martes, 16 de julio de 2019

Destrucción de los viveros de coco en Vallecito



Hace dos décadas en Honduras arribó el virus del amarillamiento letal, el que afecta las palmáceas, enfermedad que para antes del inicio del milenio, destruyó las .4.500 hectáreas de cocos que existían en Honduras.

A pesar de los inconsistentes esfuerzo realizados para recuperar las plantaciones de coco, las iniciativas realizadas no tuvieron éxito alguno, mientras tanto las plantaciones de variedades resistentes al amarillamiento, fueron utilizados por “emprendedores’ que optaron por embotellar el agua de coco, más que en crear viveros con el propósito de recuperar las plantaciones.

La pérdida del coco afecto directamente la estructura matrifocal del pueblo Garífuna, teniendo repercusiones profundas para la familia extensa, teniendo como resultado final, el masivo éxodo que se dio hacia los Estados Unidos a inicios de este siglo.

La OFRANEH desde hace mas de cinco años viene impulsado como iniciativa propia, sin el apoyo de la cooperación y mucho menos del Estado, un proyecto de replantación del coco, con miras a fortalecer la economía familiar, al mismo tiempo que crear barreras vivas, para proteger las playas de la inexorable erosión costera.

A pesar de los esfuerzo realizados por el pueblo Garífuna para recuperar uno de los alimentos básicos de la gastronomía de nuestro pueblo, parece ser que existe un complot entre los vecinos de Vallecito – entre los que se encuentran los heredero de Miguel Facusse- para destruir las plántulas destinadas a repartirse entre las comunidades, las que así eventualmente tendrán viveros con los cuales se iniciaría la replantación a nivel de la costa Garífuna.

El pasado viernes, en horas de la noche, parte del vivero de cocos fue destruido por el ganado de algún mal intencionado “vecino”. Cabe señalar que desde años, grupos aliados al crimen organizado han tratado de apoderarse de nuevo de Vallecito, paraje que hasta el 2014 fue utilizado como pista clandestina.

A pesar de las múltiples denuncias interpuestas en relación a invasiones ante el Ministerio Publico y el INA, no han tenido resultado alguno, ya que dadas las condiciones de país, el estado fallido es incapaz de garantizar la vida y mucho menos la propiedad comunitaria.

A partir del golpe de estado de 2009, el corredor Trujillo-Palacios pasó a ser territorio controlado por siniestros personajes, que a pesar de haber sido extraditados, las estructuras de poder siguen intactas..

Con un enorme dolor contemplamos la destrucción de los viveros de coco en Vallecito, pero aun así no cejaremos en persistir en la recuperación del coco, con el propósito de fortalecer nuestra diezmada dieta e intentar frenar el avance de la erosión costera.

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