Honduras se ha convertido en un campo abierto para la cacería indiscriminada e impune de los opositores a la actual democradura. Lo que se mueve y protesta pone fuera de foco la foto trucada que circula desde Estados Unidos, la Unión Europea y las hegemónicas cadenas mediáticas, que muestra que todo ha vuelto a su normalidad luego de las elecciones de noviembre pasado. El silencio premeditado y cómplice sobre Honduras, plantea a su vez, serias interrogantes sobre la escasa densidad democrática en muchos países.
¿Cuántos días de gira por Europa?
-En total fueron unos 15 días. Además de participar en la reunión del Comité Ejecutivo Mundial de la UITA, del cual formo parte, asistí a una serie de encuentros con organizaciones hermanas de Francia y Suiza invitado por SOLIFOND٭.
-La idea fue romper con todo ese silencio sobre Honduras, silencio que huele a complicidad…
-Sí, fuimos a denunciar lo que está pasando en el país, la persecución que está padeciendo la dirigencia del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y todos aquellos que se opusieron al golpe de Estado en Honduras.
Como lo hemos dicho oportunamente, el golpe de Estado tuvo efectos políticos muy negativos y, además, tiró por tierra muchas conquistas y avances del movimiento obrero.
-Los empresarios han aprovechado
el golpe...
-Los empresarios no solo han aprovechado el golpe, sino que son promotores del golpe. Buena parte del empresariado hondureño intentó impulsar ya antes del golpe una ley para implementar el trabajo temporal por tres años. Decían que con ello estarían incrementando la ocupación en el país y además promovían la media jornada. Esto no pasó gracias al rechazo y la movilización de los trabajadores.
No llegó a pasar al Congreso, pero con las condiciones en las que quedó el país, donde impera la más absoluta represión, ellos se han dedicado a aplicarlo porque el Ministerio de Trabajo no hace casi nada, y si te vas a un Tribunal vas a tardar años en llegar a un juicio.
En los restaurantes de comida rápida han despedido a todos los trabajadores y ahora los tienen a media jornada que no son cuatro horas, sino que son de seis y con pago de la mitad del salario.
Esa es una forma de revancha contra el salario mínimo que se implementó en el gobierno de Manuel Zelaya, el cual solo llegaba a un 80 por ciento de lo que es el costo de la canasta básica mínima.
-¿El empresariado hondureño, marcado por un acérrimo antisindicalismo, estará muy a gusto con toda la represión que ahora azota al movimiento obrero?
-Tú que has estado en Honduras sabes muy bien que la situación allá nunca fue fácil. Ahora hay una persecución selectiva contra la dirigencia sindical, contra los activistas más connotados del Frente Nacional de Resistencia Popular. El número de militantes políticos, campesinos, maestros, periodistas y sindicalistas asesinados no deja de crecer. A diario conocemos un nuevo acto de violencia, de amedrentamiento.
La UITA manifestó su rechazo y exigió la aclaración del caso que involucró al compañero Porfirio Ponce, vicepresidente de nuestro Sindicato, cuando hombres encapuchados irrumpieron violentamente en su casa llevándose su computadora y dejando su cama llena de sangre…y no pasó nada, nadie investigó nada. ¡Así están las cosas!
-Y se actúa en la mayor impunidad...
-Exactamente, lo más triste es que estos son los mismos grupos que en la década de los 80, cuando estaba la guerra de baja intensidad en Centroamérica, asesinaron y desaparecieron a más de 300 hondureños, la mayoría de ellos del movimiento sindical campesino y popular, dando lugar a un gran bajón en el movimiento en aquel tiempo.
-Represión directa y criminalización de la protesta social...
-Es el caso del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), donde once integrantes de su dirección fueron detenidos por la Policía.
Este importante Sindicato desde julio del pasado año está negociando el Convenio Colectivo. Los compañeros detenidos hoy han sido liberados bajo medidas cautelares, y por lo tanto no pueden participar en la negociación.
El Ministerio Público acusó a los sindicalistas de los delitos de sedición, usurpación y coacción por la toma de las instalaciones de la UNAH. Este proceso de criminalización que padecen estos compañeros, también se registra en otros ámbitos donde la estrategia es paralizar la protesta social.
-Y mostrar una imagen según la cual todo está tranquilo…
-Correcto, las elecciones sirvieron al proyecto de Estados Unidos de mostrar al mundo que todo había vuelto a la normalidad en Honduras y así solicitar a los distintos países la reanudación de las relaciones diplomáticas.
¿Cuál es el estado de ánimo de la Resistencia?
-El estado de ánimo continúa igual, fuerte. En los 80 hemos vivido una experiencia similar de mucha represión, hoy podemos decir que hay más experiencia y estamos todos de acuerdo en la necesidad de agruparnos y luchar juntos.
Desde 1956 hemos soportado siete golpes de Estado, y los “gringos” hacen con nuestro país lo que quieren, a igual que el narcotráfico, que el crimen organizado, que los políticos corruptos, todo el mundo hace con nosotros lo que quiere. El único que puede terminar con todo esto es el movimiento popular, es el pueblo organizado políticamente, por eso seguimos adelante con nuestro plan de recoger firmas para ir a una Asamblea Constituyente.
-¿Te preocupa el manto de silencio que cubre a Honduras?
-Claro que sí, en este viaje por Europa, más precisamente en el sur de Francia, uno de los compañeros que realizaban la actividad nos organizaron una serie de entrevistas con varios periodistas que nos preguntaban sobre el proceso del golpe. Hablamos de la resistencia en Honduras, de la necesidad de que nos apoyen. Durante mi estadía, ellos llamaron para que me entrevistaran a uno de los directores de Le Monde, el encargado justamente de América Latina, quien les respondió que Honduras luego de las elecciones ya no estaba en la agenda del diario.
Esa es la gran mentira que han ventilado, que luego de las elecciones se resolvieron todos los problemas de Honduras, todas las penurias del pueblo, todas sus miserias. Y esto es terrible, es una manera de decirle al gobierno: “Sigan haciendo lo que quieran que nosotros estamos preocupados con otras cosas”.
Cuando la prensa calla, la represión se hace invisible. Por eso nosotros valoramos tanto la ayuda de la prensa comprometida, la ayuda que nos han prestado ustedes con sus denuncias en la Rel-UITA, la ayuda de TELE SUR y el Internet mismo que nos ayuda alzar un poco nuestra voz.
-¿Te duele el brazo que te quebró la Policía?
-Duele algo, pero lo que más me duele son los dolores de mi país. Es un terrible paso atrás, esta gente aprobó un plan de nación hasta el 2038, y se van a quedar haciendo qué, implementando el neoliberalismo y todas las medidas que promueva la oligarquía, desarticulando la resistencia y el movimiento sindical, el más articulado en Centroamérica.
Por lo tanto, estamos fundamentalmente haciendo entender que esto es una lucha de clases, por eso el dolor de la mano quebrada por la Policía no es nada al lado del otro. El otro dolor es mayor.
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