El tiempo pasa rápido y parece que solo hace algunos días inició una de las luchas más importantes en Honduras contra la política de privatización vial que impulsa el gobierno. Este sábado 7 de octubre se cumplió un año de lucha ininterrumpida contra la instalación del peaje en San Manuel, Cortés. A un año la resistencia al pago de peaje sigue intacta, con el mismo rechazo, con el mismo fervor y mismo repudio a sus promotores.
Hace un año, la empresa concesionaria bajo dirección del Estado empezó a cobrar el impuesto de peaje a los conductores que transitan la carretera que conecta a la ciudad de El Progreso con San Pedro Sula. Hace un año el gobierno a través de la Policía reprimió e incluso encarceló a varios dirigentes que incitaban el no pago del cobro vial.
A pesar de la represión policial y estatal, la ciudadanía aglutinada en la Mesa de Indignación se mantuvo firme resistiendo contra la iniciativa. Un grupo de personas instaló un campamento permanente de lucha que se convirtió en el punto de convergencia al repudio de la privatización.
A un año ese campamento sobrevivió y este sábado a primera hora las organizaciones populares de la zona norte conmemoraron ese proceso con una movilización popular desde El Progreso a las casetas de peaje. "No al peaje. No a la privatización vial. Exigimos soberanía vial", eran parte de las consignas que se repitieron una y mil veces durante la movilización.
"El pueblo debe entender que este impuesto es ilegal y la única forma de hacerlo retroceder es a través de la protesta permanente", expresó Karina Flores durante la acción.
Suyapa Majano, también integrante de la Mesa de Indignación dijo que a un año de resistencia la lucha debe seguir y aún más fuerte para crear conciencia en la ciudadanía y evitar que se imponga algo ilegal.
En 365 días de labor de conciencia ciudadana, los resultados son evidentes: el 95% de los conductores no pagan peaje. Ellos pasan por las casetas, ignoran a los cobradores y esperan que les levanten la tranca. Ese es el procedimiento de los conductores, quienes están claros que pagar es ilegal e incorrecto.
En la actividad de conmemoración, se hizo presente la Organización Fraternal Negra de Honduras, el Frente Nacional de Resistencia Popular, integrantes del movimiento estudiantil, Convergencia contra el Continuismo, entre otras organizaciones, que dieron el grito de rechazo y solidaridad con una lucha que por ahora sirve de ejemplo a una sociedad desmovilizada y diluida en la fiebre electoral.
La principal lección del movimiento anti-peaje es la efectividad de la resistencia permanente ante las políticas gubernamentales. La lucha contra el peaje demostró que la única salida para evitar una imposición es la movilización permanente.
Contra el peaje se interpuso muchos recursos de inconstitucionalidad ante la justicia, los que fueron ignorados por la institucionalidad. La otra vía, la de movilización pudo detener el cobro a base de represión, consistencia y claridad política. "Así como se paró el peaje, con la movilización se puede parar la reelección, las privatizaciones y todas las políticas dañinas", dijo Norma Cruz, integrante de la Mesa.
Para Norma el país no puede darse el lujo de poner sus esperanzas en lo electoral o institucional. Dice que eso ha demostrado que las cosas no se detienen por esa vía, argumentó que esta lucha demuestra cuál es el camino y cuál debe ser la apuesta del movimiento popular.
"Ese llamado de retomar a las calles es el que debemos seguir para enfrentar la realidad de país que tenemos. Este es un ejemplo de cómo se debe actuar, de qué camino estructurar y articular", manifestó el dirigente sindical e integrante de la Convergencia contra el continuismo Carlos H. Reyes.
"Vamos a seguir, nada ni nadie nos detiene, estaremos en lucha hasta que sea necesario, es nuestro compromiso por defender nuestra soberanía", recalcó a grito de megáfono Karina Flores al llegar la movilización al peaje. Caminata que duró casi dos horas.
La gente es incansable, los 365 días en su expediente de resistencia lo demuestran. Este sábado conmemorando su primer año de lucha realizaron un acto político frente al campamento y también una jornada artística y cultural para demostrar que también desde esos espacios se puede apostar a una nueva sociedad.
Las personas más fieles y comprometidas a este movimiento repiten cada vez que pueden, que la lección de lucha y resistencia seguirá mostrándose a los demás y que serán ellos los que deben imitar el proceso para oponerse con mayor fuerza a los ataques económicos y políticos.
Las lecciones de la lucha contra el peaje están a la espera de ser retomadas por los demás espacios opositores. Por ahora, el ejercicio se sigue expresando, la población lo ve con buenos ojos, pero todavía les cuesta imitar su ejemplo.
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