miércoles, 16 de diciembre de 2009
No hay “golpe” perfecto. Ni con ayuda de Washington
Argenpress
Fian Honduras
Por Alberto Ampuero
Comprobado: No hay “golpe” perfecto. Ni con ayuda de Washington.
¿Qué falló?.
La transición no está completa, o como dice la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton; las elecciones del 29 de noviembre representan un importante hito en el proceso, pero no son el final de la crisis, sino "un paso más en el camino hacia la instalación de un Gobierno legítimo en Honduras, que lleve a la reconciliación nacional".
Y ese final deseado, (aun no alcanzado), le está dando fuertes dolores de cabeza a Washington
El subsecretario de Estado norteamericano para América latina, Arturo Valenzuela, no ocultó su disgusto cuando el Congreso hondureño se negó a reinstaurar en la presidencia del país al presidente depuesto, Manuel Zelaya, como se les había ordenado.
“Estamos decepcionados por esta decisión”, fue su reacción.
Hoy ese mismo señor le pide a Honduras que cumplan el resto del pacto, y que "tomen las medidas necesarias para resolver la crisis, instaurando un Gobierno de “unidad nacional”, tal y como estipulan los acuerdos Tegucigalpa-San José, firmado por golpistas y zelayistas a principio de noviembre La Casa Blanca considera que su “Frankenstein”, Micheletti, se ha convertido en una piedra en el zapato (o de sus planes, que es lo mismo), y demandan que se acelere su salida y se forme un gobierno de transición, para legitimar el traspaso del mando, el 27 de enero próximo.
Incluso el mandatario electo, Porfirio Lobo, rechaza recibir de Micheletti la presidencia. ”Sería como recibir un beso envenenado”, dijo. Quienes conocen a Lobo aseguran que es un centrista al mando de un partido donde abundan las posiciones de ultraderecha. Tras vencer en las elecciones Lobo aseguró que iba a iniciar un proceso de diálogo en el que no iba a "descartar a nadie". Pero sus esperanzas se esfumaron pronto
Cuando nadie se lo esperaba, Manuel Zelaya retomó la iniciativa e intentó abrir un diálogo político con Porfirio Lobo fuera del país, donde abordarían la salida a la crisis. “El acoso de la dictadura ha vuelto imposible cualquier negociación en suelo hondureño. No permiten el ingreso de ninguna persona a la embajada”, señaló
México había sido la opción elegida por Zelaya. El presidente Felipe Calderón había mandado un avión, que lo esperaba en la vecina nación salvadoreña, y los gobiernos de Estados Unidos y Brasil ya estaban notificados. Sólo necesitaba que la dictadura firmara el salvoconducto
A última hora del día 9, el dictador Micheletti le bajó el pulgar a toda la operación. Según explicó Zelaya , le habían pedido que renunciara formalmente a su cargo presidencial a cambio de su libertad. Con esa movida el régimen de Micheletti "prácticamente abortó" un proceso de diálogo y reconciliación promovido por México, al intentar imponerle un documento "denigrante", denunció Zelaya.
Una reunión en la República Dominicana fijada para el día 12 entre Zelaya y Lobo se frustró por segunda vez, debido a la negativa del gobierno de facto hondureño a conceder un salvoconducto a Zelaya
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, estimó que los golpistas buscan mantener la crisis política para "condicionar" al presidente electo Porfirio Lobo, que ha lanzado un "diálogo nacional" e iniciado esfuerzos para cumplir con los otros requisitos del acuerdo Tegucigalpa-San José.
Micheletti teme que una inclusión popular desarmaría el "modelo", y le acarrearía problemas al “nuevo gobierno”. Parte de la premisa que las elecciones del 29 de noviembre (con una abstención del 65-70 por ciento) la ganó no solo Lobo; también el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que se reafirma en su lucha por una Asamblea Constituyente para recuperar soberanía popular, todo tipo de derechos y refundar el país.
En cambio para Lobo la figura es diferente. Como no va a poder gobernar con la derecha dura, va a proponer un gobierno de unidad, (nada gratuito, por supuesto). Parte del hecho evidente del aislamiento de su "gobierno", la ilegalidad e ilegitimidad de las elecciones y de su resultado, y la continuidad y profundidad de la resistencia popular. Entonces, para salir de esa “crisis”, Lobo podría disfrazarse de cordero, dice el periodista Guillermo Almeyra; para intentar negociar con el ala más moderada del zelayismo, una reforma de la Constitución aceptable para Estados Unidos y para las clases dominantes.
Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California.
Fian Honduras
Por Alberto Ampuero
Comprobado: No hay “golpe” perfecto. Ni con ayuda de Washington.
¿Qué falló?.
La transición no está completa, o como dice la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton; las elecciones del 29 de noviembre representan un importante hito en el proceso, pero no son el final de la crisis, sino "un paso más en el camino hacia la instalación de un Gobierno legítimo en Honduras, que lleve a la reconciliación nacional".
Y ese final deseado, (aun no alcanzado), le está dando fuertes dolores de cabeza a Washington
El subsecretario de Estado norteamericano para América latina, Arturo Valenzuela, no ocultó su disgusto cuando el Congreso hondureño se negó a reinstaurar en la presidencia del país al presidente depuesto, Manuel Zelaya, como se les había ordenado.
“Estamos decepcionados por esta decisión”, fue su reacción.
Hoy ese mismo señor le pide a Honduras que cumplan el resto del pacto, y que "tomen las medidas necesarias para resolver la crisis, instaurando un Gobierno de “unidad nacional”, tal y como estipulan los acuerdos Tegucigalpa-San José, firmado por golpistas y zelayistas a principio de noviembre La Casa Blanca considera que su “Frankenstein”, Micheletti, se ha convertido en una piedra en el zapato (o de sus planes, que es lo mismo), y demandan que se acelere su salida y se forme un gobierno de transición, para legitimar el traspaso del mando, el 27 de enero próximo.
Incluso el mandatario electo, Porfirio Lobo, rechaza recibir de Micheletti la presidencia. ”Sería como recibir un beso envenenado”, dijo. Quienes conocen a Lobo aseguran que es un centrista al mando de un partido donde abundan las posiciones de ultraderecha. Tras vencer en las elecciones Lobo aseguró que iba a iniciar un proceso de diálogo en el que no iba a "descartar a nadie". Pero sus esperanzas se esfumaron pronto
Cuando nadie se lo esperaba, Manuel Zelaya retomó la iniciativa e intentó abrir un diálogo político con Porfirio Lobo fuera del país, donde abordarían la salida a la crisis. “El acoso de la dictadura ha vuelto imposible cualquier negociación en suelo hondureño. No permiten el ingreso de ninguna persona a la embajada”, señaló
México había sido la opción elegida por Zelaya. El presidente Felipe Calderón había mandado un avión, que lo esperaba en la vecina nación salvadoreña, y los gobiernos de Estados Unidos y Brasil ya estaban notificados. Sólo necesitaba que la dictadura firmara el salvoconducto
A última hora del día 9, el dictador Micheletti le bajó el pulgar a toda la operación. Según explicó Zelaya , le habían pedido que renunciara formalmente a su cargo presidencial a cambio de su libertad. Con esa movida el régimen de Micheletti "prácticamente abortó" un proceso de diálogo y reconciliación promovido por México, al intentar imponerle un documento "denigrante", denunció Zelaya.
Una reunión en la República Dominicana fijada para el día 12 entre Zelaya y Lobo se frustró por segunda vez, debido a la negativa del gobierno de facto hondureño a conceder un salvoconducto a Zelaya
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, estimó que los golpistas buscan mantener la crisis política para "condicionar" al presidente electo Porfirio Lobo, que ha lanzado un "diálogo nacional" e iniciado esfuerzos para cumplir con los otros requisitos del acuerdo Tegucigalpa-San José.
Micheletti teme que una inclusión popular desarmaría el "modelo", y le acarrearía problemas al “nuevo gobierno”. Parte de la premisa que las elecciones del 29 de noviembre (con una abstención del 65-70 por ciento) la ganó no solo Lobo; también el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que se reafirma en su lucha por una Asamblea Constituyente para recuperar soberanía popular, todo tipo de derechos y refundar el país.
En cambio para Lobo la figura es diferente. Como no va a poder gobernar con la derecha dura, va a proponer un gobierno de unidad, (nada gratuito, por supuesto). Parte del hecho evidente del aislamiento de su "gobierno", la ilegalidad e ilegitimidad de las elecciones y de su resultado, y la continuidad y profundidad de la resistencia popular. Entonces, para salir de esa “crisis”, Lobo podría disfrazarse de cordero, dice el periodista Guillermo Almeyra; para intentar negociar con el ala más moderada del zelayismo, una reforma de la Constitución aceptable para Estados Unidos y para las clases dominantes.
Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California.
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