sábado, 21 de octubre de 2017

Crítica a la caverna

Rebelión

Por Carlos G. Osto

Todos, ricos y pobres, corruptos y honestos, criminales y victimas, somos personas que se relacionan dentro de la socie­dad en la que viven, comos sujetos sociales, pero también como individuos. El sujeto social se realiza en las relaciones que se asumen/imponen como costumbre, norma o ley, siendo el sistema de poder el que define/legisla/regula las interrelaciones, lo permitido y lo prohibido de toda conducta [1].

Lo cual quiere decir que, aunque toda la gente [2] o población [3] conviva en esa sociedad, la mayoría no participa en la construcción de las normas y leyes, siendo lo que se entiende como Poder, decisivo en la promulgación de leyes, pero también de hábitos, de cultura, de moral [4].

Se puede observar que, a pesar del poco peso en la promulgación de leyes del sujeto social, este no es pasivo, se posiciona, y somete a su criterio costumbres y mitos, tradiciones y creencias, emociones e identificaciones; conforma ideología como parte de la cultura, y utiliza el lenguaje para transmitir lo que piensa por sí mismo, o ha escuchado a otros.

Y la gente olvida que bajo la capa de crítica cínica [5] ondeada por intelectuales y tertulianos, se oculta el lenguaje del Poder y se pone en marcha la ceremonia de la confusión social a manos de las elites dirigentes de la economía/política.

Como ejemplo, ahora, la población de Cataluña se ve inmersa en un proceso independentista en el que hace diez años ni pensaba. Integran en su saber popular discursos sobre robos y agravios, banderas y emociones, diferencias identitarias …. y lo viven y se lo creen como solución de todos los males, cuando la realidad –reduciendo el análisis a unos renglones-, es que es una lucha entre dos burguesías por el Poder, dos nacionalismos rancios en confrontación territorial, dos nacionalismos que reciben apoyos de políticos conservadores, reaccionarios, y de izquierdas institucionales que desean hacer olvidar con sus soflamas, que la independencia no significa abandonar el capitalismo, que da igual que el que te explota y apalea sea de un sitio o de otro, y que el pensamiento de izquierdas nunca fue, ni puede ser, nacionalista, ya que tanto Marx, como Bakunin reivindicaban el internacionalismo. Dicho esto: tienen derecho a votar.

Ante situaciones como esta, es una necesidad enfrentarse a la retórica mentirosa de los poderes, ganar la libertad de hablar más allá de intereses espurios o estrategias de Poder. La sociedad puede tener ideologías diferentes –básicamente, derecha e izquierda- pero tiene identificación mimética con los poderes en sus apreciaciones, y es, en su mayoría, sumisa y participante en/de las ideas emanadas de los mismos, por lo que hay que repetir hasta la saciedad que las luchas entre elites dirigentes, no son nuestra lucha.

Actuar como masa/población puede parecer diluir la responsabilidad del sujeto, y no es así; el sujeto es responsable de lo que hace en sus interrelaciones, incluso cuando ejerce/delega con su voto, por lo que no debe dejar de ejercer la crítica en ningún momento, menos ante las luchas entre burguesías que se atrincheran para conservar/aumentar sus cuotas de Poder y que nada cambie.

Toda lucha contra el Poder, es la lucha contra la historia oficial, la violencia, el lenguaje y el silencio que imponen los poderosos.

Notas:
[1] “La clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante. La clase que controla los medios de producción material controla también los medios de producción intelectual de tal manera, que en general las ideas de los que no disponen de los medios de producción intelectual son sometidas a las ideas de la clase dominante”. K. Marx. La ideología alemana. Cap. 2 p. 78.

[2] Conjunto indeterminado de personas.

[3] Conjunto de habitantes de un lugar.

[4] La Moral es social, normas establecidas en una sociedad, y tiene gran influencia en conducir la conducta de cada uno de los integrantes de la misma. Estas normas actúan en la conducta desde el exterior y se interiorizan desde el inconsciente, imponiendo lo que se debe hacer, legal y obligatorio, coercitivo y punitivo. Es decir, en las normas morales destaca la presión externa.

La Ética surge en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección, desde su misma conciencia y voluntad.



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