lunes, 6 de febrero de 2012

El blanco, el negro y el gris de la Gestión Lobo

Vos el Soberano

Por Rodolfo Pastor Fasquelle

Sobra decir que nació cojeando un régimen electo sin adversario bajo las bayonetas del golpe y con apoyo inocultable de los gringos. Honduras pasa por una coyuntura terrible. Y lógico que muchos, y especialmente los opositores quieran culpar de ello al gobierno actual, de Porfirio Lobo, quien hoy cumple dos años de estar en la Presidencia de la Republica. No en el poder que conste, como advertía illo tempore Manuel Zelaya, es otra cosa y en este caso bien relativo. Apenas está don Pepe en la Presidencia, una investidura de autoridad. Desde la cual acaso, puede, queriendo y arriesgándose, hacer algunas cosas interesantes y útiles. Yo soy opositor por supuesto, no tengo ningún beneficio de gobierno y no mentiré ni siquiera por omisión para beneficiarlo, pero no me parece ético ni inteligente negar los logros del actual gobernante.

Consiguió para el Estado el reconocimiento de muchos países y aunque al principio fue irrisorio el de alguna isla olvidada, exportadora de aletas de tiburón y después, el de Kosovo y Albania, más tarde, el gobierno de Lobo obtuvo el reconocimiento de muchos de nuestros interlocutores más importantes y finalmente, luego de la intermediación de los Presidente Chávez y Santos y la firma del Pacto de Cartagena, que permitía el retorno de Manuel Zelaya, consiguió el reconocimiento de la comunidad de naciones más inmediata que es la OEA, organización que le había suspendido su membresía a raíz del golpe brutal del que fue, aunque lo niegue mil veces, cómplice principal el entonces Presidente del Partido Nacional, cuya bancada parlamentaria votó unánimemente para aceptar una renuncia falsificada del Presidente electo por la ciudadanía y después para sustituirlo inconstitucionalmente con el presidente de la asamblea, electo por su bancada. ¿Es un logro acaso haberle enseñado a los golpistas a decir que no lo son?

Más tarde Lobo firmó la constitución de CELAC, que será la organización regional del futuro y ha tratado de complacer al exterior. Pero en ese campo de las relaciones internacionales ni ha conseguido aún los beneficios de Petrocaribe, ni tampoco ha logrado que se le restituyan al país muchos programas de cooperación que desconfían, luego de la monstruosa corrupción del régimen golpista… y aun se le han retirado varios más programas, que habían continuado luego del golpe, como los del Cuerpo de Paz y la Cuenta del Milenio y muchos programas académicos en materia de educación, salud y cultura.

Fracasos son también aquellos tropiezos que tenemos cuando nos proponemos metas o aun cuando las enunciamos, sin lograrlas. Y los de Pepe son evidentes, aunque se los niegue desde la oficialidad y desde esa caja de resonancia que es la prensa vendida del sistema. No es cierto que Pepe hubiera conseguido la reconciliación y la unidad nacional como asegura incluso él viendo de frente a la cámara, desde el podio parlamentario y desde sus instrumentos de propaganda y eso constituye un gran fracaso. No lo podrá conseguir mientras no detenga la persecución y autorice nuestras demandas principales, juego limpio. No estamos reconciliados los opositores, ni se ha intentado realmente conciliarnos. Aunque un ministro de parte de la UD Cesar Ham se opuso al golpe, nadie más en el gobierno lo hizo y los demás supuestos representantes o se representan solo a si mismos o representan a clicas políticas que participaron de la conspiración, aunque alguno después se hubiera arrepentido y retirado… como parece ser, gracias a la inteligencia de Sosa Coello, el caso de PINU.

Otro gran fracaso es el de la economía del país, que sigue postrada. Fracasó la idea poco patriótica de Honduras is open for Business (!Que vergüenza!). Es solo gracias al continuado aporte del narco y a la bonanza maravillosa del café y la azúcar que se ha mantenido mínimamente la dinámica de la economía. Pero Pepe no ha logrado crear el empleo permanente prometido y los hondureños ya no quieren ser machaqueros ni subir las montañas frías a recoger el oro del café. La pobreza consecuentemente ha aumentado. Fue un fracaso total la gestión en Cultura.

Finalmente pesa el estruendoso fracaso de la política se seguridad. Muy vinculada como causa y como efecto a ese problema económico, la inseguridad es sin embargo un producto de la impunidad, de la corrupción e impericia de la policía golpista, de la corrupción e incompetencia de la fiscalía golpista y de la corrupción y la perversidad de la judicatura golpista. Y Pepe no ha encontrado la manera de desenredar ese nudo ni con Juan Orlando Hernández.

No tengo nada que decir contra la extradición en si, aunque la temen muchos amigos honestos como instrumento del imperialismo, simplemente porque no veo como la nacionalidad o la patria, pueden servir de escudo a nadie para eximirse de responsabilidad por crímenes cometidos en otros países. Que se los lleve el diablo si son malos, que para eso es. Muy mala (aunque no sé hasta qué punto está consciente o es parte, el Supremo magistrado), la persecución política por medio de agencias de gobierno que promueven causas injustas contra opositores. Igual contra Flores Lanza que contra Rosenthal. Malísimo, porque esa clase de chantaje desvirtúa la idea de que el régimen ofrece alguna seguridad jurídica.

Otras cosas no son aún ni buenas ni malas, ni negras ni blancas, pertenecen todavía al mundo de lo gris, de lo que ha comenzado pero aún no acaba de ser o de producir, proyectos o ideas o intenciones más o menos formales, alguna muy vituperada, que tienen potencial indeterminado para el bien y el mal, podrían o no fracasar, generar beneficios o perjuicios, dependiendo. Y son sin embargo ya parte del registro y de la discusión

Las ciudades modelos podrían atraer, porque están dadas las condiciones jurídicas, al menos, grandes inversiones o despojar a la nación de recursos necesarios, convertirse en polos dinamizadores o en callejones en vez de enclaves sin salida. Algunos de los proyectos hidroeléctricos que aún no están definidos, aunque sean los más urgentes (Jicatuyo y Los Llanitos podrían controlar las aguas de los ríos que bajan al Valle de Sula, al tiempo que proveen agua de riego, regeneran ambientes y generan electricidad más barata) y que son manzanas de discordia entre financistas nativos y extranjeros, con Jaime Rosenthal como Paris. Es una promesa interesante la idea de prevenir que los grupos fácticos usen el poder de sus medios de comunicación para chantajear a los funcionarios, lo que no debe obstaculizar la libertad de prensa y, por supuesto se puede equilibrar un bien con el otro.

Sobre todos los demás, llama la atención el propósito plasmado en ley de intervenir la policía y de investigar a fondo y con facultades el comportamiento también de los militares, los fiscales y los jueces que hoy por hoy son claves de la impunidad, por medio de una Comisión que tendrá apoyo y supervisión internacional. Si esa comisión tiene los poderes efectivos que necesita (ya la anterior de investigación de asuntos internos de la policía ha declarado que no los tiene) podrá efectivamente combatir la impunidad que es germen de corrupción y origen de la violación de los derechos humanos, del abuso del poder y del florecimiento del crimen organizado en el país. Y si pasan de ser meras intenciones a encarnar en instituciones efectivas esas comisiones pueden contribuir en gran parte a reconstruir la convivencia perdida. Yo ¡también se soñar!

Otras reformas necesarias (recomendadas por la Comisión Oficial de La Verdad, como la de un Tribunal Constitucional para dirimir conflictos entre poderes) requieren de la Constituyente y el Lobo se ha declarado partidario de esa convocatoria. Si la permitiera podría sustanciar su proclama de ser un presidente de unidad, redimir su gestión, ubicarla en la historia de los cambios genuinos pero eso requiere de un temple aún no demostrado. Veremos, dijo un ciego.

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