viernes, 16 de junio de 2017
América Latina en la encrucijada brasileña
Rebelión
Por Eduardo Paz Rada
Nuevamente la Red OGlobo, la corporación privada de medios de comunicación más poderosa e influyente del Brasil, está jugando sus cartas con la finalidad de continuar definiendo quien controla el poder y las tendencias políticas y económicas del gigante sudamericano al hacer públicas conversaciones secretas relacionadas con actos de corrupción, obstrucción a la justicia y tráfico de influencias entre el empresario de la carne y los frigoríficos Joesley Batista y el presidente Michel Temer, desatando una nueva crisis en la República Federativa.
Las revelaciones han estado acompañadas con el pedido de renuncia del neoliberal Temer, aunque los parlamentarios y políticos tradicionales que lo hacen se encuentran también comprometidos con la corrupción y fueron quienes impulsaron el Golpe de Estado a la Presidenta Dilma Rousseff, bajo la coordinación de la Red OGlobo, convertida en “el principal partido de la burguesía brasileña”.
Este pedido ya ha alcanzado a todos los sectores y regiones del país, incluidas grandes movilizaciones populares que demandan no solamente la salida del presidente sino que se convoque de inmediato a Elecciones Directas Ya, frente a lo cual Temer incluso movilizó a las Fuerzas Armadas, aunque de inmediato retrocedió en su decisión, y tanto la Red OGlobo como los partidos conservadores buscan una solución que no ponga en riesgo su control de poder con la elección indirecta de presidente exclusivamente en el ámbito parlamentario. La presidenta del Supremo Tribunal Federal, Carmen Lucia, se perfila como la sucesión conservadora.
La importancia y la influencia de Brasil en América Latina y el Caribe son muy fuertes y el desenlace de su crisis repercutirá sobre la región de manera sustancial: O se imponen las fuerzas conservadoras con un nuevo acuerdo, con Temer o sin Temer, entre los partidos parlamentarios más grandes (Partido de la Social Democracia Brasileña –PSDB- y Partido del Movimiento Democrático Brasileño –PMDB-) y se debilita más el proceso de unidad e integración de la región o las fuerzas populares consiguen la convocatoria inmediata a elecciones con grandes posibilidades de que Inacio Lula Da Silva, del Partido de los Trabajadores –PT-, consiga un triunfo y se produzca un relanzamiento de los proyectos latinoamericanistas de MERCOSUR, UNASUR y CELAC.
La crisis económica y la situación de las grandes mayorías de la población empeoran cada día debido a la implementación de un programa neoliberal que favorece a las grandes empresas privadas, las transnacionales, los agroexportadores y las finanzas desmantelando las empresas estatales como PETROBRAS, en medio de discrepancias entre estas fracciones por tener la conducción del proceso.
Por su parte, las ochenta organizaciones sociales, sindicales y regionales más importantes del Brasil han conformado el Frente Brasil Popular con el objetivo de “construir la alternativa popular”, imponer las elecciones directas ya y apoyar la candidatura de Lula realizando movilizaciones, huelgas, bloqueos y otras acciones coordinadas, de acuerdo a declaraciones realizadas por Joao Pedro Stadile, referente social y político del Movimiento Sin Tierra -MST-
El desenlace de la crisis brasileña tendrá repercusiones nacionales, regionales e internacionales puesto que Brasil tiene un peso muy importante en el tablero mundial como potencial locomotora de América Latina y el Caribe para lidiar con las otras potencias de la mutipolaridad geoeconómica y geopolítica y frente a la ofensiva de China, Estados Unidos, Rusia, India y la Unión Europea muy debilitada que buscan controlar los recursos naturales estratégicos de nuestra Patria Grande.
* Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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