jueves, 22 de junio de 2017
Geopolítica y Estados Unidos
Rebelión
Por Rodolfo Bueno
Trump, cuya propuesta es hacer de EEUU un país grande de nuevo, cree que no vale la pena mantener el liderazgo a cualquier precio, porque se agotó ya la posibilidad de gobernar cargando sobre los hombros el control total de los acontecimientos que se dan en el mundo, ya que eso cuesta mucho y los resultados son magros.
Así, las guerras del Oriente Medio, emprendidas con el fin de controlar sus recursos, han traído como consecuencia no la supuesta democratización de dicha zona, con que se las justificó, sino el desbarajuste que actualmente se observa en toda su extensión y el renacer del Estado Islámico. De ahí que Trump plantee retroceder para fortificar a EEUU y convertirlo en el ejemplo del mundo.
No comparten de esta visión ni los demócratas ni un sector republicano de la vieja guardia, como el Senador MacCain, quienes creen que EEUU debe ser el fiel reflejo de lo que fue el imperio romano: El eje espiritual, cultural, económico, militar y político del resto del planeta. Ser su hegemon.
Este proyecto, globalizador en todo sentido y que en parte ya fue implementado por los gobiernos anteriores y la élite neoconservadora de EEUU, que no va a dar su brazo a torcer, es cuestionado por Trump, que no concuerda con este radicalismo . Esto explica por qué un sector de su administración no le hace caso; por qué los intentos de eliminarlo a como dé lugar ; por qué se dan grandes manifestaciones en contra de su política ; por qué hay planes para arrojarlo de la Casa Blanca; por qué la sociedad estadounidense se ha dividido en dos campos prácticamente antagónicos; por qué la falta de diálogo y la lucha a muerte entre estas dos esferas del poder; batallas que muchos politólogos contemplan, sin entenderlas en absoluto.
No le falta razón a Trump cuando sostiene que es el presidente que ha sido atacado más injustamente en la historia de EEUU, pues ni siquiera Bush junior fue agredido con tanta vehemencia, pese a las barrabasadas que durante su administración cometió; es que no actúa bajo las reglas que la élite gobernante impone.
Por eso, la gran prensa enfila ahora sus cañones para destruirlo y lo acusa de no estar preparado para gobernar y de ser un títere de Moscú. Y no importa que estos ataques sean ilegales, además de injustos, porque, por ser la encargada de fabricar las verdades y las mentiras que el imperio propaga para que sean aceptadas a raja tabla por el mundo occidental, se le perdona todo. Esto nos recuerda la propaganda soviética previa a la ‘glásnost’ , cuando la realidad social era recreada por “la nueva clase” gobernante, sólo que ahora es fabricada por la “dictadura democrática”, que intenta perpetuarse en el poder.
Esta política de EEUU genera en Europa el fortalecimiento de movimientos de extrema derecha, como en Alemania u Holanda, que defienden los intereses nacionales de sus países y rechazan ser arriados por un basilisco que los azota sin ton ni son, y también la aparición de alianzas geopolíticas, como “La Nueva Ruta de la Seda”, cuyos signatarios pretenden controlar sus riquezas mediante vínculos estratégicos a largo plazo. Ojalá que los gobernantes latinoamericanos sepan sacar provecho de estas favorables circunstancias.
Las cartas están sobre la mesa, ganarán los países que mejor las jueguen.
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