viernes, 23 de marzo de 2012
Libre tiene potencialidad alta para modificar la correlación de fuerzas del bipartidismo
Autor de varios libros y ensayos, Eugenio Sosa es parte del equipo del Centro de Estudios para la Democracia, Cespad. En entrevista
con Proceso Digital, Sosa analiza algunos escenarios de la política hondureña y su sistema de partidos políticos. Considera que si bien el
bipartidismo político se mantendrá, su desgaste es lento y se profundiza no tanto por su imposibilidad para gobernar, sino por su
incapacidad para renovar la democracia.
Al analizar la situación política, sus viejos y nuevos actores, el analista social no duda al señalar que los
llamados partidos “bonsái” (PINU, DC y UD) agotaron su ciclo histórico, que el PAC más parece un partido
virtual que necesita salir a buscar “cara a cara” el voto, el FAPER no tiene mucho futuro y que Libre y
Alianza Patriótica pueden ser las fuerzas con más posibilidades de llegar a los comicios generales de
2013. Dentro de sus lecturas habla de la necesidad de construir una nueva elite política, pero será en este diálogo donde podrán
descubrir mejor el pensamiento de esta nueva fuente académica generadora de
conocimiento:
P. ¿Hasta dónde el surgimiento de nuevos partidos fortalece o atomiza la democracia?
La democracia en esencia no depende la cantidad de partidos políticos, ni tampoco de si los partidos son “viejos” o “nuevos”. Lo
fundamental es que exista una competencia real y efectiva que genere la representación diversa de la sociedad. La clave, más allá de si son pocos o muchos partidos, es
que exista equilibrio de poder en los congresos o parlamentos. Que el poder político no se encuentre concentrado en pequeños grupos que imponen su voluntad particular,
como voluntad general de toda nación.
En esencia el problema de Honduras no es el bipartidismo, es el tipo de bipartidismo que hemos tenido. Un bipartidismo mono-programático y mono-ideológico. En este sentido, el bipartidismo hondureño ha sido más formal que real. Los nuevos partidos podrán fortalecer la democracia, en tanto representen sujetos sociales que han estado excluidos y constituyan una nueva correlación de fuerzas y un nuevo equilibrio de poder en el Congreso Nacional y el Estado en general.
P.- ¿Considera que la democracia hondureña se encuentra madura para volverse un país pluripartidario?
No existe una relación mecánica entre democracia madura y pluripartidismo. El pluripartidismo puede anteceder procesos de profundización de la democracia. En Honduras acostumbrados a un bipartidismo centenario, se le tiene cierto temor a las posibilidades del pluralismo político, porque se considera que el mismo puede atomizar la democracia y generar procesos de ingobernabilidad. Pero el pluralismo partidario puede abrir las posibilidades a la conformación de nuevas elites políticas o la construcción de contra elites a las tradicionales, y por tanto a la configuración de nuevas correlaciones de fuerza y equilibrios de poder.
Hoy en día en América Latina, los gobiernos de partidos hegemónicos están dando lugar a la conformación de alianzas políticas. Estas alianzas se producen entre partidos políticos, pero también entre partidos y movimientos sociales e instancias de la sociedad civil. Parte del nuevo pluralismo es la incursión de los movimientos sociales en la política electoral.
P.- ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de una Nación con muchos partidos políticos?
La ventaja o desventaja no está, insisto, entre muchos o pocos partidos. El tema de fondo es ¿cuántos de esos partidos son realmente competitivos?, ¿qué proyectos políticos representan?, y si el espectro partidario es capaz de reflejar correlaciones de poder más equitativas, que toda nación y sociedad requiere para que no se produzca la excesiva concentración del poder, que además siempre es el reflejo de la concentración de poder que existe en la sociedad.
P.- El partido de Salvador Nasralla, inscrito ya en el TSE, ¿es el disparador de un parte de aguas en el sistema político hondureño?
El Partido Anticorrupción que encabeza Salvador Nasralla, es el primero que logró la inscripción en el Tribunal Supremo Electoral, pero no el verdadero disparador de la reconfiguración del sistema de partidos hondureño. El PAC y Nasralla es un síntoma, nada más. El verdadero y real disparador de un posible y potencial parte aguas del bipartidismo es el golpe de Estado, que profundizó algunas tendencias de la crisis del bipartidismo y de la democracia hondureña. ¿Qué tendencias? La desconfianza en los partidos políticos y toda la institucionalidad estatal, el deterioro de la fidelidad partidaria, tanto hacia el Partido Liberal como Nacional, la disposición, sobre todo de la juventud de votar de manera indistinta por uno u otro partido político, sobre todo si el candidato o candidata y su propuesta y discurso, les son atractivos.
También la coyuntura del golpe de Estado y la consecuente crisis política nacional, profundizó las posibilidades de quiebre del bipartidismo al generar crisis y fragmentación, desde las bases en el Partido Liberal.
P.- Si los hondureños dicen en las encuestas que rechazan la corrupción, pero no se atreven a dar el paso para denunciar y gestar grandes movimientos en contra de este delito, ¿Cree que el partido anticorrupción de Salvador Nasralla, podrá motivarlos para ir a las urnas y gestar un gran movimiento social anticorrupción?
Salvador Nasralla juega a ser un “outsider” de la política. Busca ganar adeptos en el electorado que se encuentra desencantado con los partidos y los políticos en general. Estos ciudadanos y ciudadanas representan un porcentaje considerable de los potenciales electores. Este tipo de electores siente atracción por el discurso de la anti-política que ha enarbolado Nasralla, quien además es una de las personalidades con mayor popularidad en la sociedad hondureña. Pero como “outsider” no encuentra, todavía, las condiciones para ser un movimiento exitoso. Este tipo de candidaturas han proliferado y llegado al poder en sociedades en que los partidos políticos se encuentran en franca fragmentación y casi desaparición. Sin embargo, en Honduras el sistema de partidos sigue teniendo mucha fortaleza, la perspectiva es que el bipartidismo sea sustituido por partidos y proyectos políticos estructurados, no por listados electorales coyunturales o candidaturas independientes.
Nasralla enfrenta desafíos enormes, como el hecho de enfrentar partidos que conservan una base social importante en la sociedad hondureña y con nexos fuertes entre los grupos de poder. Por otro lado el PAC, más allá de la consigna anti-corrupción no logra estructurar un discurso transformador de la sociedad hondureña. Nasralla apuesta a la política virtual, a las redes sociales y otros; pero en Honduras las elecciones se siguen ganando con la movilización de bases de militantes y activistas, a las relaciones cara a cara entre “el líder” y los seguidores.
P.- ¿Cómo entran en este juego político Libre, el FAPER de Andrés Pavón y la Alianza Patriótica de Romeo Vásquez?
Libre y Alianza Patriótica son los que tienen las posibilidades reales de llegar a la competencia electoral general de noviembre de 2013. El FAPER enfrenta la desventaja de que sus posibles adeptos son sectores que han formado parte de la resistencia contra el golpe de Estado y estos mayoritariamente se irán con Libre. Sin embargo, el FAPER podría seguir la opción de fusionarse con otra fuerza política.
La Alianza Patriótica que encabeza Romeo Vásquez Velásquez, tiene posibilidades de atraer a los sectores más conservadores comprometidos con el golpe de Estado, que están descontentos con la gestión del gobierno de la alianza Lobo-Hernández y con el Partido Liberal. La Alianza Patriótica tiene opciones de representar los sectores más de derecha del espectro político electoral de cara a las elecciones generales de 2013, pero estos electores se los tiene que disputar a candidaturas como la de Mauricio Villeda del Partido Liberal. En este sentido, la participación de Alianza Patriótica en las elecciones de noviembre de 2013, no promete muchas sorpresas.
Libre es el proyecto político que tiene una potencialidad alta para modificar la correlación de fuerzas que hasta ahora ha mantenido el bipartidismo, Liberal-Nacional. Pero de igual manera, enfrenta grandes desafíos políticos, entre los que se pueden mencionar:
· Lograr atraer a amplios sectores de las bases sociales que hasta ahora han sido parte del Partido Liberal. Lo anterior no es fácil, algunos sectores del liberalismo que estuvieron en contra del golpe de Estado han encontrado espacios para permanecer en el Partido Liberal a través de las candidaturas de Luis Santos, Edmundo Orellana Mercado e incluso Yani Rosenthal Hidalgo que está construyendo un discurso que parece ser atractivo para las bases políticas del liberalismo.
· Hasta ahora el liderazgo ha estado centrado en la figura del ex presidente Manuel Zelaya, quien no puede ser candidato presidencial, en este sentido el desafío de Libre es como lograr que el liderazgo de Zelaya se cristalice en votos en las urnas.
· Como un proyecto nuevo, el ejercicio electoral interno en Libre abre la posibilidad de construir un partido político amplio y plural, pero a la vez tiene que enfrentar, para mantener la unidad, el tradicional sectarismo y fragmentación que siempre ha acompañado a la izquierda y a los sectores progresistas hondureños.
P.- ¿Son estas nuevas fuerzas políticas, un contrapeso real al bipartidismo? ¿Se agotó este modelo o se encuentra en una fase de agotamiento?
El sistema de partidos políticos hondureño está en un proceso de cambio. El hecho de que nuevas fuerzas políticas se alisten para disputarle el poder al histórico bipartidismo, es ya un síntoma de ello. El contrapeso al bipartidismo, posiblemente se expresará con mayor claridad en el Congreso Nacional, donde se abrirán oportunidades de construcción de alianzas parlamentarias. El agotamiento del bipartidismo, en la actualidad, más que por su imposibilidad de seguir gobernando, se expresa en la incapacidad para renovar la democracia hondureña y ser el responsable principal del deterioro de la institucionalidad estatal. Sin embargo, no se puede afirmar de manera absoluta que el bipartidismo ha llegado a su fin, posiblemente su proceso de agotamiento continuará de manera lenta pero sostenida. En las elecciones generales de noviembre de 2013, se marcarán de manera más claras las tendencias.
P.- ¿Cómo ve el futuro de los partidos "bonsai" representados en la DC, el PINU y ahora la UD? ¿Tienen futuro en la competencia? ¿Vislumbra alianzas?
Los partidos pequeños han cerrado de manera rápida su ciclo histórico, sin haber podido enfrentar con éxito al tradicional e histórico bipartidismo hondureño. Finalmente, los partidos pequeños antes que desarrollar una competencia real frente al bipartidismo, se plegaron al partido de turno en el gobierno, a cambio de algunos cargos.
Ninguno de estos partidos pequeños tiene posibilidades de jugar a las alianzas. Lo anterior debido a consideraciones políticas y a condicionantes que se encuentran en la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas vigente. Hasta el momento los partidos Liberal y Nacional no han requerido de alianzas orgánicas con los partidos pequeños, les es más rentable producir acuerdos entre ellos. Es decir, hasta el momento los partidos pequeños no han tenido la fuerza política para crear la necesidad de alianzas.
En conclusión, estos partidos pequeños de cara a las elecciones generales de noviembre de 2013, presentarán una tendencia al decrecimiento, o en el mejor de los casos continuarán estancados. Como siempre, tendrán opción de negociar cuotas en el Congreso Nacional a cambio del apoyo a una u otra fuerza política.
P.- El no haber aprobado las reformas político electoral propuestas por el TSE, ¿en qué afectan a las nuevas fuerzas políticas? y ¿en qué fortalecen al actual sistema de partidos?
La relación entre el sistema de partidos y el sistema electoral es un tema de debate en las investigaciones y los análisis políticos. ¿Quién determina a quién? Las evidencias en los resultados de investigaciones se inclinan a plantear que es el sistema de partidos el que determina el tipo de sistema electoral. En otras palabras, es muy difícil que se produzcan reformas electorales que atenten contra el sistema de partidos vigente.
El principal obstáculo para las nuevas fuerzas políticas es que en la actual Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas el tema de las alianzas sigue planteado con alguna rigidez y no está desarrollado de manera amplia. Una ley electoral moderna y democrática en el siglo veintiuno, debe abrir las posibilidades de participación política a frentes amplios, frentes regionales y frentes ciudadanos.
P.- Finalmente, el ambiente preelectoral comienza a tomar forma, ¿Cómo vislumbra que serán las campañas, en especial en el bipartidismo? ¿Qué se juegan y qué representan estas elecciones internas y primarias para ellos?
Será una campaña que presentará algunas particularidades y algún nivel de polarización. Una de estas particularidades, es que por primera vez se asistirá a elecciones primarias de tres fuerzas políticas. Además del histórico bipartidismo Liberal-Nacional, tendrá elecciones primarias Libre, por lo menos eso es lo proyectado hasta el momento de esta entrevista.
En el Partido Nacional, incentivados por la creencia de quien gane las primarias tiene asegurada la presidencia en las elecciones generales de 2013, avizoran disputas por el acceso a los recursos del Estado para desarrollar la campaña. Las corrientes que se consideran en la llanura (Ricardo Álvarez y Miguel Pastor), enfrentarán con fuerza a lo que considerarán la candidatura oficial de la alianza Lobo - Hernández (Juan Orlando Hernández). En la campaña primaria del Partido Liberal estarán presentes las contradicciones surgidas del golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Las acusaciones de golpistas y no golpistas, puede ocupar una parte importante del discurso político. Mientras que Libre pasará por la prueba de fuego de mantener la unidad después de las elecciones primarias.
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