sábado, 14 de abril de 2018

La caravana es suya Señor Trump



Cuando comienzan la ruta los sentimientos son encotrados y dolorosos, lo sé por experiencia,  y por más que uno se plantea justificaciones nada hay que evite el sentimiento de culpa por dejar la patria amada, la familia, el origen. Nos vamos por que hay que irnos, por que no nos dejan elección, por que nos quitaron las otras opciones. Cuando los hondureños y hondureñas decidimos irnos, señor Trump, también es su responsabilidad por que los que nos vamos buscamos mejores oportunidades de vida, que acá nos han sido robadas por los corruptos que usted y su politica internacional nos imponen para gobernarnos.
Cuando ese ochenta por ciento de los caminantes iniciaron el camino los empujó la pobreza en este país. Pobreza que genera un poco más de 200 personas que, con el abal de su politica internacional, imponen una cultura de saqueo, destierro y exclavitud moderna que nos sume en la miseria. Que están acabando con nuestros bienes naturales, desplazandonos de nuestros territorios ancestrales y promoviendo una cultura de consumo que desplaza nuestras costumbres ancestrales. Es decir se van por que tienen hambre y sed. Hambre por que la tierra que antes producía para el consumo humano ahora lo hace para la bioindustria que prefiere agricultura para alimentar motores que personas. Sed por que los ríos que antes permitían el agua para los humanos hoy están reservados, gracias al aval de su política internacional, para las grandes corporaciones de bebidas azucaradas o para la generación de energía. 

Se van por la violencia y es que Honduras, señor Trump se lo digo aunque usted lo sabe de sobra, tiene el índice de violencia más alto, la inseguridad más alta, la policía más corrupta y el ejército más represivo de la región. Y, le cuento señor Trump, su política internacional es la principal responsable de esta violencia. Son sus fondos que vienen con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo y la seguridad regional los que se usan para armar este ejé0rcito asesino, para equipar esta policía corrupta, para generar esta cultura del miedo con el fin de evitar que reclamemos nuestro derecho en los espacios públicos, y  que se promueve desde medios de comunicación tarifados que siembran el miedo para comercializar con la paz y la venta de armas para lograrla.

Gritan fuera Joh y, se lo aseguro señor Trump,  cuando lo hacen es sinónimo de fuera Trump. La gente sabe que usted, su departamento de Estado, su embajada y sus oficiales acreditados apoyaron, promovieron y sostienen el actual régimen dictatorial que somete a Honduras. La gente sabe que usted es cómplice, que su silencio son ecos de torturados y muertos en el conflicto post fraude electoral, que su discurso democrático es más falso que un religioso hondureño y que la invación de su política internacional a nuestro derecho interno de hacernos patria es peor que la de los parásitos mortales que habitan nuestros cuerpos. Por todo eso, señor Trump, se lo puedo asegurar esta caravana que atravieza México es suya y le va a llegar y seguirán sumándose miles de millones de extranjeros que poco a poco colonizan su finca y en la cual, cuando menos lo espere, también será un extranjero. 

Señor Trump la gente se va para que este continente se llama América, no los Estados Unidos de Norte América. Por que en nuestra cultura ancestral, de la que usted no es parte, las fronteras no existen y el nomadismo es parte nuestra cosmovisión. Las fronteras son el invento suyo para generarse feudos y condiciones de felicidad a cambio del dolor de los otros muchos y muchas. Las fronteras las inventaron ustedes por que nos tienen miedo, le temen al pueblo que se levanta, que se despiera, que descubre que más allá las ambiguedades de su farsa doctrina de igualdad hay un Derecho Humano que se construye desde nuestro don de gentes y se confirma en las relaciones armoniosas que podemos establecer con nuestra PachaMama, la Casa Común.

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