jueves, 12 de abril de 2018

La resistencia de la población es un acto de dignidad



Resistencia de la población es un acto de dignidad, frente a un modelo corrupto y violento

Para el abogado Víctor Fernández del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, Madj, es difícil transparentar la administración pública porque hay un comportamiento normal, y por mucho tiempo fue hasta aplaudido ser corrupto, de manejar todo en secreto. 

“Si el tema de la transparencia es poner todo sobre la mesa, esto te da la posibilidad de descubrirte, pero la administración pública siempre fue vista, y sigue siendo vista, como el espacio para hacer todas las “picardías” posibles y para enriquecerte desde lo público, ese es un enfoque tergiversado, y por eso quienes detentan el poder, quienes aspiran al poder, tienen como práctica, y hoy lo vivimos más que nunca, lo secreto es la norma y la transparencia es la excepción”, aseguró Fernández.

Se están cumpliendo diez años de la huelga hambre que iniciaron cuatro jóvenes fiscales del Ministerio Público: Víctor Fernández, Luis Javier Santos, Soraya Morales y Jari Dixon. Una huelga de hambre que se desarrolló en los bajos del Congreso Nacional, pero que tuvo un impacto nacional e internacional sin precedentes. La huelga de hambre fue contra la corrupción patrimonial, pública y privada.

Radio Progreso (RP) dialogó con el abogado Víctor Fernández (VF) sobre los impactos de la huelga de hambre y la lucha contra la corrupción y la impunidad,   años diez años después de aquel acto histórico que duró 38 días, en los bajos del Congreso Nacional.

RP. ¿Qué recuerda de aquella huelga de los fiscales?

VF. Pueden existir recuerdos personales hasta el significado social, histórico que tiene el evento. En lo personal, fue un evento que marcó mucho mi vida, lo ha marcado desde siempre, es un marco de confrontación con uno mismo, con tu propia práctica de vida. La huelga fue un paso cualitativo de la postura crítica frente a un tema tan fundamental, tan terrible para el país como es la corrupción y sobre todo la impunidad.

RP. ¿Qué marcó esa huelga?

VF. La huelga marcó un nivel de convergencia de muchos actores que para nosotros mismos fue sorprendente, nosotros, como personas que iniciamos ese evento, esa actividad, creíamos sí que iba a concitar algunas reacciones pero no las que tuvo, la posibilidad de coincidir con gente tan diversa, gente que ahora para nosotros es gente muy cercana, muy querida, que si no hubiera sido por la huelga no tuviéramos esa oportunidad.

RP. ¿Cuál cree fue el impacto en la ciudadanía?

VF. Marcó, creo, un nivel de cotidianidad de la denuncia frente al fenómeno de la corrupción, la gente volvió normal la denuncia contra la corrupción, la gente volvió normal aportar desde su propia individualidad, por ejemplo los artistas, los profesionales lo hicieron, las organizaciones de todo tipo e incluso las religiosas. Seguro pasó en otro tiempo pero para mí son temas importantes.

RP. ¿Por qué cuesta tanto transparentar la administración pública?

VF. Porque hay un comportamiento normal, y por mucho tiempo fue hasta aplaudido ser corrupto, de manejar en secreto. Si el tema de la transparencia es poner todo sobre la mesa, esto te da la posibilidad de descubrirte, pero la administración pública siempre fue vista, y sigue siendo vista, como el espacio para hacer todas las “picardías” posibles y para enriquecerte desde lo público, ese es un enfoque tergiversado, y por eso quienes detentan el poder, quienes aspiran al poder, tienen como práctica, y hoy lo vivimos más que nunca, del secreto de la administración, es decir, el secreto es la norma y la transparencia es la excepción.

RP. ¿Cómo valora el gobierno de Juan Orlando Hernández?

VF. Este gobierno es de lo peor que le pasa a la sociedad hondureña porque tenemos a un gobierno que tiene a la cabeza a un presidente confeso de haber realizado actos de corrupción. Recordemos que esta persona afirmó que reconocía que su partido, para su campaña, había recibido fondos que eran del Seguro Social y que como remedio entendió que lo que debía hacer era devolver ese dinero. Tenemos un gobierno y una dirigencia política que además de ser corruptos son descarados. Este gobierno es una vergüenza para el país y para nosotros como sociedad.

RP. ¿Qué piensa de la actuación de la Maccih a dos años de estar en Honduras?

VF. ¡Bueno lo que queda de la Maccih! Creo que hay que reconocer que la Maccih viene en un proceso de ataques constantes. Pareciera que en la medida que la Maccih se convirtió en una amenaza para esa estructura criminal, se convirtió en un espacio amenazado. Nosotros siempre hemos sido críticos de la Maccih porque no es lo que la sociedad hondureña estaba pidiendo sino que es un pacto para salir de la crisis planteada en el 2015.

RP. ¿Qué piensa de la dirigencia de la Maccih?

VF. Yo lamento que la dirigencia de la Maccih siempre planteó una serie de cuestionamientos válidos al sistema de justicia en el país y a muchos actores pero nunca plantearon un cuestionamiento directo a la estructura criminal que pasa por el Presidente de la República. Es esa estructura la que sabotea todo aquel esfuerzo que pueda convertirse en un mecanismo eficaz de combate a la corrupción, ellos son los que están torpedeando a la Maccih.

RP. ¿Cuál fue el error que se cometió en la Maccih?

VF. No lograron en estos dos años un nivel de vinculación con la sociedad hondureña que les permitiera tener el matrimonio Maccih – sociedad hondureña demandando justicia, y eso la colocó en un nivel de debilidad cuando empezó a confrontar a la estructura del poder corrupto de este país.

RP.  10 años después de la huelga de los fiscales, ¿en qué ha cambiado el Ministerio Público?

VF. No sé si ha cambiado el Ministerio Público o en qué ha cambiado, le cambiaron el logo al Ministerio Público, es un logo más vistoso, ja ja ja ja, me río de verdad porque en realidad ese tipo de cambios fueron los que se presentaron como cambios relevantes en algún momento. Debilitaron absolutamente las dos oficinas más importantes para la sociedad hondureña: la fiscalía especial contra la corrupción, es una instancia casi desaparecida en el Ministerio Público y la fiscalía de Derechos Humanos. Se consolidó esa línea que nosotros denunciamos hace 10 años que el Ministerio Público se había convertido en instrumento del poder político y económico del país, eso es hasta este momento.

RP.  Con algunos casos muy sonados, se asegura que el Ministerio Público ha tenido éxito, ¿usted qué piensa?

VF. Lo que pasa que un enfoque serio que evalúe el funcionamiento de una institución como el Ministerio Público no puede pasar por una evaluación de casos, pasa por una evaluación del funcionamiento estructural del Ministerio Público en su perspectiva de persecución de la política de persecución criminal.

RP. ¿Cómo ve usted el proceso de elección del próximo Fiscal General de la República?

VF. Está marcado por un ambiente muy gris la elección del nuevo Fiscal General. Venimos de sufrir el acto de corrupción más grande del país, es el fraude electoral impuesto a sangre y fuego. Tenemos un gobierno que tiene control de casi todos los espacios institucionales y éste no es el espacio que van a dejar de controlar, es un espacio calificado para tenerlo bajo control y así lo están haciendo. Esta posibilidad que ratifiquen a Oscar Fernando Chinchilla es una posibilidad que sale de los mismos sectores oficiales.

RP. ¿Qué signos de dignidad y justicia usted puede identificar entre la población?

VF. La sociedad hondureña es una sociedad en resistencia permanente. Resistir es el acto de dignidad más importante en nuestra sociedad. Lo más fácil es ponerse de acuerdo con quien te oprime, lo más fácil es que te pongas de rodilla frente a él, pero aquí hay una población, hay un sector popular en resistencia permanente.

No hay comentarios: