El Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos de El Progreso, Cofamipro, está cumpliendo 20 años de existencia. Son 20 años de muchas historias llenas de dolor, drama y muchas alegrías.
Cofamipro está integrada por mujeres, madres e hijas, personas humildes y sencillas, algunas sin poder leer ni escribir y con una pobreza que hace que su lucha sea más digna y más significativa. Impulsadas por el dolor que provoca la ausencia de sus seres queridos, se organizaron hace 20 años para ver qué podían hacer por sus seres desaparecidos ante la falta de apoyo e interés de los gobiernos hondureños.
Y es así como iniciaron con sus caravanas de madres que en un principio viajaban hasta la capital de la República, Tegucigalpa y luego dieron el salto hacia Guatemala y posteriormente se internaron en territorio mexicano. Las caravanas de búsqueda nacen en El Progreso, Yoro con el Cofamipro. En estas caravana de Madres, que año con año organizan, les sirven para además de buscar a sus hijos e hijas desparecidas, para reclamar una atención verdadera y eficaz para contrarrestar los peligros a los que son condenados los migrantes. Una auténtica demanda de respeto a sus derechos humanos.
Y es que los hechos hablan por sí solos. Estas activistas de avanzada edad que integran Cofamipro han denunciado constantemente la falta de compromisos de los gobiernos tanto estadounidense, mexicano, guatemalteco, hondureño, nicaragüense y salvadoreño en la protección de los migrantes en su camino hacia Estados Unidos. Se han multiplicado las fosas clandestinas en la ruta migratoria sobre todo desde la frontera de México con Belice y Guatemala hasta llegar al Río Bravo.
En la historia del Cofamipro no se puede ignorar el gran aporte que realizó una gran mujer, nombrada como “La Madre de los Migrantes Desaparecidos” que lamentablemente murió en el 2012 tras el deterioro de su salud. Se trata de doña Emeteria Martínez que murió pidiendo al Dios de la Vida por los migrantes hondureños.
Las mujeres son parte fundamental en este mundo lleno de injusticias, violencia y desesperanzas. Las mujeres, con su entrega saben dar grandes ejemplos de perseverancia e inspiran a muchas otras personas a continuar los procesos de cambios y transformación que se requieren para humanizar a esta sociedad. Un claro ejemplo fue doña Emeteria Martínez.
Y en estos 20 años de Cofamipro, el legado de doña Emeteria nos recuerda que no debemos dejar de practicar los valores como el compromiso, la humildad, la solidaridad y la perseverancia que se convirtieron en las grandes enseñanzas que nos dejó la Madre de los Migrantes Desaparecidos.
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