Estamos en un momento bien lamentable en nuestro país, yo veo que nos están metiendo una represión, un terror , dijo un doliente.
Con las ejecuciones de jóvenes ellos quieren aterrar al pueblo, lo que está dando es ira, esto se va a descomponer de repente, nosotros somos un pueblo pacífico, hemos tenido muchas muertes, es un terror que quieren meter al país, pero los que mueren son los pobres de las colonias marginadas, dijo este martes un familiar del joven Gabriel Parrales, uno de los jóvenes que fue ejecutado por hombres armados en la Capital hondureña.
El hecho ocurrió el domingo en la noche, cuando estaban seis personas, cinco jóvenes y una mujer, en una esquina de la colonia Villanueva, cuatro hombres armados vestidos de moteado, llegaron al sector les dijeron a todos que se tiraran al suelo y después los acribillaron, en el lugar se encontraron al no menos de 50 casquillos de bala de uso oficial.
Este día estaban siendo velados en diferentes sitios tres de los muchachos ejecutados, dos de ellos en una iglesia.
Gabriel Parrales e Issac Enrique Coello eran velados en una iglesia de la colonia Kennedy de Tegucigalpa, mientras afuera dos desconocidos uno con cámara, vigilaban el lugar y a todas las personas que llegaban.
Allí la consternación de los familiares y amigos era muy fuerte, el llanto era el elemento común que unía a quienes después irían al cementerio a enterrar los cuerpos. "Estamos en un momento bien lamentable en nuestro país Honduras yo veo que nos están metiendo una represión, un terror", expresó un doliente.
La persona entrevistada quien dijo tener mucho temor y por lo tanto no se mencionara ningún dato que le diera a los asesinos las pistas para irlo a buscar, expresó que “no vemos un gobierno amigo que aparezca, quien pudiera haberlo hecho no lo hizo, nos han dejado solos, aquí hay israelitas, hay un señor que se llama Billy Joya, que perteneció al 3-16, un asesino, ahorita está él de asistente, todo mundo lo conoce ese señor, que perteneció al 3-16, que es represor”.
Al preguntarle si las víctimas iban a las manifestaciones de la resistencia, expresó que si lo hicieron, derecho tenían estaban en contra de algo que no es correcto, si eran o no resistencia no era el motivo para matarlos, porque ellos tienen que ver por su país, reclamar sus derechos y no tienen por qué asesinarlos cuando salen a la calle, limpios sin armas, porque al momento de sus asesinato ninguno de ellos estaba armado.
Agregó que este tipo de hechos violentos contra las personas tiene como objetivo principal sembrar el temor en el país, “aquí solo mueren pobres, en las colonias que viven los capitalistas allí no se ve un caso, se ve en las colonias marginadas, allí se dan estos hechos”, denunció.
Pidió a los organismos de derechos humanos que investiguen por qué la mayoría de los jóvenes están muriendo y puso como ejemplo que el fin de semana. 45 jóvenes estaban en la morgue.
Sobre las declaraciones de los voceros policiales sobre que son ajustes de cuentas, manifestó que “para mí son los militares, ellos operan bien practicado, han hecho carrera en ello”, dijo.
Gabriel iba a entregar un motor de compresor pequeño, venía otro muchacho de parquear el carro, el otro, Isaac iba a cruzar la calle, es por eso que coinciden en estar juntos, llegan con pasamontañas, con chalecos antibalas y vestidos de moteado, les dicen que se tiendan en el suelo para hacerlos un registro y les disparan con fusiles de alto poder, con pistolas 9 mm, eso sucedió a las ocho 30 de la noche.
Al consultarle qué razón tendrían los ejecutores para hacerlo, respondió que eso es intimidación al pueblo, si hubieran habido más personas, más muertas tendríamos, “ y si mi hijo asistió a las manifestaciones no era motivo para morir”.
Argumentó que los responsables de tanta muerte en Honduras están buscando una reacción de terror, de miedo, porque nunca se había oído tanto disparo en un barrio que era muy tranquilo, no sé hasta dónde se quiere llevar esta situación.
Mientras los familiares de Marco Vinicio Matute, quien estaba siendo velado en la colonia Villanueva, se mostraron herméticos y con mucho miedo. No quisieron hablar del caso ante periodistas internacionales que llegaron esta mañana, junto a una delegada de Derechos Humanos en Acción, que tiene sede en Canadá.
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