El crimen contra el periodista Luís Almendares marcó un antes y un después en el ejercicio la labor informativa al centro del país, así lo detallaron sus colegas mientras acompañaban y daban cobertura a un acto de protesta en exigencia de justicia del comunicador social.
En el parque La Merced, donde se erige un monumento a La Constitución o “La Picota” donde en tiempos de la colonización se ejecutaba a las personas acusadas de herejes, en exigencia de justicia se reunión un grupo de periodistas, familiares y amigos de Luisito Almendares, atacado con arma de fuego por desconocidos la noche del 27 de septiembre y que falleció el lunes 28 en la madrugada.
No todos los periodistas hablaron de manera abierta sobre lo que está sucediendo en la ciudad que fue capital de Estado desde 1825 hasta 1880, sigue siendo un pueblo chico, donde los comunicadores son personajes públicos, así como sus entrevistados, que, a veces suelen incomodarse si los señalan.
Unos de los compañeros más allegados a Luisito, es el periodista Vidal Armando Andino, quien ejerce la profesión desde hace 18 años. Considera que ha sido una experiencia muy boinita viviendo en una ciudad donde se respetaba el ejercicio profesional y se respetaba a los periodistas, aunque siempre ha habido un riesgo no se había dado al extremo como lo que sucedió con Luis Almendares.
Esta situación le preocupa; sin embargo, le exige a las autoridades judiciales e investigativas que den la cara en el caso del periodista, porque ha pasado tres semanas y no hay respuesta del crimen que le arrebató la vida a su amigo.
En muchas ciudades se han dado crímenes contra periodistas y alabábamos que en Comayagua no, pero la situación ha cambiado, en ninguna ciudad del país podemos decir que los periodistas estamos a salvo. Tenemos el peligro por denunciar situaciones incomodidad.
El riesgo está en que, sí entrevistamos a algún funcionario, hay personas que no quieren que se diga nada de ellos y ahí caemos en la desgracia, detalló Andino.
El periodista de radio y televisión no ha se ha escapado de recibir amenazas provenientes de algunos sectores [no detalló], pero le ha dado la posibilidad de buscar el equilibrio de la información con diferentes actores, porque a veces hay un sector que quedó en silencio y no se le dio la oportunidad de hablar.
Estas amenazas le preocupan a Vidal Andino. Hace muchos años un funcionario lo amenazó a muerte, por una publicación que hizo en determinado medio de comunicación “me decía que ya sabía dónde vivía, hasta la vez he tratado se aislarme de esa persona, calmarme y aprender un poco a valorar un más la información sin caer en no publicar sobre ese tema”.
Denunciar ante las autoridades correspondientes no es una opción que garantice el derecho al trabajo seguro de los periodistas “en el segundo país más letal para un reportero, y más peligroso que algunas zonas de guerra”, como indicó el Instituto Internacional de Prensa (IPI), en febrero pasado.
Según la Ley de Protección para las y los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, aprobada por el Congreso Nacional el 15 de mayo del 2015, según decreto 34-2015 y publicada en el Diario Oficial La Gaceta número 33,730, el Estado de Honduras tiene la obligación de proteger la vida y labor de los defensores de periodistas y comunicadores sociales.
Luís tenia acompañamiento, dijo Andino, porque siempre estuvo ligado a los juzgados, pero por que había funcionarios que lo querellaban. Y siempre estábamos un grupo de colegas cerca para acompañarlo, porque su periodismo lo ejerció en medio del conflicto debido a que era una persona valiente y atacaba cuando debía hacerlo o dar a conocer esa información que le llegaba de muchos sectores.
En cuanto al Mecanismo de Protección, Andino afirmó que ha recibido capacitaciones de cómo se maneja el Mecanismo Nacional de Protección y le da satisfacción de que se diga tantas cosas hermosas, llama la atención que tras el asesinato de Luisito el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) dijera “nos retiramos porque no hay eficiencia, no hay verdadera investigación, acompañamiento ni protección”. Es solo un elefante blanco, en la realidad no nos acompaña ni nos hace sentir seguros en el ejercicio de nuestra labor profesional.
Agregó que el crimen de su colega ha dejado temor, pero por la pandemia no han podido dialogar entre comunicadores con respecto a la situación que deben enfrentar; sin embargo, quienes orquestaron el asesinato han impactado como querían, porque hay silencio periodístico.
Para dar un ejemplo práctico, en la ciudad hay como 40 periodistas, quienes deberían estar acompañando o cubriendo las acciones de protestas pero llegan muy pocos y “somos los periodistas quienes debemos llevar la bandera de este tema, deberíamos hacer el papel que nos corresponde”, puntualizó Vidal Andino.
El reportero de Canal 40, tiene 15 años ejerciendo el periodismo, tiempo marcado entre momentos complicados y satisfactorios, ya que es un trabajo escabroso donde me ha encontrado con situaciones complejas, pero está preparado para sobrellevarlas de cualquier manera, afirmó.Defensores en Línea conversó con el periodista Héctor Sabillón, mientras daba cobertura a un plantón frente al Ministerio Público, cuando un grupo de ciudadanos exigían que se investiguen los crímenes en Comayagua, especialmente el de Almendares y Fátima Benítez de 10 años, asesinada el pasado 13 de octubre.
El caso de Luís Almendares ha impactado en mi persona, pues solo había escuchado de crímenes de esta clase en otras ciudades del país. Hace algunos años entre compañeros hablábamos de que algún día tendría que suceder en Comayagua, tal como se están desenvolviendo las cosas en Honduras.
También nos cuestionamos cuál iba a ser nuestra reacción y posición al suceder un tanque contra el gremio. Y el caso de Luís es como que haya pasado a la par de la casa, yo conviví mucho tiempo con él. Aunque salí antes que él de la Escuela de Periodismo, nos encontrábamos en la calle, conversábamos, coincidíamos y discrepábamos en alguna posiciones, pero lo que pasó no es justo, él era un hombre como casi todos los periodistas que venimos de familias pobres y salir de la Universidad era un logro enorme, él lo logró e iba por otros más (el próximo años se graduaría de abogado) y cortarlo de esa manera ¡no es justo!
Con micrófono en mano, Sabillón agregó que es difícil cuando el hecho es tan cercano. “Hoy es él, y si hay impunidad como la que hemos visto, podemos ser nosotros mañana, otros compañeros pasado mañana… por lo que debemos exigir justicia y que se encuentre a los culpables, que la impunidad deje de ser abono a esta violencia que acapara a los medios de comunicación”.
Aunque el periodista Héctor Sabillón hasta este momento se ha salvado de amenazas, sabe que no está exento.
Lamentó que el sistema de justicia en Comayagua es igual que en todo el país, un reflejo de lo que sucede en Latinoamérica, es injusta, porque se da para unos pocos. Algunos deben estar en la cárcel, pero andan en libertad.
Referente hechos criminales como los resientes, dijo que primero está la parte humana “cuando veo escenas como esas, trato de ser cauteloso, pero se debe exigir enérgicamente que las autoridades actúen, que se articulen los operadores de justicia en favor de las familias dolientes y capturen a los culpables. Como periodistas tenemos que ser fuertes y profesionales, trasmitir la información recabada de manera correcta para que así llegue al espectador, y esa es nuestra función”.
Se ha llegado a un punto donde el que manda es dinero, no importa cuál sea el crimen o si se ha capturado al criminal, opinó Samuel Palomo, un periodista con 6 años de carrera profesional. Y la labor se ejerce entre sol, lluvia, sereno o hambre, dijo el corresponsal de Q´hubo Tv y Stero Noticias.
Luisito ya había interpuesto denuncias, pero no se le tomó en serio, él había criticado el eje judicial en nuestro país, por eso lo mantenían aislado.Palomo afirmó que las amenazas las hacen generalmente de perfiles falsos, uno busca ayuda y las autoridades no responden como debe ser.
Los periodistas siempre hemos recibido amenazas por redes sociales, pero con el crimen contra Luís la situación cambia, porque no se había asesinado un periodista, hoy ya perdieron ese temor [los hechores], ejecutaron a un compañero muy conocido, ya el departamento de Comayagua tiene un precedente “que asesinaron a un periodista”.
Por lo que ahora se siente coartado en la transmisión de información, porque le ya escriben una amenaza “ya te va a pasar lo mismo que a Luisito”, también existe miedo en el entorno familiar.
En cuanto al caso de Luís, se presume que las autoridades ya habían capturado a un responsable, al cual supuestamente dejaron en libertad, esto se debe a que “Aquí hay un sistema de impunidad, manda “el pisto” el dinero, puede tener todas las pruebas hasta el arma con que se ejecutó el crimen y va ser liberado, es el dinero… finalizó el periodista Samuel Palomo.
Honduras mantiene una tasa de impunidad por el asesinato de periodistas correspondiente al 92 por ciento, según el Comité por la Libre Expresión (C-Libre). Al menos 85 personas relacionadas a los medios de comunicación han sido asesinadas desde el 2001. Con Almendares suman tres víctimas en este año, cuando por la pandemia por Covid-19 son las fuerzas de seguridad pública, las encargadas de resguardar a la ciudadanía.
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