jueves, 18 de julio de 2019

Campaña de desprestigio evidencia temor en el gobierno



En las últimas semanas a raíz de la constante movilización de la ciudadanía en defensa de la salud y la educación pública, las campañas de desprestigio contra defensores y defensoras y líderes sociales han incremento.

A través de redes sociales circula una la peligrosa campaña de desprestigio y de incitación al odio en contra de  personas que ejercen su derecho a la protesta.

Las campañas han llegado a su punto más alto. El propio Juan Orlando Hernández acusó  a estudiantes universitarios y defensores de derechos humanos, de andar bombas molotov y piedras en sus mochilas. Las declaraciones del funcionario se dieron después de una brutal represión en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el pasado 24 de junio.

“Lo que yo he podido ver en los videos es que la mayoría de policías andan sin armas, solo con sus escudos. Los mismos estudiantes universitarios estaban construyendo bombas Molotov”, afirmó el gobernante.

El director del Comité por la Libre Expresión (C-LIBRE), abogado EdyTábora, manifiesta que dichas declaraciones validan las agresiones y coloca en el imaginario colectivo que la labor de los defensores y defensoras de derechos humanos es parte del problema.

Tábora indica que las declaraciones de JOH van en doble vía, respaldan las agresiones ya cometidas y amparan las siguientes acciones a cometer.

“La estigmatización tiene la función de desacreditar la labor de las personas que defienden derechos humanos. Hay un acuerpamiento de las violaciones a derechos humanos por parte del Estado hondureño, las campañas de desprestigio y estigmatización son vivo ejemplo de ello”, comenta el defensor.

Temor del Gobierno

Desde hace varios meses la población hondureña se mantiene en pie de lucha contra la privatización de los servicios de educación y salud. A la par de la movilización de la ciudadanía se ha desplegado todo un aparato de desarticulación y represión contra la población.

El analista político Tomas Andino Mencía, opina que la campaña de desprestigio son el reflejo más del temor que existe en el régimen por la potencia que ha adquirido el movimiento social desde la Plataforma.

Cree que al no tener argumentos sólidos, para acusar a los representantes de la plataforma, no se acudiría a las campañas de estigmatización.

Sin  embargo, opina que las campañas de desprestigio son peligrosas por dos situaciones; la primera porque pueden llevar a inventar cosas que dañen la imagen de líderes sociales,  segundo es que sirven como base para posibles procesos judiciales, represiones o persecuciones contra los luchadores y luchadoras.

En Honduras, las campañas de desprestigio, criminalización, persecución y criminalización contra quienes defienden los derechos humanos se ha incrementado en los últimos años, sobre todo desde el fraude electoral del 2017, que dejó en el poder, al nacionalista Juan Orlando Hernández  a pesar que la Constitución hondureña lo prohíbe.

Recientemente la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Honduras, expresó su preocupación por los ataques contra las personas y organizaciones que defienden los derechos humanos en el país.  

No hay comentarios: