lunes, 5 de abril de 2010
Los tres ochos
Por Juan Almendares
¿Cuáles son las raíces de la Violencia?
“El número 8 simboliza el equilibrio (balance)... porque en el momento de la creación del cielo y de la tierra, todo fue repartido en cuatro partes. Cuatro son los puntos cardinales. Cuatro los horcones de una casa. Y 4 más 4 son 8. Este día es bueno para pedir en matrimonio a la novia, porque se conmemora la creación, la unión del hombre y la mujer, la gestación humana representada en el cordón umbilical que significa el principio de la vida y del tiempo infinito”.
“Ocho hilos simbolizan lo que se amarra y se desata. Se refiere a cómo se van desenrollando los hilos del tiempo. Para el maya, el hilo, es el símbolo de la continuidad con el pasado. Es la presencia de los ancestros que no están muertos, sino que están presentes en otra dimensión.”
Rita María Roech
Mesoamérica es el ‘ombligo’ de Nuestra América. El lugar donde se amarra la paz y desata la guerra. El epicentro de la geopolítica militar de la globalización neoliberal en América Latina. Este espacio es geopolítico, geoestratégico, militar y económico. El poder del coloniaje ha negado la cosmovisión de amor a la Madre Tierra de nuestros pueblos originarios y, por el contrario, se ha fundamentado en la lógica acumulativa del capitalismo, caracterizada por la separación del ser humano de la naturaleza; y en el dominio tecnológico, científico, cultural del espacio, por el capital mercantil, productivo industrial y especulativo financiero internacional.
Como expresa Andrés Barreda [1] el pensamiento geográfico se formula históricamente como “una gran fuerza productiva estratégica en la teoría del desarrollo capitalista”. No existe operación multinacional sin ejércitos, violencia, tortura y violación de los derechos humanos y ambientales de los pueblos. Desalojos violentos de los pueblos originarios y afro descendientes, en menoscabo de la soberanía alimentaria; contaminación minera de las aguas, suelos, destrucción del bosque, biodiversidad, agroecología y vida cultural de los pueblos originarios y del campesinado.
Esta violencia estructural e histórica agrava los cambios climáticos, los fenómenos sísmicos, huracanes y las tormentas tropicales. En consecuencia incrementa el hambre, la pobreza, la enfermedad y la muerte.
En la década de los años ochenta, la geoestratégica militar tuvo como resultados más de 200 mil muertos en Guatemala, 75 mil en El Salvador y más de 50 mil en Nicaragua, además de varios millones de refugiados y emigrantes al Norte, Europa y América Latina. A finales del siglo XX y a comienzos del siglo XXI ocho hilos geoestratégicos constituyen la trama militar, económica y política para Mesoamérica, América Latina y el Caribe
El primero es el Plan Puebla Panamá (iniciativa de Mesoamérica que incluye a Colombia y República Dominicana (Caribe), préstamos del Banco Mundial y el BID, con un costo de 700 mil millones de dólares.
El segundo es el Plan Colombia cuyo costo inicial es de 4.500 millones de dólares, de los que Estados Unidos aporta 3.500, la Unión Europea 1.000 y diferentes organismos financieros 900 millones de dólares.
El Plan Mérida corresponde al tercero, cuyo costo total cifra los 1400 millones de dólares (450 millones para México y 100 millones para Centroamérica. Está destinado al control del narcotráfico).
El cuarto es el Plan Militar Honduras-Colombia del que se ignoran los costos… Según la Secretaría de Seguridad hondureña comprende unidades de inteligencia, contrainteligencia, antinarcóticos, terrorismo, antisecuestros, trata de personas y abuso de menores de edad sometidos a la prostitución y delitos cibernéticos. Sin embargo la inseguridad, la violación a los derechos humanos como consecuencia del Golpe militar del 28 de junio 2009 es lo que prevalece en Honduras, a lo cual se suma el sicariato colombiano, los sicarios nacionales y los guardias privados de la oligarquías terratenientes locales cuyo objetivo es aniquilar al Frente Nacional de Resistencia Popular y a Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA).
Este “Jueves Santo”, primero de abril de 2010 se produjo el asesinato del compañero Miguel Alonso Oliva (22) ocurrido en esta “sagrada” fecha; su cuerpo fue enterrado el “Viernes Santo”. Los responsables, según MUCA, fueron los guardias privados del dueño de plantaciones de Palma Africana. René Morales.
El quinto Plan militar es la reactivación de la Cuarta Flota del Atlántico. La IV Flota está bajo las órdenes del Comando Sur, uno de los nueve, cuya ubicación está en Miami, Florida. Su área principal de intervención es la superficie de América del Sur, América Central y el Caribe. La acción territorial total corresponde 40,4 millones de kilómetros cuadrados (treinta países). Los que tienen mayor número de soldados norteamericanos son Honduras (1550 efectivos, sin incluir agentes de inteligencia y contrainsurgencia); sin embargo este número puede aumentar según las circunstancias. Colombia con siete bases militares y 800 soldados estadounidenses y 600 consejeros de guerra…
El sexto Plan es la “Guerra de la Cuarta Generación”; que, mediante el desarrollo de la tecnología y la comunicación globalizada, tiene como objetivos persuadir mediante la invención de mentiras y creación en el imaginario colectivo de que los pueblos en proceso de liberación son enemigos de la humanidad.
Utilizan las tecnologías cognitivas y manipulativas para crear el miedo y el terror y ocultar al verdadero enemigo de la humanidad planetaria: el capitalismo financiero internacional y sus ejércitos y tanques pensantes multinacionales... Testimonios elocuentes son la negación del Golpe militar en Honduras y la campaña mundial de mentiras y calumnias contra Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua que han sido acusadas de invasores a nuestro territorio cuando en realidad nuestro país es una base militar del Pentágono.
Los corifeos e intelectuales que entienden muy bien estos ocho hilos geoestratégicos tratan de aparecer como neutrales y, como dice Dante en la entrada del Séptimo Circulo del Infierno: "Este lugar, el más horrendo y ardiente del infierno, está reservado para aquellos que en tiempos de crisis moral optaron por la neutralidad."
El séptimo hilo del Plan es el fundamentalismo religioso: católico y evangélico de la alta jerarquía en oposición a la teología de la liberación y a la iglesia de los pobres. Actúan como empresas capitalistas dueñas de universidades, centros escolares y de salud privados, medios de comunicaciones radiales, escritos y televisivos. Son practicantes de la teología neoliberal y guardan silencio ante la tortura, el asesinato y la criminalización de la pobreza por parte de la oligarquía articulada al capital financiero internacional (Honduras).
Sin embargo, las comunidades de base tanto católicas como evangélicas están integradas a los procesos de resistencia, de liberación. Por ello es que, excepcionalmente, algunos medios no siguen la línea oficial de la jerarquía y son defensores de los derechos humanos.
El octavo plan es la privatización del agua, la educación, y la salud, transformadas en mercancías; lo cual corresponde a la venta de los países a los Estados Supranacionales. Sus mayores expresiones de violencia son el hambre, la pobreza, la enfermedad y la emigración interna y externa.
Según el informe sobre el Desarrollo Humano para América Central (PNUD) 2009-2010; la zona más violenta del mundo (con exclusión de la guerra de Irak) corresponde a Centroamérica, con la tasa de homicidios más elevada. Aquí existen dos millones ochocientas mil armas ilegales y, entre el 2003 al 2008, setenta y nueve mil personas fueron asesinadas. En el 2006, la violencia ocasionó un gasto de seis mil quinientos millones de US dólares. En el año 2010 la tasa de homicidios en Honduras es la más alta del mundo (66.8/100 mil habitantes). Los países con menores tasas de homicidios siguen siendo Costa Rica y Nicaragua.
Las raíces de la violencia no están en la naturaleza o la personalidad colectiva de los centroamericanos; mucho menos en los campesinos y campesinas del bajo Aguán, en Honduras, sino en la trama de los ochos hilos o planes del imperialismo de la globalización neoliberal.
Ante estas acechanzas del siglo XXI se hace necesaria la comprensión analítica, crítica y deliberativa de esos fenómenos y la consolidación de nuestra solidaridad, todo esto a nivel orgánico y con nuestra propia concepción globalizadora de la libertad y la justicia.
En nuestro país, y ante esta situación urge, de manera objetiva, la solidaridad con el Movimiento Campesino MUCA y, por supuesto, con el Frente Nacional de Resistencia Popular.
Hacemos un llamado a la Unión Europea, a la Comisión Europea; a las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, a los Amigos de la Tierra Internacional, a Oil Watch Internacional; a personalidades intelectuales, científicos, artistas y religiosos partidarios de la paz y la justicia, a fin de que lo más pronto posible puedan enviar delegaciones y mensajes a el Bajo Aguán para prevenir una matanza contra los campesinos, que está siendo planificada por los cuerpos represivos del Estado hondureño en alianza con la oligarquía y el capital financiero internacional.
Evitemos que El Día Mundial de la Tierra, el 22 de abril, sea recordado como el Abril sangriento de los condenados de la tierra.
Tegucigalpa, abril, 2010.
¿Cuáles son las raíces de la Violencia?
“El número 8 simboliza el equilibrio (balance)... porque en el momento de la creación del cielo y de la tierra, todo fue repartido en cuatro partes. Cuatro son los puntos cardinales. Cuatro los horcones de una casa. Y 4 más 4 son 8. Este día es bueno para pedir en matrimonio a la novia, porque se conmemora la creación, la unión del hombre y la mujer, la gestación humana representada en el cordón umbilical que significa el principio de la vida y del tiempo infinito”.
“Ocho hilos simbolizan lo que se amarra y se desata. Se refiere a cómo se van desenrollando los hilos del tiempo. Para el maya, el hilo, es el símbolo de la continuidad con el pasado. Es la presencia de los ancestros que no están muertos, sino que están presentes en otra dimensión.”
Rita María Roech
Mesoamérica es el ‘ombligo’ de Nuestra América. El lugar donde se amarra la paz y desata la guerra. El epicentro de la geopolítica militar de la globalización neoliberal en América Latina. Este espacio es geopolítico, geoestratégico, militar y económico. El poder del coloniaje ha negado la cosmovisión de amor a la Madre Tierra de nuestros pueblos originarios y, por el contrario, se ha fundamentado en la lógica acumulativa del capitalismo, caracterizada por la separación del ser humano de la naturaleza; y en el dominio tecnológico, científico, cultural del espacio, por el capital mercantil, productivo industrial y especulativo financiero internacional.
Como expresa Andrés Barreda [1] el pensamiento geográfico se formula históricamente como “una gran fuerza productiva estratégica en la teoría del desarrollo capitalista”. No existe operación multinacional sin ejércitos, violencia, tortura y violación de los derechos humanos y ambientales de los pueblos. Desalojos violentos de los pueblos originarios y afro descendientes, en menoscabo de la soberanía alimentaria; contaminación minera de las aguas, suelos, destrucción del bosque, biodiversidad, agroecología y vida cultural de los pueblos originarios y del campesinado.
Esta violencia estructural e histórica agrava los cambios climáticos, los fenómenos sísmicos, huracanes y las tormentas tropicales. En consecuencia incrementa el hambre, la pobreza, la enfermedad y la muerte.
En la década de los años ochenta, la geoestratégica militar tuvo como resultados más de 200 mil muertos en Guatemala, 75 mil en El Salvador y más de 50 mil en Nicaragua, además de varios millones de refugiados y emigrantes al Norte, Europa y América Latina. A finales del siglo XX y a comienzos del siglo XXI ocho hilos geoestratégicos constituyen la trama militar, económica y política para Mesoamérica, América Latina y el Caribe
El primero es el Plan Puebla Panamá (iniciativa de Mesoamérica que incluye a Colombia y República Dominicana (Caribe), préstamos del Banco Mundial y el BID, con un costo de 700 mil millones de dólares.
El segundo es el Plan Colombia cuyo costo inicial es de 4.500 millones de dólares, de los que Estados Unidos aporta 3.500, la Unión Europea 1.000 y diferentes organismos financieros 900 millones de dólares.
El Plan Mérida corresponde al tercero, cuyo costo total cifra los 1400 millones de dólares (450 millones para México y 100 millones para Centroamérica. Está destinado al control del narcotráfico).
El cuarto es el Plan Militar Honduras-Colombia del que se ignoran los costos… Según la Secretaría de Seguridad hondureña comprende unidades de inteligencia, contrainteligencia, antinarcóticos, terrorismo, antisecuestros, trata de personas y abuso de menores de edad sometidos a la prostitución y delitos cibernéticos. Sin embargo la inseguridad, la violación a los derechos humanos como consecuencia del Golpe militar del 28 de junio 2009 es lo que prevalece en Honduras, a lo cual se suma el sicariato colombiano, los sicarios nacionales y los guardias privados de la oligarquías terratenientes locales cuyo objetivo es aniquilar al Frente Nacional de Resistencia Popular y a Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA).
Este “Jueves Santo”, primero de abril de 2010 se produjo el asesinato del compañero Miguel Alonso Oliva (22) ocurrido en esta “sagrada” fecha; su cuerpo fue enterrado el “Viernes Santo”. Los responsables, según MUCA, fueron los guardias privados del dueño de plantaciones de Palma Africana. René Morales.
El quinto Plan militar es la reactivación de la Cuarta Flota del Atlántico. La IV Flota está bajo las órdenes del Comando Sur, uno de los nueve, cuya ubicación está en Miami, Florida. Su área principal de intervención es la superficie de América del Sur, América Central y el Caribe. La acción territorial total corresponde 40,4 millones de kilómetros cuadrados (treinta países). Los que tienen mayor número de soldados norteamericanos son Honduras (1550 efectivos, sin incluir agentes de inteligencia y contrainsurgencia); sin embargo este número puede aumentar según las circunstancias. Colombia con siete bases militares y 800 soldados estadounidenses y 600 consejeros de guerra…
El sexto Plan es la “Guerra de la Cuarta Generación”; que, mediante el desarrollo de la tecnología y la comunicación globalizada, tiene como objetivos persuadir mediante la invención de mentiras y creación en el imaginario colectivo de que los pueblos en proceso de liberación son enemigos de la humanidad.
Utilizan las tecnologías cognitivas y manipulativas para crear el miedo y el terror y ocultar al verdadero enemigo de la humanidad planetaria: el capitalismo financiero internacional y sus ejércitos y tanques pensantes multinacionales... Testimonios elocuentes son la negación del Golpe militar en Honduras y la campaña mundial de mentiras y calumnias contra Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua que han sido acusadas de invasores a nuestro territorio cuando en realidad nuestro país es una base militar del Pentágono.
Los corifeos e intelectuales que entienden muy bien estos ocho hilos geoestratégicos tratan de aparecer como neutrales y, como dice Dante en la entrada del Séptimo Circulo del Infierno: "Este lugar, el más horrendo y ardiente del infierno, está reservado para aquellos que en tiempos de crisis moral optaron por la neutralidad."
El séptimo hilo del Plan es el fundamentalismo religioso: católico y evangélico de la alta jerarquía en oposición a la teología de la liberación y a la iglesia de los pobres. Actúan como empresas capitalistas dueñas de universidades, centros escolares y de salud privados, medios de comunicaciones radiales, escritos y televisivos. Son practicantes de la teología neoliberal y guardan silencio ante la tortura, el asesinato y la criminalización de la pobreza por parte de la oligarquía articulada al capital financiero internacional (Honduras).
Sin embargo, las comunidades de base tanto católicas como evangélicas están integradas a los procesos de resistencia, de liberación. Por ello es que, excepcionalmente, algunos medios no siguen la línea oficial de la jerarquía y son defensores de los derechos humanos.
El octavo plan es la privatización del agua, la educación, y la salud, transformadas en mercancías; lo cual corresponde a la venta de los países a los Estados Supranacionales. Sus mayores expresiones de violencia son el hambre, la pobreza, la enfermedad y la emigración interna y externa.
Según el informe sobre el Desarrollo Humano para América Central (PNUD) 2009-2010; la zona más violenta del mundo (con exclusión de la guerra de Irak) corresponde a Centroamérica, con la tasa de homicidios más elevada. Aquí existen dos millones ochocientas mil armas ilegales y, entre el 2003 al 2008, setenta y nueve mil personas fueron asesinadas. En el 2006, la violencia ocasionó un gasto de seis mil quinientos millones de US dólares. En el año 2010 la tasa de homicidios en Honduras es la más alta del mundo (66.8/100 mil habitantes). Los países con menores tasas de homicidios siguen siendo Costa Rica y Nicaragua.
Las raíces de la violencia no están en la naturaleza o la personalidad colectiva de los centroamericanos; mucho menos en los campesinos y campesinas del bajo Aguán, en Honduras, sino en la trama de los ochos hilos o planes del imperialismo de la globalización neoliberal.
Ante estas acechanzas del siglo XXI se hace necesaria la comprensión analítica, crítica y deliberativa de esos fenómenos y la consolidación de nuestra solidaridad, todo esto a nivel orgánico y con nuestra propia concepción globalizadora de la libertad y la justicia.
En nuestro país, y ante esta situación urge, de manera objetiva, la solidaridad con el Movimiento Campesino MUCA y, por supuesto, con el Frente Nacional de Resistencia Popular.
Hacemos un llamado a la Unión Europea, a la Comisión Europea; a las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, a los Amigos de la Tierra Internacional, a Oil Watch Internacional; a personalidades intelectuales, científicos, artistas y religiosos partidarios de la paz y la justicia, a fin de que lo más pronto posible puedan enviar delegaciones y mensajes a el Bajo Aguán para prevenir una matanza contra los campesinos, que está siendo planificada por los cuerpos represivos del Estado hondureño en alianza con la oligarquía y el capital financiero internacional.
Evitemos que El Día Mundial de la Tierra, el 22 de abril, sea recordado como el Abril sangriento de los condenados de la tierra.
Tegucigalpa, abril, 2010.
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