martes, 1 de diciembre de 2009

REFLEXIONES POST ELECTORALES (1)


Por Rigoberto Cabral

Pasada la contienda electoral de la oligarquía hondureña, representada en el bipartidismo, y acompañada esta vez por otros tres partidos minoritarios ( Partido Innovación nacional y unidad, Democracia Cristiana y Unificación democrática) afloran nuevamente las preguntas sobre el quehacer de los hondureños y hondureñas que se han mantenido en resistencia permanente desde el pasado 28 de junio, justamente cuando esta misma oligarquía asestó un golpe de Estado militar al gobierno de José Manuel Zelaya Rosales.
Como ya es característico, la población en resistencia nuevamente se encuentra confusa y reclama dirección, justamente lo hace porque el ser humano en resistencia probablemente no sabe que hacer pero si siente que nada ha cambiado, muy bien sabe que los motivos que le obligaron a situarse en resistencia, sus causas, aun persisten.

Entonces ¿Qué ha sucedido?:
Los Grupos de Poder y su objetivo
Los grupos de poder (GP) económico, religioso y militar acudieron a su aparato electoral, para según su cosmovisión, superar la crisis ocasionada por el golpe de Estado. Sin lugar a dudas para ello han contado con el apoyo del departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, la Organización de los Estados Americanos, la derecha ideológica latinoamericana encabezada por los cubano - americanos anticastristas y su grupo de ideólogos (Vargas, Montaner, etc.).


La estrategia electoral
En su apuesta electoral , los GP diseñaron una estrategia que en primer lugar contempló el consenso y en segundo lugar la prioridad. El consenso consistió en el acuerdo de que cualquier amenaza a la “democracia” debería ser combatida por la consecución de votaciones, sin importar el costo (en dinero, recursos de todo tipo y vidas humanas) que el proceso y las “elecciones” tuviera. Este consenso mantuvo el acuerdo, No público, de que cualquier candidato que obtuviera el poder (de los dos posibles: Lobo y Santos), ninguno debería impugnar ni cuestionar el triunfo de su contrario, porque hacerlo conllevaría la posibilidad de “dar armas” a la Resistencia. De manera que cualquier fraude de antemano ya estaba legalizado. La prioridad fue un acuerdo entre los GP, realizado a espaldas del candidato del Partido Nacional (Porfirio (pepe) Lobo, que consistió en activar todo el aparato económico, financiero e institucional de los GP, conjuntamente con sus estrategas y recursos internacionales, para apoyar unánimemente la campaña y la candidatura del candidato del partido liberal Elvin Ernesto Santos.
Los GP no perdonaban la campaña electoral plagada de ambigüedad de Porfirio Lobo quien no “se ponía claro” entre las posturas del presidente de facto Roberto Micheletti y el presidente constitucional Manuel Zelaya, aunque muy bien sabían que esta solamente era eso: una estrategia de campaña. Muy por el contrario los GP estaban muy contentos con la claridad de las ideas “duras” de Elvin Santos quien confrontó directamente a Manuel Zelaya y se declaró a favor de la “democracia “ y favorable al golpe de Estado Militar.

Con todo y la necesidad de irse a las votaciones el 29 de noviembre, el sector mas “derechizado” de los GP consideraba que para que estas tuvieran lugar se debería garantizar lo siguientes:
Que se redujera sustantivamente la brecha entre Elvin Santos y Pepe Lobo. A solamente 15 días de las elecciones el candidato nacionalista aventajaba por 16 puntos a su contendor.
Que hubiese una cada vez mayor número de países que ofrecieran reconocer al presidente electo, luego de las votaciones del 29 de noviembre.
Ambas situaciones se fueron dando lenta pero progresivamente, algunas encuestas decían que Elvin Santos solamente distaba 8 (ocho) puntos de Pepe Lobo, dos días antes de las elecciones. Los GP consideraron que con el “regreso” de algunos zelayistas o “liberales en resistencia” al redil liberal ese porcentaje se reduciría a cero y se tendrían posibilidades reales de ganar.
Por otra parte la declaración del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, de que reconocería al nuevo presidente electo abría las posibilidades para que nuevos países, como Alemania e Italia y otros de la Unión Europea, se aliaran a Israel, Colombia, Panamá y Estados Unidos en el reconocimiento del presidente electo y así consolidar el apoyo al golpe de Estado militar.
Los GP habían manejado la alternativa (que finalmente no se concretó) de interrumpir el proceso electoral en caso de que no se fueran cumpliendo las condiciones antes señaladas, especialmente la cúpula militar ha sentido desconfianza de Pepe Lobo, de quien creen podría negociar con la Resistencia la posibilidad de enjuiciar a los militares por el Golpe de Estado, además de reconocer la necesidad de una nueva Constitución.


La derrota de la ultraderecha
Los datos queha hecho públicos el organismo de los GP, denominado Tribunal Superior Electoral (TSE), señala que el candidato ganador en las elecciones del pasado 29 de noviembre es Porfirio Lobo Sosa, del partido Nacional. Es decir que, al menos, uno de los acuerdos no les salió como querían los GP, su apuesta por la línea dura de derecha, representada por Elvin Santos, fue derrotada por Pepe Lobo, un oligarca que ha dicho virar un poco mas al centro , no obstante que mantiene en sus filas a personajes altamente reconocidos por su vocación represiva y atentatoria de los Derechos Humanos. El otro acuerdo, el consenso sobre No impugnación ni reclamos posteriores a las elecciones en aras de la democracia, estuvo a punto de desaparecer cuando el candidato de los GP, Elvin Santos, se resistía a reconocer los resultados en que aparecía como el gran perdedor. No fue sino hasta tres horas después de debates intensos en que se activó el acuerdo.

La solidaridad de los asesinos
Oficialmente las elecciones del domingo 29 de noviembre carecieron de observadores válidos, aunque lo contrario nunca ha sido garantía de legitimidad de los procesos electorales, en efecto los GP rebuscaron en su cúmulo de amistades empresariales, políticas y productos de su clase económica y militar para que asistieran a la “fiesta que consolidaría el golpe de estado militar”. Así fue como vinieron ex presidentes asesinos de sus pueblos, sacerdotes del libre comercio que le rezan al imperio y violadores de derechos humanos. La mejor muestra de este tipo de alimañas se dio cuando un grupo de “observadores internacionales” dirigidos por un ex presidente salvadoreño la arremetieron contra una ciudadana estadounidense, defensora de Derechos Humanos, que se atrevió a opinar en contra del espurio proceso electoral, intentando golpearla como ha sido su fanática costumbre.

El abstencionismo
Con los medios de comunicación a su servicio, los GP han comenzado a vociferar que la población hondureña ha participado masivamente en las elecciones, aun y cuando una de sus inventadas organizaciones “ Por la Democracia” se pronunció el día de las elecciones diciendo que la participación ciudadana fue del 47%, o sea que hubo, según los mismo GP, una abstención del 53%, superior al 44% registrado en el 2005. Claro está que esto no fue del parecer de los GP y han ordenado a los medios a su servicio (casi todos) que incrementen los números para legitimar el proceso electoral y el Golpe de Estado Militar. Ya antes de las elecciones se rumoraba la posibilidad técnica de incrementar el número de votantes en los dispositivos informáticos del TSE.

Un advenedizo en el poder y sus dilemas
Al recién electo Porfirio Lobo no se le tiene la confianza debida por parte de los GP, una situación infundada porque desde el pasado Don Pepe ha dado muestras inequívocas de apoyo a su clase, aunque a esta misma clase seguramente le resulta un mal necesario y deniega de él por su extracción agrícola y por su falta de “glamour” y folclorismo, internamente los GP se mofan de la “simpleza” de su esposa a quien Pepe llama “mi rosa”.
Porfirio Lobo se encuentra en un claro dilema, mismo que tendrá que resolver antes de la toma de posesión el 27 de enero de 2010, se trata de sacar nuevamente las uñas, como lo hizo en el pasado, y “graduarse con honores” de Oligarca para lograr el favor de ser aceptado por los GP. Para ello necesita dar una clara demostración de desprecio hacia la población en resistencia , además de tomar medidas para incrementar el proteccionismo de los negocios de los GP y el incremento de sus ganancias mediante el saqueo de los recursos del Estado.
La otra parte del dilema consiste en definir que quiere “llevar la fiesta en Paz”, lo cual en su caso se traduce en ofrecer una tregua a la Resistencia mediante el ofrecimiento de un acuerdo para crear las condiciones hacia la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente , el enjuiciamiento de algunos militares por algunas muertes y daños causados a los miembros en Resistencia durante el golpe de estado y los meses subsiguientes y la aceptación de algunas condiciones para el retorno a la vida civil del presidente Manuel Zelaya Rosales.
Hay quien piensa que esta última parte del dilema no será considerada por Pepe Lobo y que más bien afilará los dientes de los “perros de línea dura” como Oscar Álvarez para “llevar la fiesta en Paz” pero mediante la desaparición de los dirigentes de la Resistencia contra el Golpe de Estado.


Aprendizajes para la Resistencia
Contrario a lo que parece, la Resistencia en Honduras ha ganado mucho con la culminación del proceso electoral, entre otras cosas:
Ha quedado al descubierto algún tipo de liderazgo que históricamente ha estado preocupado por sus intereses particulares, no por el crecimiento de las organizaciones y mucho menos por los procesos de transformación nacional.
La resistencia ha aprendido que con el liderazgo de los partidos políticos tradicionales y aun con los llamados pequeños se puede coincidir en algunos puntos pero no caminar juntos cuando los derroteros implican mover las estructuras de la sociedad.
Son muchos miles de personas, en todo el país, que no acudieron a las urnas por estar en contra del Golpe de Estado y porque se retiró uno de los candidatos emblemáticos de la Resistencia misma. Seguramente esta es una base social que deberá contar en cualquier proceso de transformación de país que se proponga en el futuro.
El desprecio electoral por la candidatura del candidato liberal, Elvin Santos, podría ser una muestra de que la población reniega la extrema derecha y ha comenzado a pensar, a cobrar conciencia de que podrían existir alternativas. Un mal gobierno de Porfirio Lobo podría generar mayores esperanzas electorales para las nuevas opciones populares.


30 de noviembre de 2009

No hay comentarios: