jueves, 24 de noviembre de 2011
¿Por qué en Quito, Ecuador las organizaciones sociales y populares de Honduras?
Defensores en Línea
Concluyó una misión especial en Quito nuestra compañera Bertha Oliva, premio Tulipán de los Derechos Humanos 2010, invitada por CEJIL y organizaciones aliadas del Ecuador. Junto con ella participaron organizaciones indígenas, populares y de comunicación independiente, integrantes del Frente Nacional de Resistencia.
¿Por qué en Quito? Porque Ecuador fue el único país del continente que votó en junio pasado contra el retorno del estado fallido hondureño al seno de la OEA, como premio por haber firmado Pepe Lobo el inconsulto Acuerdo de Cartagena.
Para entonces los argumentos de la embajadora ecuatoriana ante esa organización, María Isabel Salvador, fueron simples y directos: la impunidad del golpismo está afianzada en Honduras y es generadora de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Palabras de profesía, porque así ocurrió hasta nuestros días. Y la misión llegó a reconocer aquél voto de dignidad de la política exterior de Rafael Correa y a dar testimonio de los hechos atroces del golpismo impune que hunde la nación.
Bertha Oliva repasó las cifras recientes: 16 periodistas asesinados entre marzo de 2010 y agosto 2011, 20 asesinatos políticos, 10 desapariciones forzadas, 246 exiliados y exiliadas, 55 campesinos y campesinas asesinadas en la zona del Aguán… sicarios, policías, militares, colombianos, torturas, gringos militarizando, ejércitos privados, criminalización de las protestas, impunidad… el retrato del horror de la unidad y la reconciliación nacional.
Al momento de hablar cara a cara con el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, la misión hondureña le solicitó mantener la postura de junio y pedir a los estados latinoamericanos integrantes de UNASUR y del ALBA que evalúen en Honduras el cumplimiento del punto cinco del Acuerdo de Cartagena referido al respeto y vigencia de los derechos humanos, antes de hacer nuevos tratos con los golpistas.
“Ecuador no puede avalar la impunidad de los golpistas, porque eso sería inspirar nuevos actos violentos contra la democracia ciudadana, y en consecuencia mantendremos nuestra presencia política y diplomática en Honduras al más bajo nivel, sin embajador”, contestó el canciller Patiño.
No nos importa quedarnos solos en esta posición de dignidad y de principios en la defensa de los derechos humanos, más bien es motivo de orgullo, porque es mejor estar solos que mal acompañados, dijo por su parte la embajadora ecuatoriana ante la OEA, presente en la cita.
La misión indagó las razones no publicadas por las cuales Venezuela y Colombia firmaron el Acuerdo de Cartagena con Lobo y Zelaya, de espaldas a las bases del Frente Nacional de Resistencia, pero la embajadora Salvador se limitó a contestar con ironías fáciles de entender.
“A veces sucede que por intereses coyunturales o específicos las cosas pueden cambiar de un momento a otro, no quiero entrar a detallar a qué me refiero, pero si se plantea una posición al principio se debe mantener hasta el final”, dijo la diplomática en una declaración al programa Resistencia que se transmite por esta emisora.
La embajadora María Isabel hacía referencia a la posición firme de Venezuela contra el golpe y luego su posicionamiento distendido y laxo frente a Lobo y Manuel Santos, que implicó un polémico canje del director de la agencia ANCOL a Bogotá por un narco venezolano a Caracas, además del cese de hostilidades en la frontera común entre ambos países.
Las organizaciones hondureñas, acompañadas por ALER, Consultores en Derechos Humanos y Refugiados, SERPAJ, INRED, entre otras organizaciones ecuatorianas, concluyeron ayer su misión con tres peticiones generales muy concretas.
La primera, que Bolivia y Ecuador impulsen en el seno de lo que aún queda de la OEA el cumplimiento del punto cinco del Acuerdo de Cartagena sobre derechos humanos, porque el discurso oficial de “normalización” impide ver las violaciones sistemáticas a la vida y la libertad en Honduras.
La segunda, que Venezuela y Colombia cumplan con su papel de Comisión de Seguimiento de aquél Acuerdo sobre la vigencia y respeto de los derechos humanos, que no pueden ser considerados como un relleno de poca monta ética en un acuerdo político.
La tercera, que la Cancillería en Caracas a cargo de Nicolás Maduro se asegure de invitar una delegación independiente de sociedad civil de Honduras para estar presente con voz en las asambleas simultáneas de UNASUR, ALBA y CELAC el próximo 3 de diciembre, sobre la situación de Honduras.
La misión integrada por el COPINH, el ERIC de la Compañía de Jesús, la COPA del Aguán, el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, y el COFADEH, concluyó ayer esta jornada de incidencia que demanda seguimiento de sus peticiones.
Mientras esas tareas se convierten en nuestras tareas nos quedamos con las palabras del académico ecuatoriano Alberto Acosta: “es un deber ubicar el caso hondureño con sus capítulos trágicos e indignantes, pero también ubicar las luchas por la vida, la naturaleza y la esperanza. Aprender a tejer nuestros sueños ante el capital transnacional que impone sus proyectos de muerte.
O, mejor aún, las palabras del líder indígena quétchua Humberto Cholango: “no hagamos cultura de vida la oposición, más bien hagamos propuestas de nuevos paradigmas, volvamos al poder de nuestro pueblo”.
O como lo dijo el diputado Eduardo Bustamante, del partido de Correa, Alianza País, “mientras el fantasma del golpismo esté vivo en Honduras, todos debemos mantenernos en estado de alerta”.
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