miércoles, 28 de abril de 2010
Oligarquía Expuesta
Honduras É Logo Ali
Por Celso Martins
Florianópolis Santa Catarina Brasil
La oligarquía hondureña está desnuda frente a la comunidad internacional.
Lo que antes hacía internamente y sin ninguna repercusión internacional, ahora es denunciado a los cuatro vientos.
Los oligarcas hondureños arrastran consigo a las instituciones pilares de Honduras: además del Ejecutivo que fue secuestrado y entregado a un Lobo con 17% de los votos, tenemos un poder Legislativo dominado por media docena de familias y un Poder Judicial sin independencia que actúa conforme a las instrucciones de la oligarquía. Las manchas de la Corte Suprema y de la Fiscalía de la Nación obtienen visibilidad, si no frente a la opinión pública, por lo menos junto a sus pares abogados, jueces, fiscales, representantes legales y a los Tribunales, siempre atentos.
La élite castrense actuó de acuerdo a los intereses externos a los cuerpos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea, pisó la Constitución, respaldó acciones extranjeras, se tornó el gendarme de su propio pueblo. Lo que no pudieron hacer directamente fue dado a terceros y ejecutado por paramilitares denunciados por la ONU. Todo eso negociado hasta el hartazgo. ¿Antes del golpe, quién había oído hablar de Romeo Velázquez en Brasil? Pues ahora, ese general reservista que dirige las telecomunicaciones de Honduras es figurita marcada en muchos álbumes.
La oligarquía arrastró consigo a la Policía Nacional, encargada de la represión directa de las manifestaciones, ejecutada con detalles de máxima crueldad, como el uso de barrotes de hierro como toletes, sin hablar de las bombas y los gases. Las imágenes mostrando a la Policía y el Ejército reprimiendo a su pueblo cubren el Planeta por la Internet.
El catolicismo en Honduras ya estaba decaído cuando surgieron las denuncias de pedofilia encubiertas, práctica común en el Vaticano: cupo a Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, Cardenal Presbítero de Santa María de la Esperanza, provocar la ruptura entre la cúpula católica y sus fieles seguidores al bendecir el golpe y la represión. Esto incomoda a los brasileños que tiene en Nuestra Señora Aparecida a su patrona espiritual. Incomoda a los demás devotos de Cristo en América Latina, incomoda a los católicos de todo el Mundo. Todos nosotros vimos y nos avergonzamos de la postura de la cúpula católica hondureña y su alianza con la oligarquía desnuda y expuesta de Honduras.
Sabemos que hay un comando clandestino de represión a la Resistencia, encargado de eliminar paulatinamente algunas cabezas, tratando con ello de contener a las restantes. A pistoleros de países latinoamericanos se juntan paramilitares entrenados en Colombia, auxiliados por servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel.
La derecha hondureña, acostumbrada a hacer y deshacer, hacer ahora un verdadero strip-tease, sin percibir que la opinión pública internacional observa, atentamente, la escena ridícula, la pantomima burlesca actuada por Césares tocando la lira en medio a las llamaradas.
¡Honduras nunca más será la misma! Nuestros ojos están abiertos, nuestros oídos atentos y la punta de la pluma bastante afilada.
¿Antes de Zelaya que sabíamos de Honduras? Teníamos vagas referencias: íntegra el territorio del antiguo pueblo Maya y sirvió de base para los Contra que combatieron a la Revolución Sandinista. No sabíamos mucho más que eso.
El golpe hizo brotar una Honduras que el mundo pasó a conocer, con la cual simpatiza y se solidariza: la Honduras creativa y combativa, integrada por hombres y mujeres de gran nobleza, altivez, compostura y coraje. El mundo se enteró de los Garífunas, de los Lenca, de los campesino de Aguán y de los jóvenes hombres y mujeres que combaten en las calles y en las Colonias y barrios de Tegucigalpa y Comayagua. Ahora conocemos a Dionisia Díaz, la Abuelita de 1954 al frente de la Resistencia, simbolizando la activa participación femenina en la trinchera por el retorno a la normalidad democrática.
Los golpistas han hecho un castillo del aparato público bajo usufructo privado y en él actúan una comedia que el mundo ve como tragedia. Lo que muestran como uñas, más parecen garras. Estaban acostumbrados a mandar y ser obedecidos inmediatamente, sin ponderación o cuestionamiento. ¡Ahora no!
Hombres y mujeres de la estirpe de un Juan Almendares, Juan Barahona, Carlos Reyes, Berta Oliva, Rafael Alegría y otros no se rinden. Los poetas, músicos, cronistas, actores, cineastas y fotógrafos allí están, para impedir que las cosas continúen como antes. FIAN Honduras, Vos El Soberano, Tiempo, Radio Globo y una decena de vehículos alternativos impiden el olvido. El rey está desnudo, afirman, mostrando la imagen.
Los Facussé de Honduras no podrán más hacer sus negocios lícitos o ilícitos, bajo protección oficial, sin que sean cuestionados, denunciados, molestados de algún modo. Los que están en la Resistencia forman el embrión de una nueva Honduras, adiestrándose de a poco para substituir la Honduras oligárquica, que pasó a tener los días contados desde que se expuso al mundo.
*Periodista e Historiador, editor del blog: Honduras é logo ali! (¡Honduras, es aquí cerquita!)
Traducción: Raúl Fitipaldi.
Por Celso Martins
Florianópolis Santa Catarina Brasil
La oligarquía hondureña está desnuda frente a la comunidad internacional.
Lo que antes hacía internamente y sin ninguna repercusión internacional, ahora es denunciado a los cuatro vientos.
Los oligarcas hondureños arrastran consigo a las instituciones pilares de Honduras: además del Ejecutivo que fue secuestrado y entregado a un Lobo con 17% de los votos, tenemos un poder Legislativo dominado por media docena de familias y un Poder Judicial sin independencia que actúa conforme a las instrucciones de la oligarquía. Las manchas de la Corte Suprema y de la Fiscalía de la Nación obtienen visibilidad, si no frente a la opinión pública, por lo menos junto a sus pares abogados, jueces, fiscales, representantes legales y a los Tribunales, siempre atentos.
La élite castrense actuó de acuerdo a los intereses externos a los cuerpos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea, pisó la Constitución, respaldó acciones extranjeras, se tornó el gendarme de su propio pueblo. Lo que no pudieron hacer directamente fue dado a terceros y ejecutado por paramilitares denunciados por la ONU. Todo eso negociado hasta el hartazgo. ¿Antes del golpe, quién había oído hablar de Romeo Velázquez en Brasil? Pues ahora, ese general reservista que dirige las telecomunicaciones de Honduras es figurita marcada en muchos álbumes.
La oligarquía arrastró consigo a la Policía Nacional, encargada de la represión directa de las manifestaciones, ejecutada con detalles de máxima crueldad, como el uso de barrotes de hierro como toletes, sin hablar de las bombas y los gases. Las imágenes mostrando a la Policía y el Ejército reprimiendo a su pueblo cubren el Planeta por la Internet.
El catolicismo en Honduras ya estaba decaído cuando surgieron las denuncias de pedofilia encubiertas, práctica común en el Vaticano: cupo a Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, Cardenal Presbítero de Santa María de la Esperanza, provocar la ruptura entre la cúpula católica y sus fieles seguidores al bendecir el golpe y la represión. Esto incomoda a los brasileños que tiene en Nuestra Señora Aparecida a su patrona espiritual. Incomoda a los demás devotos de Cristo en América Latina, incomoda a los católicos de todo el Mundo. Todos nosotros vimos y nos avergonzamos de la postura de la cúpula católica hondureña y su alianza con la oligarquía desnuda y expuesta de Honduras.
Sabemos que hay un comando clandestino de represión a la Resistencia, encargado de eliminar paulatinamente algunas cabezas, tratando con ello de contener a las restantes. A pistoleros de países latinoamericanos se juntan paramilitares entrenados en Colombia, auxiliados por servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel.
La derecha hondureña, acostumbrada a hacer y deshacer, hacer ahora un verdadero strip-tease, sin percibir que la opinión pública internacional observa, atentamente, la escena ridícula, la pantomima burlesca actuada por Césares tocando la lira en medio a las llamaradas.
¡Honduras nunca más será la misma! Nuestros ojos están abiertos, nuestros oídos atentos y la punta de la pluma bastante afilada.
¿Antes de Zelaya que sabíamos de Honduras? Teníamos vagas referencias: íntegra el territorio del antiguo pueblo Maya y sirvió de base para los Contra que combatieron a la Revolución Sandinista. No sabíamos mucho más que eso.
El golpe hizo brotar una Honduras que el mundo pasó a conocer, con la cual simpatiza y se solidariza: la Honduras creativa y combativa, integrada por hombres y mujeres de gran nobleza, altivez, compostura y coraje. El mundo se enteró de los Garífunas, de los Lenca, de los campesino de Aguán y de los jóvenes hombres y mujeres que combaten en las calles y en las Colonias y barrios de Tegucigalpa y Comayagua. Ahora conocemos a Dionisia Díaz, la Abuelita de 1954 al frente de la Resistencia, simbolizando la activa participación femenina en la trinchera por el retorno a la normalidad democrática.
Los golpistas han hecho un castillo del aparato público bajo usufructo privado y en él actúan una comedia que el mundo ve como tragedia. Lo que muestran como uñas, más parecen garras. Estaban acostumbrados a mandar y ser obedecidos inmediatamente, sin ponderación o cuestionamiento. ¡Ahora no!
Hombres y mujeres de la estirpe de un Juan Almendares, Juan Barahona, Carlos Reyes, Berta Oliva, Rafael Alegría y otros no se rinden. Los poetas, músicos, cronistas, actores, cineastas y fotógrafos allí están, para impedir que las cosas continúen como antes. FIAN Honduras, Vos El Soberano, Tiempo, Radio Globo y una decena de vehículos alternativos impiden el olvido. El rey está desnudo, afirman, mostrando la imagen.
Los Facussé de Honduras no podrán más hacer sus negocios lícitos o ilícitos, bajo protección oficial, sin que sean cuestionados, denunciados, molestados de algún modo. Los que están en la Resistencia forman el embrión de una nueva Honduras, adiestrándose de a poco para substituir la Honduras oligárquica, que pasó a tener los días contados desde que se expuso al mundo.
*Periodista e Historiador, editor del blog: Honduras é logo ali! (¡Honduras, es aquí cerquita!)
Traducción: Raúl Fitipaldi.
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