaragua.
Hay que anticipar que el ex presidente Manuel Zelaya intentó dar una solución a los problemas de la reforma agraria mediante el Decreto 18-2008, en virtud de que estaban estudiando la situación diversas situaciones de las parcelas de la tierra y estaban negociando con los tres protagonistas del problema: los campesinos, los terratenientes y el Instituto Nacional Agrario (INA).
De manera clara y "accidentalmente" después del golpe de Estado, al final de septiembre de 2009, los soldados irrumpieron en las oficinas del INA y destruyeron todo el trabajo que el gobierno de Zelaya había hecho, secuestraron y torturaron a los agricultores que habían ocupado las oficinas del INA para defender sus derechos.
Este fin de semana estuve en la península de Zacate Grande para conocer este pequeño paraíso en la tierra y ser personalmente consciente de por qué Facussé quiere hacer desaparecer a todos los habitantes de la zona para continuar su sueño enfermo de construir un zona turística exclusiva para sus queridos amigos oligarcas del país.
Esta “península”, de hecho una isla, en 1969 fue unida al continente por una carretera: ésta fue su desgracia, porque desde ese momento las familias más ricas del país trataron de acaparar grandes extensiones de tierra para construir sus casas de verano y aprovechar la industria de la pesca y del procesamiento de camarones, enriqueciéndose a costa del planeta.
Los cerca de 5.000 hondureños que han vivido aquí durante muchos años (“cuando Dios creó el mundo”, dice uno de los habitantes) no pueden demostrar con documentos legales la propiedad de la tierra, mientras que por el golpista Facussé es fácil comprar los derechos de la justicia corrupta y cínica, dispuesta a hacer cualquier cosa para complacer al poder.
Desde 1999 la situación de las aproximadamente 800 familias es cada día más crítica, los grandes millonarios del país son todavía más ricos, pusieron cercas en todas partes, en el mar, que no permiten que la gente vaya a pescar, o en la tierra, que no permiten cultivar pequeñas parcelas, con el acoso y amenazas; en fin, estos indígenas testarudos no entienden que simplemente deben desaparecer en el aire, no molestar a ninguno de los hombres ricos y poderosos de Centroamérica y a sus amigos.
Los agricultores de la zona, que se agruparon en el Movimiento para la Recuperación y Titulación de la Tierra, son continuamente amenazados con detenciones absolutamente ilegales de sus dirigentes, acusándolos de dañar el medio ambiente: los agricultores sólo son "culpables" de defender su derecho original a vivir donde nacieron y donde habitaron sus antepasados.
Con una táctica legal Facusé "se ha asegurado de que los líderes de la comunidad rebelde fueran capturados haciendo que aparezcan bajo arresto domiciliario”.
Entonces, el poderoso señor “empezó un proceso de conciliación y, al parecer, está contemplado el traslado de los residentes a otra región, sirviéndose de una resolución del Congreso Nacional de que la isla es área protegida", y ¿quien mejor que él, “el Tio Mike”, podría seguir ocupándose de la protección del medio ambiente?
Desde hace unos días algunas noticias demuestran que el rico Facussé está asustado por la tenacidad de los agricultores, que se siente amenazado por la próxima apertura de una radio comunitaria creada para informar a los demás y dejar que el país pueda conocer los abusos a los que son sometidos, está claro que "Tio Mike" no puede permitir que un puñado de campesinos pueda luchar contra todas las mentiras que él suele decir a los medios de comunicación para aparecer a nivel nacional e internacional como el salvador del Golfo de Fonseca.
Mientras estoy sentada en una hermosa playa en Puerto Grande, observo las casas pobres con pisos de tierra y a estos niños maravillosos con los ojos color miel y piel dorada por el sol, me sonríen felices, en su inocencia, y participan en la colas para recoger el agua de un grifo comunitario: ¿cuál será su futuro, la educación y la salud, mientras viven en este estado de extrema pobreza, en oposición a los sin restricciones, que son las pocas familias oligárquicas?
¿Por qué sus padres no tienen derecho a reclamar el pedazo de tierra que es suyos desde tiempos ancestrales? Me hierve la sangre pensando en esta gran injusticia, que es debida a un hombre que posee un tesoro inmenso, que él solo podría pagar la deuda externa de Honduras pero sigue consumiéndose en su avaricia.
Dante Alighieri a su época definió perfectamente el alma de Facussé: “La avaricia es de naturaleza tan ruin y perversa que nunca consigue calmar su afán: después de comer tiene más hambre”.
Ida Garberi es la responsable de la página italiana del sitio web de Prensa Latina
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario