sábado, 28 de diciembre de 2019

Vallecito es un ejemplo de soberanía, resistencia y dignidad


Tarde en la comunidad de Vallecito, Colón.

A 75 kilómetros de la ciudad de Trujillo en el departamento de Colón y entre extensas plantaciones de palma africana se encuentra Vallecito, considerado el último santuario garífuna, que cuenta con aproximadamente 1,200 hectáreas de territorio recuperado de las manos de terratenientes y del crimen organizado.

Fue en esta comunidad pacífica productora de coco, donde se desarrolló el quinto Encuentro de Egresados y Egresadas de las Escuelas de Formación Política y Ciudadana, promovidas por el ERIC-SJ.

Cuarenta jóvenes de los departamentos de Atlántida, Santa Bárbara, Yoro, Copán y Colón fueron testigos de cómo esta comunidad se ha convertido en un ejemplo de soberanía al impulsar, ante la falta de interés del gobierno, una escuela garífuna donde asisten al menos 20 niños y niñas mientras sus madres y padres trabajan en las plantaciones de coco, recolectando frutos en las parcelas y elaborando los alimentos para la comunidad.

Jóvenes egresados de las Escuelas de Formación junto 
Miriam Miranda, coordinadora de la OFRANEH.

Para el año 2020 la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) planea instalar la primera universidad garífuna en Vallecito, con un contenido académico diferente al oficial que, sirva para recuperar la identidad del pueblo garífuna y fortalecer su cosmovisión.

Para conocer de cerca la comunidad de Vallecito los jóvenes tuvieron la oportunidad de recorrer el área donde se encuentran las plantaciones de coco, unas 60 manzanas. A menos a 2 kilómetros de la escuela se encuentra la plantación principal de este fruto, que forma parte fundamental de la alimentación del pueblo garífuna.

En este pueblo los jóvenes recolectaron los frutos germinados y los trasladaron al vivero donde se encuentra el resto del cultivo que se espera trasplantar a 50 manzanas de terreno y distribuir en otras comunidades, convirtiéndose de esta manera en la zona de la región con mayor producción de coco y sus derivados.

Después de realizar actividades de limpieza y recolección, los jóvenes caminaron tres kilómetros entre pinos y cocoteros para llegar a la playa, la cual cuenta con una barrera de manglares. Vallecito es el único pueblo garífuna que no está a la orilla del mar, lo cual no ven como un inconveniente, sino como una ventaja, debido a la erosión costera que enfrenta el resto de comunidades garífunas de la zona que consiste en la desaparición gradual de sus playas. Vallecito es una alternativa para quienes debido a estas causas pierdan su territorio.

Jóvenes en las plantaciones de coco

Al caer la tarde y tras finalizar con los recorridos, con el compromiso de realizar encuentros regionales, facilitar y dirigir escuelas de formación comunitarias, incentivar el cultivo de sus propios alimentos y comenzar procesos de reciclaje en sus comunidades, concluyó el Encuentro de Egresados y Egresadas 2019 en una comunidad que, a pesar de las dificultades y constantes amenazas sigue dando muestras de resistencia y dignidad.


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