Vídeo (72 minutos): http://vimeo.com/34954943
Por Dick y Mirian Emanuelsson
El día 26 de diciembre el Sacerdote diocesano Marco Aurelio Lorenzo, párroco de la iglesia Católica del municipio Macuelizo, departamento de Santa Bárbara, estuvo a punto de perder la vida junto con sus dos hermanos. Ocho policías intentaron asesinarlos empujando la camioneta en la que viajaban, hacia un barranco de 300 metros de abismo, con los tres hermanos esposados adentro del vehículo. El carro quedó atrapado en una cuneta.
El hecho es uno más de los innumerables abusos, atracos, torturas y asesinatos que el pueblo hondureño ha sufrido por un cuerpo policial que se ha destacado, desde el golpe de estado, de violar los derechos humanos de la forma más flagrante y hacer todo menos “Proteger y Servir” como dice su consigna.
Cuando llegamos al pequeño municipio de Macuelizo cerca la frontera con Guatemala, en la iglesia no entraba un alma más. Todo el pueblo había llegado para expresar su solidaridad al padre Marco, hombre por demás querido y respetado, de estatura baja y cuerpo fuerte. Mujeres y hombres campesinos, con sus rostros manchados por el sol y las manos curtidas por la dureza de su trabajo, levantaron el puño gritando ¡“El Pueblo Unido Jamás será Vencido”. Además cantaban la canción del popular grupo venezolano, Guaraguao; ¡“No basta rezar”!
Representantes de la Resistencia hondureña, tanto de ese departamento como de los departamentos vecinos, Copán, Puerto Cortes y Yoro, estaban presentes, igual que los dirigentes y militantes de los movimientos sociales y de DD.HH. “Honduras te abraza, padre Marco Aurelio”, decía la gente. Ante las expresiones de apoyo fue abrazando uno a uno, con lágrimas en los ojos que no perdieron ni por un minuto la firmeza y la decisión de no dejarse intimidar por el terrorismo de estado que cada día cobra más víctimas en esta nación centroamericana.
Uno de sus hermanos se bajó del vehículo para reforzar la llanta con una piedra y evitar que se deslizara. En esta actividad se encontraba cuando se presentó una patrulla policial con ocho agentes a bordo, que sin mediar palabra o requerir sus documentos empezó a golpearlo.
16 puntos es el resultado de la tortura policial
El prelado bajó del carro solo, para ser inmediata y sorpresivamente esposado y golpeado brutalmente. Lo lanzaron al suelo y un agente se paró sobre su cuerpo mientras otro le daba patadas calzado con sus botas de reglamento. Luego despojaron al padre y a sus acompañantes de sus pertenencias personales, alimentos que llevaban para compartir con la familia y dinero, lo obligaron a subir al vehículo al que le quitaron la piedra, empujándolo a una hondonada. El vehículo se detuvo en una cuneta.
Cuenta el Padre Marco Aurelio que los policías posteriormente sacaron el automóvil y esposaron a las víctimas a los barrotes de la patrulla, como si fueran delincuentes. Por los golpes el religioso perdió el conocimiento y requirió de una sutura de 16 puntos en su cabeza.
Así lo vimos en la iglesia sentado con su madre y otros compañeros sacerdotes del occidente hondureño, reconocidos por su incansable lucha contra la usurpación de los recursos naturales de las mineras y de las madereras, luchas que han cobrado otros dos atentados contra el padre Marco Aurelio, en 2004 y 2007.
– Sabemos concretamente que la minería es un poder en el país. Las leyes son manipuladas según la conveniencia de los intereses nacionales e internacionales. Y de ahí se afecta y se justifica toda lucha y actuación contra mi persona.
– En esta tercera acción (el 26 de diciembre) había ya una premeditación. Porque he estado al lado del pueblo, con el pueblo, por la lucha de la justicia. Hemos encontrado con instituciones en las cuales prevalece más el planteamiento del Poder que la justicia. Y desde ahí se tergiversa la misma ley y todo juicio que se da.
Preguntamos al padre si la orden de matarlo venia desde arriba, porque asesinar por asesinar no debería hacerse, ni siquiera en Honduras.
– Realmente tiene que haber una orden. . . eso me deja un poco cuestionado, porque ellos cuando me detienen, me torturan, ellos dicen que hasta después. . . incluso a uno de mis hermanos le dicen que “entierre la cabeza, que se le entierre en la llanta del repuesto para que no mire lo que estamos haciendo”, dicen ellos. Cuando llegamos al hospital, alguien dice; “él es sacerdote”. Y ahí comienzan a preguntar, no sé si es un juego por parte de ellos, en ese sentido. Me deja de ese sentido como confusión y preocupación ¿quién esta detrás como autor intelectual? Porque los autores materiales son ellos (los policías) pero el autor intelectual no logró captar donde puede estar.
Toma la palabra o mejor dicho, el tono, el cantautor Elías Vélez, que en homenaje al Padre Marco Aurelio ha compuesto una canción que relata lo sucedido ese 26 de diciembre fatal. Y como un sencillo campesino, sus palabras no son de doble sentido o subliminales sino que van en directo a los autores del intento de asesinar a los tres hermanos Lorenzo. Canta y dice que los “policías traidores” no pudieron asesinar al Padre Lorenzo en el simulacro de accidente “porque Dios estaba con él”. Elías exige que el atentado se aclarezca ¡“y que vaya al infierno ya la Policía Preventiva, que no son más que ladrones y asesinos de la vida”!
Diferentes personalidades de los organismos de derechos humanos hondureños hicieron uso de la palabra, entre ellos Juan Almendares Bonilla, conocedor de las maniobras de las minerías transnacionales y director del CPTRT, Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de Tortura, para expresar su solidaridad y respaldo al sacerdote popular.
– No se trata de un “accidente” o de algo circunstancial. Lo que debemos entender los hondureños es que existe un aparato de una oligarquía dominante, poderosa, articulada con el capitalismo internacional y las grandes multinacionales y sobre todo la política militarista del Pentágono de Estados Unidos. Se trata pues, de una lucha muy dura en donde los sacerdotes y monjas del occidente son necesarios en la defensa de la Madre Tierra.
La coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva, declara al sacerdote Marco Aurelio Lorenzo como “Defensor Universal de los Derechos Humanos”.
– Tenemos un defensor planetario de la vida y de la libertad y orgullosamente lenca, indígena, agregó Oliva que convocó a los asistentes para comprometerse a desmantelar el cuerpo más nefasto de la historia de Honduras como es el Ministerio de Seguridad.
– Hablar de depuración es hacerle el juego al golpismo, es hacerle juego a quien tiene una política criminal de Estado contra de los defensores de la vida y en contra de los defensores de los ciudadanos y de las ciudadanas”, subrayó la veterana en la lucha por los derechos humanos, condecorada el año pasado por el gobierno holandés con el Premio Tulipán.
– El pastor que no se encierra entre cuatro paredes, el pastor que mira a Dios en los árboles, el pastor que mira Dios en el agua, en las flores y por supuesto en sus hermanos y hermanas, ese pastor es realmente un pastor defensor de la vida. Ese pastor es Marco Aurelio.
Oscar, otro dirigente popular de la resistencia departamental advirtió al régimen de Porfirio Lobo y sus funcionarios que todo será peor si no toman medidas drásticas con el cuerpo policial, al que caracterizó como “una podredumbre”:
– Deben retirarse inmediatamente, pero si política del estado no toma posiciones con esa organización criminal (cuerpo policial), el pueblo hondureño tendrá que tomar decisiones y ¡no va a diferenciar cuales son los buenos y los malos policías en ese momento!
– Es probable, que el pueblo hondureño esté llegando al limite de su tolerancia. Hemos sido pasivos. Pero va a llegar un momento en que esa tolerancia llegue a su límite. Y por lo tanto, los atropellos a las personas que representan a Cristo acá en la tierra, es el atropello más grande puede hacerse a un pueblo que ha sido evangelizado por ellos.
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