Unos 200 hombres armados entre policías y militares del ejército, golpearon con toletes y fusiles a familiares de víctimas calcinadas del presidio de Comayagua, en una incursión represiva realizada la tarde del pasado miércoles 21 de marzo, en las instalaciones del Instituto Nacional de Formación Profesional , INFOP, en la capital de Honduras.
Centenares de familias esperan todavía los cuerpos quemados de sus parientes pasados casi 40 días de que murieran en un incendio en la cárcel de Comayagua que dejó como saldo 361 cuerpos consumidos por el fuego, esto se sumó a la angustia de la espera e incertidumbre.
“Parecía una guerra, nos rodearon y después entraron por la fuerza al campamento tirando todo y golpeando a varias personas incluso a un niño de tres años, después se llevaron capturado a uno de los compañeros a quien golpearon mucho”, dijo una de las afectadas.
El detenido es Ricardo Pineda, quien fue sacado por la fuerza después del sometimiento de sus demás compañeros y compañeras que intentaban protegerlo de las agresiones militares, después de golpearlo en el estómago con fusiles y en sus brazos con toletes, los uniformados le apretaron las chachas fuertemente y se lo llevaron en un carro del Estado donde lo iban maltratando.
Una delegación del COFADEH llegó a la posta policial de la colonia Kennedy donde se encontraba el detenido todavía con las chachas fuertemente apretadas, y relató que le dejaron atorado de un fusilazo en el estómago.
Una de las mujeres afectadas señala su brazo con golpes
La detención no constaba ni siquiera en el libro de novedades y al preguntar por esa ilegalidad los militares y policía entraron en contradicciones de cuál era el papel de cada uno cuando hacían detenciones de personas.
Al final fue dejado en libertad pasadas las nueve de la noche, previo cuestionamiento por los militares de su presencia en el INFOP y de quererlo expulsar a pesar que reclama el cuerpo de su padre y no se lo han entregado desde el día del incendio, mientras su madre sufre de una parálisis facial desde que recibió la noticia de la muerte de su esposo.
Con lágrimas en sus ojos Ricardo Pineda denunció que ya está cansado de tanta espera y que a cada rato le sacan sangre para hacerle la prueba de ADN y después le pierden los resultados.
En el campamento se quedaron los demás golpeados; Gloria Marina Reconco, German Rubio, Raquel Angelina Vásquez (18) y el niño Anthony de tres años de edad.
Reconco quien está en la directiva de una Comisión compuesta por los familiares, dijo que “no nos quieren tener como comisión , solo porque defendemos los derechos de los demás”.
Unos 200 militares nos rodearon y se metieron aquí en la carpa siguiendo a un compañero, pero como nosotros estamos para protegernos unos a otros, lo cubrimos, entonces ellos se metieron muy agresivos y nos golpearon al igual que otros compañeros señaló.
Estamos viendo que las autoridades no tienen comprensión, lo que exigimos es que se nos respeten nuestros derechos, pero estamos siendo agredidos de una forma muy fea y todo se pone peligroso, agregó.
Nosotros ya enterramos el cuerpo de un pariente que ya fue identificado pero como comisión volvimos a apoyar a los demás familiares que no les han identificado a sus muertos.
Aclaró que ella y otros miembros y miembras de la Comisión de familiares ya enterraron a sus muertos pero están apoyando a los demás que no han recibido los restos de sus parientes.
Mientras German Rubio, otro de los golpeados y también integrante de la Comisión de Familias, detalló que los militares “se metieron a golpearnos, nos tiraban los catres en el pecho, nos dieron con los fusiles en la cabeza, a mí me dieron con uno de ellos, y en el brazo izquierdo con un tolete”.
Hostigamiento desde COPECO
José Carlos Orellana Gómez, un día Lourdes Ardón de COPECO me dijo que le reuniera a toda la gente en el púlpito, yo lo hice y yo le dije que oráramos para que Dios tomara el control de lo que ella iba a decir, pero ella me dijo no ore , y preguntó quién ha elegido el pastor en la comisión , como nadie contestó ella dijo como nadie lo ha elegido entonces que se separe de la comisión, pero la gente gritó no, porque él viene ayudándonos y no es posible que lo quieten, la gente se enfureció y se salió.
Estamos viendo que ella quiere desarticular la comisión. Hace unos 20 días nos dijeron que el ministro de COPECO nos mandaba a decir que aquí ya no podíamos estar porque no había comida y que nos fuéramos para la casa que nos iban a dar un celular a cada uno para llamarnos cuando tuvieran identificados los cuerpos.
Además que no querían visitas porque había mucho problema, pero al contrario no nos facilitan un carro para ir a la ANAPO. Hemos visto a los cuerpos tirados en bolsas en la tierra fuera de los enfriadores de la morgue, han tratado con indignidad los cuerpos de nuestros familiares.
Saúl Ardón subcomandante del ejército al mando de la operación represión contra las familias dijo que no presentarían cargos contra Ricardo Pineda, que lo irían a traer a la posta policial, “lo único es que el ingreso de él acá no va a entrar y cuando esté el cadáver del familiar se le va a avisar por teléfono, aquí hay reglas por parte de COPECO”.
Invocndo un respeto que lo dejaron atrás cuando procedieron a golpear a la gente, dijo que “todos nos merecemos respeto, ustedes están con su dolor, hemos sido súper tolerantes en este campamento, pero hay cosas que exceden el límite”, mientras se denunció que él participó del operativo y dio las órdenes a los soldados para que maltrataran a las personas.
Se informó que los militares visibles e identificados que participaron de los hechos fueron trasladados al batallón sin deducirles ninguna responsabilidad, sino más bien para que que el brazo de la justicia que está doblado más profundamente desde el golpe de Estado, no los alcanza.
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